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domingo, 30 de septiembre de 2012

LOS BOLUDOS QUE PAGAMOS



Roberto H. Cachanosky- FERNANDO VACA NARVAJA



La Corte Suprema de Justicia acaba de decidir que la madre del terrorista montonero Fernando Vaca Narvaja tiene que ser indemnizada porque a partir de 1976 tuvo que exiliarse en México ya que su vida corría peligro. La pregunta a los miembros de la Corte es: dado que el Estado no tiene recursos propios, ¿por qué me transfieren a mi, contribuyente, el costo de la indemnización? Es más: ¿a mí quien me indemniza por haber tenido que vivir en un país sumergido en la violenciaterrorista?

Pero este no es el problema principal y, una vez más, voy a ser políticamente incorrecto. La Corte falló a favor de la señora Susana Yofre de Vaca Narvaja porque tuvo que exiliarse ante el peligro de ser matada.

Ahora bien, a la señora, una persona mayor, la escuché en un reportaje que le hizo Marcelo Longobardi por Radio 10 el viernes pasado. En una parte del reportaje, la señora Susana dijo que su hijo había optado por otro camino.

Cuando Longobardi le preguntó cuál era ese otro camino, contestó que era el de las armas “para combatir a esos milicos que estaban matando gente”. No dijo: “mi hijo también fue responsable del baño de sangre que vivió el país en esos años”. Es más, según dijo la señora Susana, su marido desapareció en 1975, durante el gobierno de Perón. Es importante resaltar esta parte de la historia porque, una vez más, se demuestra que el terrorismo de Estado comenzó antes del 24 de marzodel ‘76. Sin embargo,  yo sé, ninguno de los miembros de aquel gobierno que hoy están  vivos tiene causas pendientes por violación a los derechos humanos. Es más, alguno de quienes soltaron a los terroristas que habían sido juzgados y encarcelados y que una vez, libres volvieron a matar gente y a poner bombas, creo que ha sido premiado con algún puesto público.

Quiero recordar también, para los más jóvenes que no vivieron esos años, que en 1976 todavía existía la “Cortina de Hierro” y los terroristas eran financiados y entrenados por el gobierno de Fidel Castro y la dictadura comunista de la ex Unión Soviética. Y eran financiados y entrenados para tomar por la fuerza el gobierno y establecer una dictadura comunista.

Fueron los años en que los soviets querían establecer dictaduras comunistas en Latinoamérica. Brasil, Chile, Uruguay, Perú y Argentina tuvieron que soportar la violencia que exportaban los jerarcas comunistas.

Pero otro punto a recordar es que Montoneros siguió con sus acciones terroristas durante el gobierno de Perón. En otras palabras, en ese momento los militares no estaban en el poder. Por lo tanto, el hijo de Susana y el grupo terrorista que integraba atacaban a un gobierno elegido por el voto.

De manera que me permito formular una pequeña corrección, con todo el respeto que me merece una persona mayor. El hijo de Susana no tomó el camino de las armas para sacar a los milicos. Tomó el camino de las armas  para derrocar a un gobierno elegido por el voto. Y también es cierto que ese  gobierno elegido por el voto tenía a un señor llamado José López Rega que  desde elministerio de Bienestar Social manejaba grupos parapoliciales para combatir a los terroristas. Esta aclaración no es caprichosa porque en la Argentina actual pareciera ser que el baño de sangre empezó el 24 de marzo de 1976 cuando un grupo de militares se levantó de malhumor y empezó a matar gente. La historia es muy distinta.

Teniendo en cuenta que los grupos terroristas querían tomar el poder por la fuerza al estilo Fidel Castro para establecer una dictadura comunista, la realidad es que así como la señora Susana tuvo que bancarse el exilio en México, lo cual es lamentable, el resto de los argentinos tuvimos que bancarnos durante años las bombas, los asesinatos y la guerra civil que desataron los que hoy pretenden aparecer como las víctimas heroicas de los ‘70.

Sería bueno saber si la persona hoy beneficiada con la indemnización por tener que exiliarse en México (¿por qué no habrá elegido el paraíso  comunista de Fidel por el cual peleaba su hijo?) le inculcó a sus hijos el respeto a la vida y a la libertad que todo ser humano tiene que tener por los otros. Sería bueno saber esto porque, por ejemplo, la señora Hebe de Bonafini se siente orgullosa de que sus hijos hayan puesto bombas, asesinado y cometido todo tipo de atropellos contra la libertad de las personas para establecer una dictadura. El tema no es menor, porque alguien que les inculca a sus hijos el odio y la violencia, más que ser indemnizada por los ciudadanos que pagan impuestos debería hacerse responsable de los actos de sus hijos.

Personalmente, si yo tuviera un hijo que utilizó la violencia y cometió todo tipo de actos terroristas con el objetivo de cercenar la libertad de sus conciudadanos, más que pedir una indemnización por tener que irme del país, le pediría perdón al pueblo argentino por el baño de sangre que mi hijo llevó adelante durante los años de plomo, aunque mi exilio sea injusto.

Sentiría vergüenza de los actos de mi hijo y, luego de pedir perdón al pueblo por la violencia que ejercieron los grupos terroristas, me llamaría a un recatado silencio. Sólo por respeto y para no ofender la inteligencia de quienes vivimos esos tristes años y conocemos la historia completa de cómo ocurrieron verdaderamente los hechos, no me animaría a aparecer como víctima de nada.

Pero claro, estamos en épocas de revancha, y en épocas de revancha impera la venganza. No la justicia.


Fuente: Economia para todos

Se sigue cambiando oro por ......... veneno diría yo

Micheli: "Se sigue cambiando oro por baratijas"
El secretario general de la CTA, Pablo Micheli, arribó el martes por la noche a San Juan donde cumple una nutrida agenda de actividades. Durante la mañana de ayer realizó una conferencia de prensa en la sede de la Central sanjuanina, ubicada en Avenida Rioja entre Libertador y San Luis. También participó de una asamblea de médicos en el Hospital Guillermo Rawson, mientras que al mediodía estuvo en otra asamblea en el hospital Marcial Quiroga del departamento San Martín. Además asistió a un plenario de Trabajadores Rurales.
El secretario de la Central de Trabajadores de la Argentina, el estatal Pablo Micheli, arribó el martes a San Juan en el marco de la recorrida que distintos dirigentes de la Mesa Nacional vienen realizando para construir el Paro Nacional y Movilización del próximo 10 de octubre y para respaldar la lucha de los médicos sanjuaninos porque se trata de "un reclamo justo".
En declaraciones a la prensa, Micheli afirmó que "estamos en contra de la minería a cielo abierto porque creemos que es depredación del medio ambiente y los recursos naturales. Se sigue cambiando oro por baratijas en la República Argentina".
A renglón seguido cuestionó que "los gobernadores y el Poder Ejecutivo Nacional permitan esto que no trae ningún beneficio para nuestro país y sí graves consecuencias".
Frente a esta situación, Micheli dijo en una provincia con una fuerte presencia de la multinacional minera Barrick Gold que "apoyamos los reclamos de los pueblos contra la devastación de su hábitat natural y creemos que hay que sentarse a discutir para que estas empresas no dilapiden el patrimonio de todos los argentinos".
Consultado sobre las diferencias de la CTA con el Gobierno nacional, Micheli aseveró que "este Gobierno no resuelve los problemas de la gente. Sigue implementando el Impuesto a las Ganancias a los trabajadores, ni siquiera ha subido el Mínimo no Imponible y sigue poniendo tope a las Asignaciones Familiares".
Y agregó: "Además, miente y deforma las estadísticas, no habla de la inflación para ocultar la cantidad de pobres en nuestro país y a partir de esa manipulación del INDEC bajar salarios y profundizar la precarización laboral para que los trabajadores paguemos la crisis".

Unidad de acción

El titular de la CTA, Pablo Micheli, llegó a San Juan para invitar a los trabajadores a participar en la movilización que tendrá lugar el 10 de octubre en Plaza de Mayo, en Capital Federal, que es acompañada por el Sindicato de Camioneros de Hugo Moyano, por reclamos sociales y laborales. En la sede local de la CTA, junto al referente provincial, Hugo Leglise, dio una conferencia de prensa en la que respaldó la protesta convocada por el Sindicato Médico.
-¿Qué esperan de la unión con Moyano?
- Lo que esperamos es que los trabajadores se vean beneficiados y por eso la unificación de las acciones por parte de la CGT y de la CTA. Además, poder pelear con mucha más fuerza las reivindicaciones como son la suba del piso del Impuesto a las Ganancias y que se eliminen los topes para cobrar las asignaciones familiares. Otro tema que nos preocupa es el Salario Mínimo Vital y Móvil que se fijó hace pocos días en un contubernio entre el Gobierno, los empresarios y los sindicalistas aliados al oficialismo. Ese salario mínimo no refleja la realidad del país ni la línea de pobreza de la Argentina, sino los números del INDEC, que son mentirosos.
-¿La unidad de las centrales obreras podrá derivar en un frente político?
- No, de ninguna manera. Defendemos la autonomía absoluta de las centrales sindicales de los partidos políticos, de los patrones y de los gobiernos. Eso no quiere decir que no tengamos buena relación con los partidos políticos, pero de ninguna manera vamos a ser parte de ellos.
-Pero Moyano tiene aspiraciones políticas.
- Eso pregúntenselo a él, yo soy de la CTA y Moyano es de la CGT. Hay que aclarar que con Hugo Moyano estamos unidos pero no casados.
-¿Cómo ve el proyecto de re-reelección presidencial?
- Me parece que es una bomba de humo, pero da la impresión de que este Gobierno está intentando ver de qué manera se queda en el trono, pero las cosas se le están complicando. Creo que hay temas más importantes para tratar en la Argentina más allá de la re-reelección.
-¿Cuál es su posición sobre la posibilidad del voto a partir de los 16 años?
- Creo que no está mal en el marco de una democracia participativa, donde los problemas de pobreza están resueltos y que los jóvenes puedan participar es ampliar los márgenes de la democracia. Pero en un contexto en el que la mitad de los pibes no termina el secundario es grave discutir si van a votar o no y no discutamos cómo hacer para que terminen la escuela. Si no terminan la escuela no pueden tener un criterio para decidir cómo votar. Tampoco podrán ser elegidos si no tienen el secundario terminado.
-¿Qué opina de los cacerolazos?
- Que la gente se está cansando, pero hay de todo porque aparece gente ofensiva, con carteles que dan miedo y que recuerdan a épocas nefastas como esos que piden que vuelvan los militares. Pero sí hay mucha gente que está saliendo porque ésta señora en sus cadenas nacionales irrita y provoca sistemáticamente a la población.
-¿Qué le falta hacer al Gobierno nacional?
- Le falta democratizar las instituciones, resolver el problema de la inflación, y la deformación de las estadísticas, porque se miente y se oculta sobre la cantidad de pobres e indigentes en el país.
El sindicalista abogó por la libertad de elección por parte del trabajador a la hora de afiliarse a un gremio. "Ahora el mecánico debe nacer y morir en SMATA", señaló.
Por último, Micheli respaldó el reclamo del Sindicato Médico realizado en la provincia, al que catalogó de "un paro en pos de lograr mejoras en el sistema de salud".
Micheli almorzó con militantes de la Agrupación de Trabajadores Vitivinícolas y Rurales Santos Guayama, que había participado, a través de una delegación, del Encuentro de Delegados de la Actividad Privada de la CTA que se llevó a cabo el 8 de septiembre en Ferro
También visitó la Organización Barrial Aníbal Verón en el barrio René Favaloro de Chimbas, y luego estuvo en Sarmiento.
Hoy jueves, Micheli preside una asamblea general de afiliados y ciudadanos en la sede de la ATE, donde convocará a un paro nacional para el 10 de octubre.
Fuente: www.canal13.com; www.diariodecuyo.com.ar
* Equipo de Comunicación de la CTA San Juan

CREAR UNA ALTERNATIVA, RECUPERAR LOS VALORES




SEREMOS CAPACES DE CREAR UNA ALTERNATIVA QUE NOS HAGA VOLVER AL SER NACIONAL, RECUPERAR LOS VALORES ESENCIALES ADEMÁS CON EL RESPETO NECESARIO Y LAS LIBERTADES INDIVIDUALES Y COLECTIVAS BIEN EJERCIDAS?  
SEREMOS CAPACES DE RESTABLECER Y CONVIVIR CON LA CULTURA DEL TRABAJO?
ESE ES NUESTRO RETO Y OBLIGACIÓN PARA CON NUESTRO PAÍS Y NUESTRA FAMILIA.

Maria Elena Stalldecker
Más allá de los nombres, nos urge la construcción de una alternativa de poder superadora de la dicotomía oficialismo vs. Clarín y en ella no puede haber lugar para la megaminería. El agua y los alimentos constituyen bienes prioritarios. ¿Sa...bías que transformando en profundidad el sistema tributario del país sería posible reciclar los desechos que contienen minerales y fabricar con ellos todo lo necesario para el confort de la vida moderna? Sin actividades subsidiadas sino rentables es posible una mayor distribución de la riqueza en función del desarrollo sustentable. Por supuesto que esto no estará en la agenda de quienes ya se han vendido a las corporaciones a cambio de un poco de protagonismo infantil. ¿Seguirán haciendo oídos sordos o intentarán ridiculizar propuestas de este tipo tildándolas de ingenuas?...

Totalmente de acuerdo, estos medios hoy a nuestro alcance, y una clara  alternativa que termine con la entrega de nuestros recursos, el unitarismo y los gobernadores mendigos, una alternativa real de federalismo y desarrollo del interior, con políticas impositivas y financieras que pongan los recursos al servicio de la producción y se haga pagar impuestos a los que más tienen y no como hoy que los ricos todo deducen y los pobres pagan más impuestos que la propia mercadería en su costo original, una alternativa con una ley de  coparticipación equitativa con 60 % para las provincias, porque tienen a su cargo la salud, la educación, la seguridad, los servicios públicos, caminos, obra pública, etc. y el 40% para la Nación, que a la fecha solo tiene grandes estructuras con sueldos que quintuplican a los provinciales y municipales del interior, eso le debe sobrar a un gobierno federal. Esta nación con gobierno unitario, es promotor de una unitaria Nación ineficiente, discriminadora y aliada a los intereses anti nacionales que nos envenenan cada día más con las actividades prohibidas en sus países y lo peor, a cambio de nada, salvo por lo que la corrupción reinante pueda dejar a algunos en el uso y abuso del poder.   
 

Llena de prejuicios, Cristina confundió el enemigo

Autor

Autor
Hugo E Grimaldi
Para LA GACETA
Harvard University acaba de cumplir 376 años de vida y es la número uno del mundo, la más prestigiosa, la más reconocida. Por allí, pasaron ocho presidentes estadounidenses y de sus aulas surgieron 43 premios Nobel y 47 Pulitzer. Sus actuales 21.000 alumnos colapsan las aulas porque saben que no sólo la tradición los cobija, sino porque la enseñanza y sobre todo sus métodos de estudio son de excelencia. Es muy duro llegar hasta allí, ya que el acceso se basa en el mérito. La admisión de un estudiante comienza con una solicitud escrita aprobada por un comité, una serie de exámenes y dos cartas de recomendación de docentes que lo haya tenido como alumno en ciclos anteriores. El costo de estudiar y vivir en Harvard es de unos U$S 52.000 al año, aunque el 70% de los estudiantes tienen becas parciales. Del total de alumnos, 4.200 son extranjeros de 130 países y hay anotados en sus nueve facultades únicamente 36 argentinos. Sólo 5 de ellos estudian temas asociados con la política en la Kennedy School of Government, el foro que eligió la Presidenta para exponer, creyendo simplonamente que los estudiantes iban únicamente a teorizar con ella.

En la universidad se respira libertad de pensamiento y creatividad y domina la discusión y el respeto. El paradigma del campus es lo académico y no hay espacio para las conspiraciones. Sin gratuidad ni ingreso irrestricto y además con mentes abiertas, para un militante del campo popular, Harvard es repugnantemente neoliberal. Allí, a ese mundo totalmente diferente para su concepción de la política hoy copada por las lógicas autoritarias que se dedican a mantener vivo el conflicto permanente, fue Cristina Fernández con la lanza en ristre no a compartir, sino decidida a pelear con los 36 (y algunos hermanos latinoamericanos más), después de haber derrapado en las aulas de la conservadora Georgetown.

Quizás, estas visitas a dos universidades tan alejadas de su pensamiento se las haya programado algún cortesano que, a la luz de los resultados, bien podría ser calificado como un "enemigo" y "destituyente". Sin embargo, lo importante a considerar no es quien le dio tal o cual consejo, sino observar qué camino eligió tomar en medio de las sesiones de preguntas y respuestas con los estudiantes, cómo se fue internando cada vez más un su propio laberinto, cómo manejó sus obsesiones y cómo se mostró descarnadamente fiel a su naturaleza.

Si se dejan de lado ambas alocuciones, dos piezas de marketing personal y de su gobierno similares a las que suele hacer en la Argentina, aunque éstas condimentadas con algunos toques de historia comparada, los intercambios con los alumnos resultaron definitorios no sólo para calibrar los tics presidenciales, siempre propensos a la negación, sino también para contarle las costillas de los prejuicios.

En este sentido, en Harvard quedaron mucho más evidentes aún que en Georgetown, ya que su fastidio la llevó a alargar innecesariamente la ronda de preguntas y a mostrarse belicosa con el entorno, sin saber siquiera de qué condición social eran los estudiantes que, a su juicio, la estaban acosando por cuenta y orden de algunos periodistas que les habían dado letra.

Por lo repetitiva, la secuencia fue casi un calco: pregunta difícil, descalificación directa o indirecta del estudiante para deslegitimarlo y respuesta negadora o de criterio inmodificable basado en un criterio discutible de verdad. Lo había hecho en Georgetown cuando le preguntaron por los precios. "Si realmente la inflación fuese de 25% el país estallaría por los aires", dijo lo más campante. También cuando la interrogaron sobre su relación con los periodistas, su pesadilla número uno: "En la Argentina, no hablar con la prensa es no decir lo que ellos quieren escuchar. Gritan y hasta patean las puertas", dijo. O cuando pontificó sobre el FMI: "No tengo ninguna animosidad. Cuando estoy en función de Estado tengo análisis crítico y objetivo".

En la cita en Boston, fue más allá. En su embestida de boxeador golpeado y con los ojos cerrados, atacó a los alumnos y de la bronca pasó a la prepotencia. Se notaba que el clima se iba tensando más, porque a cada pregunta ella hacía referencias a Harvard y a lo que debe suponer que es el alto nivel económico de todos los alumnos.

Seguramente, Cristina nunca se puso a pensar en que quizá las familias de algunos jóvenes pasan penurias en la Argentina para darles la oportunidad de superarse a hijos y nietos o si tuvieron que vender alguna propiedad o el auto o si los alumnos tenían becas o si hacían alguna tarea por poca paga en el mínimo tiempo libre que les deja la Universidad. La sensación que dejó el evidente estado de nervios de la Presidenta fue que los supuso a todos inmensamente ricos y alejados de su proyecto político y, por lo tanto, pasibles de que se les aplique un correctivo desde el atril.

Nunca Cristina pudo procesar, ella que dice que tanto le gusta la juventud, que quienes le preguntaban, antes que otra cosa, eran jóvenes y, por lo tanto, desenfadados. No son funcionarios, quienes ya se sabe le tienen "un poquito de miedo" o empresarios que le tienden alfombras a su paso, sino estudiantes moldeados en una Universidad de cabeza abierta, acostumbrados a resolver problemas mucho más engorrosos que hablar con una Presidenta encerrada en sus trece.

Todos dijeron sus cosas con mucho respeto y algunos hasta con admiración por estar hablando con quien hablaban. Sin embargo, el estar permanente a la defensiva, provocó que la Presidenta los reconviniera por esa misma sinceridad, ya que ella parecía convencida de que eran espías encubiertos que estaban trabajando para un abominable agente del mal: la prensa.

"Sé que hubo muchos mails y periodistas que estuvieron haciendo las preguntas", pero ustedes "son chicos inteligentes, tienen nivel académico. Creo que no pueden repetir monocordemente lo que escriben dos o tres periodistas", atacó. Al respecto, le dijo con sorna a un estudiante venezolano, en medio de murmullos de desaprobación: "Te vi leer la pregunta, seguramente no tenés buena memoria para recordar lo que me querés decir".

En la misma línea de denigrar a cada interlocutor, sobre el final le salió el tiro por la culata cuando, después de un largo circunloquio sobre el periodismo, le pidió a un estudiante de San Juan que le repitiera su pregunta y el alumno se la dijo de corrido y sin lectura, lo que provocó un aplauso cerrado del auditorio. De paso, quiso pasar un aviso y le salió tan tímido que casi no se escuchó en la sala: "¡Qué bien. Cuánta gente del interior del país estudiando en Harvard. Anda bien el país!", ironizó. Y ante el comienzo de una pregunta en la que un alumno pampeano le dijo que "le quería agradecer por estar acá, por esta oportunidad única de hacerle preguntas", la dejó pasar. Pero, luego, otro chico argentino agregó: "Me siento muy privilegiado de poder ser uno de los pocos argentinos que pueden hacerle preguntas" y entonces, Cristina explotó y dejó ver lo peor de su autoritarismo. En la rosca que armó en su dialéctica, no sólo vapuleó a Harvard por lo que cree que es, sino que usó a La Matanza como desgraciada referencia de comparación. "Te voy a contestar, porque no se lo contesté a tu anterior compañerito, sobre el tema de que 'soy uno de los pocos privilegiados'. Chicos, estamos en Harvard, esas cosas son para La Matanza, no para Harvard. Esta frasecita, 'soy uno de los pocos argentinos privilegiados'. Mirá, será porque están acá en Harvard y no se enteran, (pero) yo hablo con millones de argentinos en los veinte mil actos a los que voy", dijo con tonos de maestra.

Con la mente tan prejuiciosamente programada no tuvo reflejos para escuchar ni para moderarse en la cuestión de las chicanas. Es que nunca pudo entender cómo no le servían sus remanidos argumentos ante esos jóvenes que tenían las incómodas preguntas escritas para leerlas de corrido, porque desde la Universidad se les había pedido que sean concretos. Ella los apostrofaba, mientras bajaban los silbidos o se escuchaban aplausos de aprobación hacia los estudiantes. Fue notable verla Presidenta, enceguecida y con ánimo de revancha.

Casi nada de lo que intentó le salió bien, salvo cuando señaló cómo son las leyes antimonopolios en materia de prensa en Estados Unidos y la necesidad de aplicar remedios similares, pero su pasión por destruir al Grupo Clarín el 7 de diciembre la volvió a dejar en la banquina. Nunca el kirchnerismo quiso reconocer que el artículo 161 de la Ley de Medios legisla retroactivamente (sobre licencias concedidas anteriormente por plazos superiores a los que la nueva Ley impone) y que, por lo tanto, es inconstitucional. No lo iba a hacer en Harvard.

Otro punto más que interesante en sus respuestas fue que, por primera vez, alguien del Gobierno se ha dignado a explicarle a la opinión pública por qué se tomó la decisión de cerrar el mercado de cambios. Cristina primero aclaró su punto de vista sobre la simplificación del llamado cepo cambiario, con la paranoia de la prensa en primera línea: "El cepo cambiario es un título mediático...no hay ningún cepo cambiario", sostuvo sin sonrojarse.

Luego, explicó que ella tenía que "cuidar" las reservas y que ésa era su "obligación" para pagar la deuda, importaciones de insumos básicos y aunque no dijo energía, energía también: "Si no se hubieran ido esos 4.768 millones de dólares que se fueron entre agosto, septiembre y octubre del año pasado...", se lamentó.

LADRONES & COMPAÑIA

GILDO INSFRÁN Y SU CUÑADO NO SE CANSAN DE

 ROBARLE AL ESTADO:

 

 Roban con Combustibles, Gas, Mercaderías y Baterías

 


El descarado e impune saqueo de las arcas públicas, que desde hace décadas comete inescrupulosamente el gobernador de la Provincia Dr Gildo Insfrán, en complicidad con "parientes directos" todos titulares de empresas privadas, convertidas en ilegales y privilegiadas proveedoras del es
tado, parece no tener fin, pese a que desde el año 2000 vienen siendo denunciadas penal y periodísticamente por todo el arco opositor.



Jorge Lanata en su informe sobre Formosa difundida en "Periodismo Para Todos" y más recientemente Carlos Varela en su programa de La Corneta FM 103.5, se encargaron de volver a poner en el tapete, la indignante e inmoral manera en que el gobernador Kirchnerista Gildo Insfrán y su familia política, se enriquecen a costas del erario público a expensas de licitaciones fraudulentas y compras ilegales y sobrefacturadas.

En clara, flagrante y eterna incompatibilidad el Gobernador de la provincia realiza sucesivas y millonarias compras de combustibles, lubricantes, gas, mercaderías y baterias a empresas propiedad de su propia familia, habida cuenta de que los dueños de Baldús Combustibles son Gert Erick Baldús, María Teresa Baldús -esposa de Gildo Insfrán- y José Luis Baldús -cuñado del Gobernador- también vinculado a "Servisur Combustibles", ellos son los principales y privilegiados proveedores del estado provincial y entes autárquicos de la provincia.

En el 2001 fue vergonzosamente cajoneada por la justicia una denuncia penal presentada por la UCR, contra la esposa del gobernador, Teresa Baldús, dueña de Baldús Combustibles, por ser prestadora del Estado, algo que, por el vínculo que la une a Insfrán, está prohibido por la Constitución.

Dado que la denuncia fue archivada y que ningún fiscal se animó a investigar, en el 2006, solicitaron a la legislatura que investigue a Baldús Combustibles.

"Durante años, el Poder Ejecutivo de la Provincia ha adquirido combustibles por valor de millones de pesos a empresas propiedad de la familia Baldús; primero a la firma Baldús Combustibles S.A. y luego a Servisur Combustibles, de José Luis Baldús", ambas de familiares del gobernador. El cuerpo, con una ultramayoría de Insfrán, no dio lugar a su pedido.

EN EL 2008 PERFIL PUBLICABA

"Formosa: Gildo Insfran está casado con María Teresa Baldus, empresaria, dueña de Baldus combustibles, que es proveedora del Estado. Fue beneficiada en 2001 a través de la firma de seis resoluciones autorizando el pago de 369.883,90 pesos, algo prohibido por la Constitución".

"Las esposas de los gobernadores de las otras provincias, por el contrario, son de perfil bajo, apolíticas si se quiere, y se dedican a otra cosa. Sus maridos son sólo sus maridos y no un potencial compañero de fórmula". Perfil 29/07/2008.

Baldús Combustibles emite "vales" (por valores de 5, 10 y 20 pesos) que prácticamente son "moneda corriente" en Formosa, ya que los funcionarios y punteros del oficialismo los utilizan para comprar mercaderías en los locales de Baldús (que tiene filiales en toda la provincia), para pagar "changas" y financiar las campañas electorales del "Gildismo".

En el año 2004, se denunció en una solicitada publicada en el Diario LA MAÑANA de Formosa, "el enriquecimiento ilícito del Gobernador al comprar todo el combustible a la empresa Baldús, de la que era socia propietaria la esposa de Gildo Insfrán",además de los 80 millones de dólares que como presidente de la Legislatura Provincial despilfarro por la obra inconclusa del Palacio Legislativo y los millonarios negociados con los canjes de Bocanfor, con lo cual se enriqueció un puñado de privilegiados del Gobierno, empobreciendo a la mayoría de los formoseños". (TEXTUAL). (Ampliaremos).

Fuente: Opinión Ciudadana

sábado, 29 de septiembre de 2012

El IML editará “Cumplir el programa constitucional” de Antonio María Hernández

 Antonio María Hernández
 Antonio_María_Hernández
La editorial del Instituto Moisés Lebensohn pondrá en circulación en las próximas semanas el trabajo del prestigioso constitucionalista radical, Antonio María Hernández, en el cual se rescata la importancia histórica de la carta magna de 1853, se realiza una reivindicación de la reforma de 1994 y se rechaza la posibilidad de un nuevo proceso reformador.

Dice Antonio María Hernández en su Introducción a la obra: “…analizamos la gran reforma de 1994 y el rechazo a la posibilidad de una nueva reforma, que tiene como indisimulable objetivo el permitir una re-reelección de la titular del Poder Ejecutivo. Además del reiterado reclamo que efectuamos a favor del cumplimiento de la Ley Suprema, para superar el estado de anomia que nos caracteriza, consideramos que este proyecto actual del oficialismo importa una enorme retroceso histórico, que nos sitúa en uno de los capítulos de mayor antagonismo y división del país, como fue la reforma constitucional de 1949…”
El Dr. Antonio María Hernández, es uno de los más prestigiosos constitucionalistas argentinos. Su prolífica trayectoria académica no le ha impedido incursionar con compromiso y convicción en la militancia política, comprometiéndose a través de las ideas de la Unión Cívica Radical con su país y su tiempo. Así, comenzó su carrera partidaria en el radicalismo de Córdoba en 1971, apenas recibido de abogado. Legislador provincial, Diputado Nacional, Convencional Constituyente nacional y candidato a Vicepresidente de la Nación en 1995, siempre en representación del radicalismo, hacen de Hernández un experimentado político radical.
La obra será presentada en el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical en el mes de octubre y luego recorrerá todo el país.

Un triángulo conflictivo

DE VIDO, MORENO, ESKENAZI

Se pelean para ver quién se hace cargo del recorte de subsidios. YPF está en la mira.

Cambio de reglas. De Vido, el mejor interlocutor ahora se alinea. Moreno lo chicanea y Eskenazi se molesta. La interna de los amigos del poder. [ VER FOTOGALERÍA ]
Guillermo Moreno acusa al ministro Julio De Vido de generar una política energética inconsistente y de realizar transacciones poco claras y ruinosas en la importación de combustibles. Lo venía haciendo de manera solapada hasta que Cristina Fernández lo consagró “supersecretario”, y ahora de modo explícito delante de grupos más o menos numerosos de empresarios que reúne en su despacho. Es lo que comentan, confidencialmente, los ejecutivos, quienes, por supuesto, fueron a quejarse ante De Vido, su interlocutor habitual. Por ejemplo, el propio Sebastián Eskenazi, CEO de YPF, molesto con las intromisiones y el estilo de Moreno. Pero no solo con eso. En una reunión de directorio de la petrolera el 2 de noviembre pasado, Roberto Baratta –coordinador del ministerio de Planificación, mano derecha de De Vido y director de la compañía en representación del Estado que aún conserva la acción de oro- había votado por segunda vez en el año contra la distribución de dividendos y el alto nivel de reparto de ganancias de la compañía.
Paradójico: fue el propio Gobierno el que había convalidado políticamente a los Eskenazi para adquirir su participación en Repsol YPF –primero del 14% y actualmente del 25,4%- a partir de la distribución y giro del 90% de sus utilidades para afrontar el plan de cuotas previsto hasta el 2018. Sin embargo, hacia fines del año pasado, apareció Moreno y mostró sus dientes en un área ya regulada –los precios de los combustibles, incluidos los del gasoil a granel para el transporte-, aunque esta vez desesperado por frenar la salida de divisas que ponía en riesgo el saldo comercial.
Lo que está en juego. Moreno, De Vido y Eskenazi tienen cuentas pendientes ahora porque el Gobierno busca sinuosamente cambiar acuerdos y reglas que hasta ayer nomás proclamaba y que tenía a cada uno del trío como referente. Por eso, se trata de un choque sórdido de intereses. Es una pelea que se libra sin piedad en la trastienda del poder. Para De Vido, Moreno era un subordinado; ahora no tiene más remedio que obedecerlo. En Gobierno dicen que no es que Moreno se mueva con impunidad: “El resto de los ministros ‘balconea’ y prefiere no meterse ni discutir”, observan, también distantes, en la Jefatura de Gabinete.  La dimensión económica del precio del gasoil al transporte de pasajeros y carga -con toda la carga social que representa- resulta marginal al lado del volumen político de la confrontación.
Es lo que surge detrás de la aparentemente escandalosa denuncia oficialista contra la ‘corpo’ petrolera, que apunta a cinco -YPF, Shell, Pan American Energy, Petrobras y Oil-pero se concentra en la marca local porque concentra el 65% del mercado de refinación. “La culpa no es de De Vido antes o de Moreno ahora –arriesga un secretario de Estado vinculado a la negociación con las petroleras-, es de todo el Gobierno por no saber qué hacer en una situación de achique. Y Eskenazi no puede entender cómo lo que para el mismo Gobierno era negocio en el 2008 ahora sea una traición”. Para el funcionario, el esquema del “garrote y la zanahoria”, según la sintética definición de la ministra Debora Giorgi, funcionó. Al fin y al cabo, Paolo Rocca o Cristiano Rattazzi tuvieron que calmar sus pasajeros malos humores y acudir a la Casa de Gobierno a prometer inversiones. En Planificación aseguran que el próximo en cumplir el ritual será Eskenazi. A todo esto, la táctica combonada del “apriete” y la “prebenda” no pareciera afectar el privilegiado diálogo que sostenía, hasta antes de su operación, la Presidenta de la Nación con José Ignacio de De Mendiguren, el titular de la Unión Industrial.
Eso dice el pragmatismo oficial por estos días. Pero no llega a esclarecer el panorama. Mientras tanto, ¿el Gobierno estaría dispuesto, por ejemplo, a admitir el déficit energético al que condujo la política de De Vido que terminó por hundir la balanza comercial que ahora dice defender Moreno? A mayo del 2011, por ejemplo, se pagaba al productor nacional en boca de pozo 2,6 dólares por millón de BTU; por el gas boliviano 8,7; por el gasoil importado a través de Venezuela 23,2 y por el extraído de los barcos regasificadores de Bahía Blanca y Escobar entre 13 y 15 dólares. ¿Cómo fue que persistió durante tantos años semejante desatino importador, o sea, el desaliento de la producción nacional y la promoción de las importaciones? El rojo energético ascendió a 3.000 millones de dólares en el 2011 y se proyecta a 8.000 millones este año.
“Sobreprecio” y “ajuste”. Entre los empresarios, el interrogante clave no tiene más que respuestas confusas. ¿Cómo hará el Gobierno ahora para disimular los inevitables aumentos tarifarios en el transporte detrás de la forzada denuncia contra las petroleras que aplicarían “sobreprecios” cuando, en realidad, fueron autorizados a partir del 2003, en base a un acuerdo que se renovaba anualmente, por la propia Secretaría de Energía?
Dicen que la sangre no llegará al río pero que los acuerdos preexistentes cambiarán. El lunes 23, un grupo de técnicos de YPF se encontró con funcionarios del Gobierno en la Comisión de Defensa de la Competencia, controlada por Moreno, supuestamente para comprobar o desmentir la existencia de “cartelización” en la venta de gasoil al transporte, ampulosa denuncia encabezada nada menos que por un vicepresidente (Amado Boudou) -por entonces a cargo del Poder Ejecutivo-, dos ministros (Hernán Lorenzino y De Vido) y un secretario de Estado (el de Transporte, Juan Pablo Schiavi). Pero la diferencia de precios entre los 90 centavos el litro de gasoil que pagan las empresas de transporte de pasajeros de corta distancia y los 4,50 o 4,80 que llega a costar en los surtidores no es más que el fruto de una regulación oficial que determinó un valor promedio entre el gasoil más caro y el más barato en las estaciones de servicio de las principales abastecedoras de combustibles (ver recuadro).
Los técnicos de YPF explican que en sus estaciones venden el gasoil más barato, pero que para el transporte aplican el precio promedio de los surtidores de las otras refinerías y por lo tanto, existen diferencias: “Si querían cambiar el criterio que aplica la Secretaría de Energía desde el 2003, porque tienen que reducir los subsidios al transporte, lo hubiéramos sincerado a través de una negociación transparente en la mesa de diálogo y no intimidando con denuncias”, se enoja el directivo de otra petrolera local en riguroso off the record. Recuerda, con cierta malicia, que aproximadamente el 70% del precio del combustible en la Argentina se va en pago de impuestos. El año pasado el Tesoro nacional habría entregado unos 6.500 millones de pesos en subsidios para que las empresas transportistas compraran el gasoil (ver recuadro).
Parte de la escalada oficialista centrada contra YPF consiste en apurar las inversiones de su controlante española Repsol. De Vido acaba de retarlos por la demora en poner en valor los últimos descubrimientos de hidrocarburos no convencionales: “Esos descubrimientos han sido producto de políticas acertadas del Gobierno y estimamos que estamos ante unos 200 trillones de pies cúbicos de gas y petróleo que es algo así como multiplicar por diez las reservas de la Argentina –advirtió el ministro-. Que no solo sirvan para hacer crecer el balance de las empresas, no estamos dispuestos a que nos condicionen el valor de esos recursos”. Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, respondió a su modo: “Sí, hay un colosal potencial de producción de gas y petróleo no convencionales (shale gas y shale oil), pero necesitamos mucha plata, producir un barril costará unos 30 dólares solo en exploración y desarrollo”.
Las posiciones fueron distanciándose. Brufau pide “estabilidad regulatoria” para que fluyan las inversiones. Pero en el Gobierno le achacan que si no hubiera sido por Néstor Kirchner -que habría impulsado la participación del capital nacional en las petroleras- hoy esas empresas “no invertirían ni un peso en resolver la ecuación energética argentina”, como suele decir De Vido. Entre los gestos de buena voluntad de los Eskenazi habría que incluir la creación el año pasado del Camión Club Argentino, una alianza estratégica para ofrecer servicios a las empresas de transporte de mercaderías y a los choferes en paradores situados en puntos de alta circulación. En la inauguración de la primera estación acompañaron a Eskenazi, De Vido y Hugo Moyano.
En la mira. Pero los llamados empresarios amigos del poder están en la mira: “Ahora que tienen que cortar subsidios, tratan de descargar las culpas en los demás –constata uno de ellos, decepcionado-: los ricos que pagaban la luz barata, Mauricio Macri que aumenta la tarifa del subte un 127%, las petroleras que aplican sobreprecios, y así seguirán a la caza de culpables reales o imaginarios. No quieren pagar costos políticos. Ni sincerar que erraron el diagnóstico. Están obligados a ir por el ajuste justo cuando empezamos a crecer menos y los dólares no fluyen como antes”. Pronostica, sin embargo, que hay tiempo hasta marzo para que Cristina Fernández reencauce lo que se ha desmadrado.
La escenificación de presuntas y diversas peleas contra las corporaciones -petroleros, bancos, exportadores o multinacionales (aunque tengan participación argentina como Techint)- forman parte del nuevo libreto que convierte mágicamente a ex amigos en enemigos. Una lección de marketing que los empresarios conocen pero que no pueden desenmacarar en público porque, al fin y al cabo, funciona una ley no escrita de llevarse bien con el poder de turno.
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