Cochin está situado a treinta kilómetros de la ciudad de Kochi, en la
India. El aeropuerto se construyó en 1999 y es uno de los que más
tráfico tiene en su país, cerca de siete millones de pasajeros al año.
Desde hace tres años comenzó añadir paneles solares que alimentan la
instalación y le dan completa autonomía.
Una apuesta muy fuerte por la energía verde. No
fue una apuesta sencilla. Hacían falta 48.154 paneles fotovoltaicos
sobre una superficie de 20 hectáreas de tierras a las que no se le
sacaba rentabilidad hasta que la empresa alemana Bosch en menos de
cuatro meses instaló lo que hoy genera 12 megavatios diarios de energía,
más que suficiente para que al aeródromo sea autosuficiente.
Convirtiendo al aeropuerto internacional de Cochín en el ‘primer
aeropuerto verde del mundo’. Cifras espectaculares a las que se le unió
el coste del proyecto, que ha ascendido a los 10 millones de dólares.
Se calculó que dicho coste se llegara amortizar en un periodo de
cinco años gracias al inmenso ahorro de energía que supone esta enorme
plantación, algo que nos demuestra que este tipo de plantaciones son más
que rentables. Además, al coste económico se debe añadir el ahorre en
costes ecológicos.
La plantación no deja de generar constantemente datos, sabe en tiempo real cómo están los medidores, si se pone encima una nube y bajan los niveles o si se proyecta el sol y se alcanzan los máximos. Y según los últimos datos obtenidos por la empresa Bosch va mucho mejor de lo que preveían y esperan seguir mejorando esos datos en los próximos meses.
La experiencia está siendo muy positiva tanto que ya piensan en
dar varios pasos más, como el de generar reciclar el agua y que la
energía solar sea la que sirva en el futuro a 30 de sus 125 aeropuertos
que tiene India.
Por supuesto esto ha servido para que más aeropuertos se sumen a
esta iniciativa y el segundo en la lista ha sido el aeropuerto de
Western Cape, en Sudáfrica.
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