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miércoles, 27 de febrero de 2013

Alfonso Prat Gay: "La verdad no se negocia". Sesión 27-feb-2013 Memorand...

domingo, 24 de febrero de 2013

CON MUCHO DOLOR DIGO


ALFREDO LEUCO, en su columna de Radio Continental, dijo lo siguiente:

"Les quiero contar algo personal. Ayer recibí un mail de esos que habitualmente no abro porque le temo a los virus, porque no tengo tiempo de leer cadenas y por varios motivos más. 

Pero lo abrí porque me lo enviaba alguien al que yo respeto profundamente por su talento y la ética que expresa en todas sus acciones.

Hablo de Juan Jose Campanella, que en el Asunto decía: "Sin ofender a nadie".

Y después reproducía un texto conmovedor bajo el título : "Con mucho dolor, digo".

Vivimos tiempos de cólera donde se castiga muy fuerte la opinión distinta.

Me dio ganas de convertir ese texto que no tiene firma en una columna y le pregunté a Juan si le molestaba que lo leyera al aire y que lo identificara como la persona que me mandó el mail.

Me contestó de inmediato lo siguiente:

"Querido Alfredo: No me molesta ninguna de las dos cosas, pero ojo que no lo escribí yo.
Sólo lo forwardeé borrando a todos los anteriores.
Parece mentira que hoy haya que tomar esas precauciones.
Me pareció un texto excelente que me representa totalmente. Abrazos! Juan".
Aquí va este texto anónimo que anda despertando conciencias por internet":

A todos, 
Qué nos pasa?
Una sensación de impotencia, de frustración y abatimiento nos noqueó.
En muchas reuniones privadas, en el trabajo, en la calle, en los trenes, se comenta.
Pero siempre en privado.
Ya parece no quedar nada del orgullo de ser argentino. Y no es la economía.
Ni siquiera el caso Ciccone.
Ni de los hermanos Schoklender.
No se trata de Moreno y su avasallamiento tercermundista.
Ni de Ley de Medios.
El problema no es el tren de Once y los 52 hermanos que murieron... lamentablemente.
Ni tampoco el uso de las reservas. 
No se trata del paro de los maestros, ni de las mentiras del Indec ni de la pesificacion.
El problema es otro.
Estamos perdiendo en silencio a nuestra Argentina.
La metamorfosis es brutal.
El país que tenemos hoy no es el que imaginamos, y el país de mañana será mucho peor de lo que imaginamos.
No hay respeto.
No hay educación.
No hay diálogo.
La búsqueda de la excelencia se abandonó por completo.
Nos acostumbramos al atropello del poder político, al patoterismo.
Al corto plazo sin una visión de país que nos ilusione. Que nos enamore.
Que queremos?
Volver a sentir orgullo de ser argentinos
Viajar seguros
Ver un desarrollo cultural sostenido
Transitar por las calles sin piquetes
Escuchar a un presidente conectado con el mundoA
Decidir qué comprar.
Qué libros leer.
Respetar al maestro.
Los delincuentes presos.
Estadistas conduciendo al país.
Economistas manejando la economía .
Calma y paz.
No al odio y la crispación.
Los tres poderes funcionando.
Comprar dólares. O no.
Recibir cosas del mundo y poder enviar cosas al mundo.
Si querés lo mismo, circulá este mail.
En paz.
Argentina . te quiero !!!
Y no quiero perderte.

"La vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia..." 

Agradecemos el aporte de Maria Lujan Rossi.-
ALFREDO LEUCO, en su columna de Radio Continental, dijo lo siguiente:

"Les quiero contar algo personal. Ayer recibí un mail de esos que habitualmente no abro p
orque le temo a los virus, porque no tengo tiempo de leer cadenas y por varios motivos más. 

Pero lo abrí porque me lo enviaba alguien al que yo respeto profundamente por su talento y la ética que expresa en todas sus acciones.

Hablo de Juan Jose Campanella, que en el Asunto decía: "Sin ofender a nadie".

Y después reproducía un texto conmovedor bajo el título : "Con mucho dolor, digo".

Vivimos tiempos de cólera donde se castiga muy fuerte la opinión distinta.

Me dio ganas de convertir ese texto que no tiene firma en una columna y le pregunté a Juan si le molestaba que lo leyera al aire y que lo identificara como la persona que me mandó el mail.

Me contestó de inmediato lo siguiente:

"Querido Alfredo: No me molesta ninguna de las dos cosas, pero ojo que no lo escribí yo.
Sólo lo forwardeé borrando a todos los anteriores.
Parece mentira que hoy haya que tomar esas precauciones.
Me pareció un texto excelente que me representa totalmente. Abrazos! Juan".
Aquí va este texto anónimo que anda despertando conciencias por internet":

A todos, 
Qué nos pasa?
Una sensación de impotencia, de frustración y abatimiento nos noqueó.
En muchas reuniones privadas, en el trabajo, en la calle, en los trenes, se comenta.
Pero siempre en privado.
Ya parece no quedar nada del orgullo de ser argentino. Y no es la economía.
Ni siquiera el caso Ciccone.
Ni de los hermanos Schoklender.
No se trata de Moreno y su avasallamiento tercermundista.
Ni de Ley de Medios.
El problema no es el tren de Once y los 52 hermanos que murieron... lamentablemente.
Ni tampoco el uso de las reservas. 
No se trata del paro de los maestros, ni de las mentiras del Indec ni de la pesificacion.
El problema es otro.
Estamos perdiendo en silencio a nuestra Argentina.
La metamorfosis es brutal.
El país que tenemos hoy no es el que imaginamos, y el país de mañana será mucho peor de lo que imaginamos.
No hay respeto.
No hay educación.
No hay diálogo.
La búsqueda de la excelencia se abandonó por completo.
Nos acostumbramos al atropello del poder político, al patoterismo.
Al corto plazo sin una visión de país que nos ilusione. Que nos enamore.
Que queremos?
Volver a sentir orgullo de ser argentinos
Viajar seguros
Ver un desarrollo cultural sostenido
Transitar por las calles sin piquetes
Escuchar a un presidente conectado con el mundoA
Decidir qué comprar.
Qué libros leer.
Respetar al maestro.
Los delincuentes presos.
Estadistas conduciendo al país.
Economistas manejando la economía .
Calma y paz.
No al odio y la crispación.
Los tres poderes funcionando.
Comprar dólares. O no.
Recibir cosas del mundo y poder enviar cosas al mundo.
Si querés lo mismo, circulá este mail.
En paz.
Argentina . te quiero !!!
Y no quiero perderte.

"La vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia..."

De la servidumbre moderna - Jean-François Brient (Completo)

sábado, 23 de febrero de 2013

LECTURA QUE EMOCIONA:

LA LECTURA QUE EMOCIONA: BEATRIZ SARLO PARA LA NACIÓN: EL LARGO CAMINO DEL DOLOR

Estación Once, nueve y media de la mañana. El primer acto del día ha terminado. Se descuelga el gran cartel que pide justicia. Sobre los indicadores celestes de la empresa, que dicen: "Estamos trabajando para brindar un mejor servicio. Disculpe las molestias", se destaca un rectángulo negro con letras blancas: "Maldita impunidad". Parece la intervención gráfica de un artista, alguno de los que, en el zócalo superior del hall, muestran sus obras sobre la catástrofe.
Para llegar a la línea de velas, encendidas sobre el borde del andén 2, se pasa frente a un austero abanico de rosas rojas. De uno y otro lado de estas flores, todos tienen una historia que contar: los familiares, los amigos, los vecinos, gente digna, firme, ajena a la verborragia. Un raro equilibrio, que ya impresionaba como excepcional desde el principio, cuando un padre y una madre que todavía no habían encontrado a su hijo mostraban la decisión de reconstruir la tragedia, saber realmente qué había pasado en ese amasijo de hierro y plástico.
Con una vibrante intervención de Manuel Callau ha comenzado el aniversario. Pero es difícil saber lo que vendrá. A mediodía en la Catedral hay una misa. En el altar, algunas fotografías de las víctimas. Apoyadas en los bancos, otras. Gente de remera negra y la palabra Justicia. Gente de remera blanca con la foto y el nombre de su muerto.
Los que conocen la Catedral dicen que está colmada. Rodeados por el estruendo del microcentro y los bombos que suenan en el otro extremo de Plaza de Mayo, el dolor es, en la Catedral, silencioso, como en esos planos de televisión que hemos visto, donde hombres casi viejos están llorando a su hija, a su hijo, sin llevarse las manos a los ojos, para evitar el gesto clásico del llanto. El acto del atardecer será distinto, de una intensidad tan fuerte como este silencio.
Es un día interminable porque las muertes de Once tienen para sus familiares ese carácter: no terminan de suceder y volverán a suceder cuando se abra el juicio oral. Por decisión moral esta gente ha elegido no encarcelar a su muerto en el duelo privado.
A las cinco y media de la tarde, la Plaza empieza a ocuparse. El palco, de espaldas a la Casa de Gobierno, los carteles todos iguales que reparten muchachos y muchachas. Miles de celulares multiplicarán miles de fotos de esos cartones donde se pide justicia. Los partidos que llegan, traen estandartes pequeños; Altamira marcha bajo una pancarta que denuncia el crimen de Mariano Ferreyra. Después de caminar cuarenta kilómetros desde Moreno, el Partido Socialista Argentino llega sólo con banderas blancas, sin identificación. Otros políticos, Tumini, Donda, Stolbizer, se desplazan sueltos por la Plaza. Aquí está pasando algo diferente a la costumbre inveterada de competir por la visibilidad y el espacio.
A esta Plaza la llenan quienes no tienen una relación personal directa con la tragedia de Once. Todos dicen que vienen para solidarizarse. No hay gritos mientras se espera pacientemente que funcione el audio. Sólo, de vez en cuando, olas de aplausos. A las ocho menos cuarto Ernesto Tenembaum y Gabriela Radice, actuando como locutores, dan por comenzado el acto. Y le pasan el micrófono a Pérez Esquivel, que reclama un "nunca más" y la nulidad de todas las concesiones ferroviarias. Después, nueve familiares leen su texto: nerviosos, angustiados, enfrentando por primera vez el vértigo de una multitud.
El día fue un crescendo, pero no necesariamente podía esperarse un final como el que le dio el documento consensuado por los familiares de las víctimas. Se leyó un gran texto, de los que no abundan y hay que citar: el acto no es una victoria porque nunca debió haber existido su causa, dicen; los responsables son los corruptos, vengan de donde vengan, por eso es indispensable la batalla legal, cuyo desenlace debe dejar en claro que la "tragedia fue consecuencia de la voluntad de enriquecerse". La Justicia estará enfrentada con pruebas sobre las que deberá resolver y personas que deberá condenar "lleven el apellido que lleven". El tono es el de la resolución más firme y lo acompaña un desafío a quienes están a espaldas del escenario: los ocupantes de la Casa Rosada, que no van a poder "borrar los años de abandono".
Sin embargo, la afirmación que parece más sutil y más decisiva no se refiere a la tragedia ni a la corrupción, sino a esa Plaza de autoconvocados: "Éste no es un acto político: es un hecho político". Con esta frase culmina el crescendo de este 22 de febrero. La Plaza es política, no porque se silbe el nombre de Cristina Kirchner (muy moderadamente, en verdad), sino porque un sujeto colectivo elige designar su acto con ese nombre. Los familiares de Once, con su estilo manso, merecen justicia. Pero quizá sean también el impulso de un nuevo tipo de ciudadanía, lejos de una oposición encerrada en el insulto e igualmente lejos de convertirse en carne de una operación que los coopte. Aprendieron demasiado.

 BEATRIZ SARLO PARA LA NACIÓN: EL LARGO CAMINO DEL DOLOR

Estación Once, nueve y media de la mañana. El primer acto del día ha terminado. Se descuelga el gran cartel que pide justicia. Sobre los indicadores celestes de la empresa, que dicen: "Estamos trabajando para brindar un mejor servicio. Disculpe las molestias", se destaca un rectángulo negro con letras blancas: "Maldita impunidad". Parece la intervención gráfica de un artista, alguno de los que, en el zócalo superior del hall, muestran sus obras sobre la catástrofe.

Para llegar a la línea de velas, encendidas sobre el borde del andén 2, se pasa frente a un austero abanico de rosas rojas. De uno y otro lado de estas flores, todos tienen una historia que contar: los familiares, los amigos, los vecinos, gente digna, firme, ajena a la verborragia. Un raro equilibrio, que ya impresionaba como excepcional desde el principio, cuando un padre y una madre que todavía no habían encontrado a su hijo mostraban la decisión de reconstruir la tragedia, saber realmente qué había pasado en ese amasijo de hierro y plástico.

Con una vibrante intervención de Manuel Callau ha comenzado el aniversario. Pero es difícil saber lo que vendrá. A mediodía en la Catedral hay una misa. En el altar, algunas fotografías de las víctimas. Apoyadas en los bancos, otras. Gente de remera negra y la palabra Justicia. Gente de remera blanca con la foto y el nombre de su muerto.

Los que conocen la Catedral dicen que está colmada. Rodeados por el estruendo del microcentro y los bombos que suenan en el otro extremo de Plaza de Mayo, el dolor es, en la Catedral, silencioso, como en esos planos de televisión que hemos visto, donde hombres casi viejos están llorando a su hija, a su hijo, sin llevarse las manos a los ojos, para evitar el gesto clásico del llanto. El acto del atardecer será distinto, de una intensidad tan fuerte como este silencio.

Es un día interminable porque las muertes de Once tienen para sus familiares ese carácter: no terminan de suceder y volverán a suceder cuando se abra el juicio oral. Por decisión moral esta gente ha elegido no encarcelar a su muerto en el duelo privado.

A las cinco y media de la tarde, la Plaza empieza a ocuparse. El palco, de espaldas a la Casa de Gobierno, los carteles todos iguales que reparten muchachos y muchachas. Miles de celulares multiplicarán miles de fotos de esos cartones donde se pide justicia. Los partidos que llegan, traen estandartes pequeños; Altamira marcha bajo una pancarta que denuncia el crimen de Mariano Ferreyra. Después de caminar cuarenta kilómetros desde Moreno, el Partido Socialista Argentino llega sólo con banderas blancas, sin identificación. Otros políticos, Tumini, Donda, Stolbizer, se desplazan sueltos por la Plaza. Aquí está pasando algo diferente a la costumbre inveterada de competir por la visibilidad y el espacio.

A esta Plaza la llenan quienes no tienen una relación personal directa con la tragedia de Once. Todos dicen que vienen para solidarizarse. No hay gritos mientras se espera pacientemente que funcione el audio. Sólo, de vez en cuando, olas de aplausos. A las ocho menos cuarto Ernesto Tenembaum y Gabriela Radice, actuando como locutores, dan por comenzado el acto. Y le pasan el micrófono a Pérez Esquivel, que reclama un "nunca más" y la nulidad de todas las concesiones ferroviarias. Después, nueve familiares leen su texto: nerviosos, angustiados, enfrentando por primera vez el vértigo de una multitud.

El día fue un crescendo, pero no necesariamente podía esperarse un final como el que le dio el documento consensuado por los familiares de las víctimas. Se leyó un gran texto, de los que no abundan y hay que citar: el acto no es una victoria porque nunca debió haber existido su causa, dicen; los responsables son los corruptos, vengan de donde vengan, por eso es indispensable la batalla legal, cuyo desenlace debe dejar en claro que la "tragedia fue consecuencia de la voluntad de enriquecerse". La Justicia estará enfrentada con pruebas sobre las que deberá resolver y personas que deberá condenar "lleven el apellido que lleven". El tono es el de la resolución más firme y lo acompaña un desafío a quienes están a espaldas del escenario: los ocupantes de la Casa Rosada, que no van a poder "borrar los años de abandono".

Sin embargo, la afirmación que parece más sutil y más decisiva no se refiere a la tragedia ni a la corrupción, sino a esa Plaza de autoconvocados: "Éste no es un acto político: es un hecho político". Con esta frase culmina el crescendo de este 22 de febrero. La Plaza es política, no porque se silbe el nombre de Cristina Kirchner (muy moderadamente, en verdad), sino porque un sujeto colectivo elige designar su acto con ese nombre. Los familiares de Once, con su estilo manso, merecen justicia. Pero quizá sean también el impulso de un nuevo tipo de ciudadanía, lejos de una oposición encerrada en el insulto e igualmente lejos de convertirse en carne de una operación que los coopte. Aprendieron demasiado.

DERECHO A VIOLAR

Queridos amigos y amigas,

Escribí una historia sobre una joven somalí brutalmente violada por un grupo de soldados del gobierno, esperando que su valentía al contar esta dolorosa experiencia atrajera la atención sobre el horrible problema de las violaciones en este país. ¡Pero el gobierno usó mi artículo para encarcelar a la víctima por “insultar al estado”! Ahora les pido que sumemos fuerzas para acabar con esta epidemia de violaciones por parte de las fuerzas de seguridad. Haz clic abajo para unirte:


Me llamo Laila y soy periodista. Hace poco escribí una historia sobre una joven brutalmente violada por un grupo de soldados del gobierno en Somalia, con la esperanza de que su valentía al contar esta dolorosa experiencia atrajera la atención sobre el terrible problema de las violaciones en este país. Pero, en lugar de eso, el gobierno usó mi artículo para encarcelar a la víctima y a otros periodistas que cubrieron la historia, ¡por “ofender al estado”!

Sufrir una violación es horrible, pero sufrirla y que las únicas autoridades a las que puedes acudir pidiendo ayuda sean los mismos violadores es el colmo de la impotencia. Sin embargo, creo que juntos podemos construir esperanza. Por esta razón he lanzado una petición global en la página de Avaaz: porque el gobierno somalí depende enormemente de la financiación de otros gobiernos, así que la comunidad internacional puede presionarle para que deje de silenciar esta historia y emprenda reformas reales para detener la epidemia de violaciones cometidas por las fuerzas de seguridad.

Nuestro llamamiento para lograr un cambio podría realmente funcionar, pero tiene que ser lo suficientemente grande. La enviada de la ONU Zainab Bangura nos ha dicho que entregará la petición directamente a países donantes y al presidente de Somalia. Apoya ahora firmando esta petición y reenviándola a todo el mundo. Demostremos a estas mujeres que no están solas, y que nadie tiene derecho a violarlas:

http://www.avaaz.org/es/petition/Somalia_No_Authority_to_Rape/?bWDzubb&v=22175

Esta mujer valerosa fue acusada de inventarse su propia violación por los funcionarios del gobierno incluso antes de ir a juicio. Entonces, el juez se negó a escuchar a ningún testigo o aceptar evidencia médica probando que había sido violada. Y no es la única: he entrevistado a muchas mujeres aquí (demasiadas) que viven bajo el terror constante de ser violadas o disparadas, a menudo por las mismas personas que deberían protegerlas.

Pero ahora hay más esperanza para Somalia que nunca. En tan solo 18 meses, se ha aprobado una nueva Constitución, se ha elegido un nuevo presidente y finalmente se está ganando la batalla a los extremistas. Si nos unimos para darle una potente razón para aplicar medidas enérgicas contra esta violencia, el presidente Hassan Sheikh Mohamoud podrá actuar para proteger a las mujeres de los abusos de sus propias fuerzas armadas.

La inocente superviviente de la violación y el periodista Abdiaziz Abdinur que habló con ella, ¡se enfrentan a un año de cárcel! Los gobiernos donantes son clave para cambiar la forma en la que los soldados y las fuerzas de seguridad somalíes tratan a las mujeres. Firma ahora y reenvía este correo para ayudar a generar un llamamiento tan grande que logre cambiar Somalia para siempre:

http://www.avaaz.org/es/petition/Somalia_No_Authority_to_Rape/?bWDzubb&v=22175

La comunidad de Avaaz ha luchado con valentía para poner fin a la guerra contra las mujeres en el mundo. El mes pasado, más de un millón de personas firmamos una petición exigiendo justicia y un cambio real en India tras la trágica muerte de una mujer violada en Delhi, y hemos recibido señales esperanzadoras de que ministros del gobierno están escuchando nuestro llamamiento. Ahora podemos llevar el poder ciudadano a Somalia y abrir un nuevo camino para el país.

Con esperanza y determinación,

Laila Ali, con el equipo de Avaaz

*Laila es una periodista británico-somalí basada en Nairobi.

P.D. Esta petición ha sido creada en la nueva plataforma de peticiones ciudadanas de Avaaz. Es muy sencillo y rápido lanzar una petición sobre cualquier tema que te importe. Haz clic aquí: http://avaaz.org/es/petition/start_a_petition/22175

Más Información:

Condenan a una mujer somalí que denunció haber sido violada por la policía (El Mundo):
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/05/internacional/1360086423.html

Somalia: ONU alarmada por envío a prisión de mujer violada y del periodista que denunció (UNoticias):
http://www.unoticias.com.uy/2013/02/06/internacionales/somalia_onu_alarmada_por_envio_a_prision_de_mujer_violada_y_del_periodista_que_denuncio/

Condenada una mujer somalí que dijo haber sido violada por soldados (Europa Press):
http://www.europapress.es/internacional/noticia-condenada-mujer-somali-dijo-haber-sido-violada-soldados-20130205173900.html

Somalia: Debe anularse la condena contra una presunta víctima de violación y un periodista (Amnistía Internacional):
http://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/somalia-anular-condena-presunta-victima-violacion-periodista-2013-02-06


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jueves, 21 de febrero de 2013

RIESGO DE CONTRAER CÁNCER

El progresivo debilitamiento de la capa de ozono en el hemisferio
sur, pone en riesgo de contraer melanoma a sus habitantes

De allí la importancia de la prevención y de apoyar el logro de una terapéutica
eficaz contra este cáncer, que están desarrollando científicos argentinos.
  
 
 Hola 

  En nuestras últimas comunicaciones informamos sobre los trabajos del científico y médico, Dr. José Mordoh, discípulo del Premio Nobel Luis F.Leloir, que está desarrollando una vacuna terapéutica contra el más grave cáncer de piel (melanoma) y avanza para aplicarla a otros cánceres. Si no leíste esta información puedes hacerlo ahora.

  Según la Revista Panamericana de Salud Pública (Pan American Journal of Public Healt) el melanoma – el cáncer que más crece – tiene una especial incidencia en el hemisferio sur, por el aumento de la radiación ultravioleta solar (UV) provocado por la desaparición de la capa de ozono.

  El estudio dice que desde fines de la década del 80 y en especial en los últimos 15 años, ha desaparecido el 15% de la capa de ozono en el extremo sur de Sudamérica. Las sustancias químicas que destruyen el ozono y provocan el debilitamiento de dicha capa, agravan los efectos que sobre las personas tiene la exposición solar. En el hemisferio sur – Argentina, Chile, Brasil y Australia especialmente – la capa de ozono normalmente se afina cada primavera, provocando hasta un 25% de aumento de la radiación UV en esta época del año.
 
En el hemisferio sur empeorará la radiación
ultra violeta solar en las próximas décadas.

  Lamentablemente se estima que en el hemisferio sur empeorará la radiación UV en las próximas décadas, debido a las variaciones del ozono circulante en la atmósfera superior. O sea que a mayor exposición a la radiación UV, habrá mayor riesgo de melanoma. Hay entonces 
peligro para los actuales habitantes de la región y para las próximas generaciones, o sea nuestros hijos y nietos.

Por ello es muy importante la prevención ya que, especialmente entre los jóvenes, se practica frecuentemente el bronceado al sol o en camillas, con consecuencias muy serias. Los gobiernos deberían reconocer al melanoma como un cáncer grave que se extiende y darle prioridad a campañas de prevención.

  De allí la importancia de que en la Argentina, los científicos que dirige el Dr. Mordoh estén desarrollando una vacuna terapéutica contra el melanoma que, en las primeras experiencias clínicas, mostró ser muy eficaz. El hemisferio sur se beneficiará de esta investigación.
  Por eso la Fundación SALES la sostiene desde hace 25 años, con los pequeños aportes mensuales que recibió de más de 70.000 ciudadanos que alientan con su apoyo a los 30 científicos que dirige Mordoh. Ayudémoslos a lograr su objetivo.

  Si deseas sumarte a este noble emprendimiento mundial con una pequeña donación  hacé click 
aquí  o más abajo. Si quieres conocer más detalles, llámanos o escríbenos para participar de las reuniones-almuerzos, sin cargo, con nuestros científicos: 4371-9595sales@sales.org.ar (Sra.Teresita). Si reenvías, por favor, este mail a tus amigos, ellos tendrían que hacer click aquí para firmar contra el cáncer y recibir nuestras comunicaciones quincenales. Asi nos ayudarás a extender esta campaña de prevención.

  En las próximas comunicaciones informaremos sobre otros aspectos de este grave cáncer, que no reacciona eficazmente con las terapéuticas habituales (quimioterapia o radioterapia). Muchas gracias por tu colaboración.
 
         Lic. Arturo Prins
         Director Ejecutivo
        Fundación SALES
 DESEO AYUDAR A LOS CIENTÍFICOS ARGENTINOS
PARA LOGRAR LA VACUNA ANTITUMORAL 

viernes, 8 de febrero de 2013

DE LAS MENTIRAS, MONSANTO Y EL FERROCIDIO.

Andrés M. Sarlengo (CONTRAPUNTOS, especial para ARGENPRESS.info)
Tras unos días en el Gran Buenos Aires (zona norte y sur) y Capital Federal, pareciera que el espíritu de Callao y Esmeralda y su HOMBRE QUE ESTA SOLO Y ESPERA... pretendía contagiarme.

Pero no fue ni es así. “La que el porteño muestra, es su mentira”, sentencia Scalabrini Ortíz (1). Mentira es esa ciudad, ese conurbano bonaerense…repleto de miserias, glifosato y agrotóxicos (los colectivos emanan biodiesel por sus escapes), gente amontonada sin palabras y como piedras que se mueven… todo es mentira… No se puede “creer” como dicen sus dirigentes (Fernández de Kirchner, Scioli o Macri) que avanzan hacia el progreso.

Mis ojos (entremezcla de curioso pajuerano y periodista) cada vez que arribo a esos arrabales intentan desnaturalizar esas mentiras…

A Retiro me llevó un ómnibus de larga distancia con seis horas de viaje y no el Ferrocarril Mitre como hasta 1990. Aunque sí el tren eléctrico me dejó en la Estación Victoria, unas de las víctimas del ferrocidio neoliberal. El “gasolero” me retrotrae a mi niñez y adolescencia compartidas en la zona de Las Tunas (López Camelo). Porque como afirmó Belva Balvé en el prólogo del El Ferrocidio (de J.C.Cena): “Y tristeza, porque a partir de su lectura uno toma conciencia de todo lo que se perdió, se destruyó y de una sociedad que no sólo lo permitió sino que lo justificó (2)”.

En Las Tunas no gobierna la felicidad ni la dignidad como pregonan los K y otros partidarios de la plutocracia. Ford, Terrabusi, Volkswagen, los centros comerciales “gotean” consumismo, no derechos humanos. Parece que el Programa Envión lejos está de reducir a los NINI (jóvenes que no estudian ni trabajan).

Con todo, entre los olores malolientes (¿y el sistema de desagües?) y la espesura demográfica, brota la esperanza. Simón Rodríguez es el nombre elegido por varios docentes para un Bachillerato Popular que hace años pretende despuntar otra pedagogía en la zona de Las Tunas. Una de las alumnas del “Bachi”, Patricia Borré, de 45 años, me contó que no sabe porque retomó los estudios pero sí que “nunca es tarde para hacerlo, y estos espacios de educación para adultos te da la motivación, te genera autoestima, y especialmente estos bachilleratos populares, porque es un trabajo más humano, donde en el aula no se distingue quien es el profesor y quien es el estudiante, es algo más recíproco, el profesor aprende del estudiante y al revés (…) Me gustaría seguir estudiante filosofía (5)”.

En Las Tunas aunque reine el neoliberalismo también se resiste. Sucede que aun así muchos se creen las “mentiras oficiales”…

Días después, la SUBE (crecen las ganancias empresariales del automotor, bajan los salarios de los laborantes que se transportan) me llevó nuevamente a Retiro; y de ahí a Callao y Corrientes. No es natural que los policías custodien las “Casa de las Provincias” (la de Córdoba, en este caso)… En la plutocracia los gobernantes son privilegiados; y los gobernados “custodiados”.

La tarde del 29 de enero la multinacional Monsanto fue repudiada en varias localidades del país… El documento leído a metros del Hotel Bauen es categórico: “Monsanto no tiene licencia social, entonces compra voluntades y suma colaboradores a su equipo. El Intendente de Malvinas Argentinas (Córdoba) Ricardo Daniel Arzani, ha declarado que recibe los curriculum vitae de los postulantes para trabajar en la empresa de Monsanto (…) Otro colaborador es el gobernador De la Sota que abre sus puertas para que Monsanto ponga dos plantas en la provincia: una en Malvinas Argentinas y otra en Río 4 (…) Y por supuesto la presidencia de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner… tres partidos distintos, tres orientaciones diferentes, pero el mismo plan. Ella ha festejado con bombos y platillos que la empresa que concentra el monopolio de las semillas transgénicas y los agrotóxicos en el mundo haya elegido nuestro país para desarrollar su plan de saqueo y contaminación sin restricciones ni regulaciones y para ello ha promovido la modificación de leyes que consoliden el poderío de Monsanto en la región reconociendo sus patentes y privatizando nuestras semillas (3)”.

Luego del acto frente a la “protegida” Casa de Córdoba en el Bauen una charla generó fuertes polémicas y declaraciones de “marxistas” como Pedro Peretti que no valen publicidad alguna.

El periodista “fumigado” Oscar Di Vincenzi viene bien contra los Peretti y los tibios “sureños”: “Los Sin Tierras decían ¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza! (4)”.

Horas antes de regresar a la sojera Venado Tuerto (y tras mi paso por el “sur” bonaerense) la “represión “en Parque Centenario se convirtió en noticias.

Rejas y rejas. Macri y Bullrich. Cristina y Monsanto. Binner y Monsanto… De La Sota y Scioli.

Está claro que Argentina es plutocracia.

Y con las rejas de hierro o la transgenia: lo público y la vida van perdiendo contra el verde dólar.

Es tiempo de dejarse de mentiras y que la verdad haga de nosotros la rebelión popular que necesitamos.

Notas:
1) El hombre que está solo y espera. Raúl Scalabrini Ortíz. Ediciones Plus Ultra. 17 Edición. 1991.
2) El Ferrocidio. Juan Carlos Cena. La Rosa Blindada. 2da. Edición 2008.
3) Audio obtenido en la actividad contra Monsanto. 29-01-2013.
4) Audio obtenido en la actividad contra Monsanto. 29-01-2013.
5) Entrevista realizada el sábado 26 de enero de 2013.

miércoles, 6 de febrero de 2013

LA INFLACIÓN EN AMÉRICA LATINA

En las economías con baja inflación no existen controles de precios ni de cambio y es la acción de la política fiscal y monetaria la que mantiene la inflación en la raya. La inflación es un síntoma de inestabilidad.
La inflación como problema económico casi ha desparecido de América Latina, región que en el pasado estuvo plagada de alzas incontroladas de precios. Inclusive, países como Argentina, Bolivia y Perú sufrieron de procesos hiperinflacionarios. En 1985, Bolivia tuvo una tasa de inflación superior a 90.000%. Salvo en Argentina y Venezuela, ya la inflación dejó de ser un motivo de preocupación, tal como se muestra en gráfico adjunto. La alta inflación suele tener efectos nocivos sobre la economía.
Al deteriorar el poder de compra, crea un estado permanente de inestabilidad social y política. Cuando los precios suben de manera pronunciada como es el caso de Venezuela, el país pierde competitividad en vista del encarecimiento de sus productos, los cuales son desplazados por las importaciones.
Adicionalmente, la inflación afecta a los ahorristas, quienes experimentan pérdidas apreciables de su patrimonio.
Las economías que han logrado disminuir la inflación lo han hecho aplicando un conjunto de políticas en al menos tres ámbitos. En el fiscal, a través de gobiernos responsables, que no gasten en exceso los ingresos que reciben. Cuando el déficit del gobierno sobrepasa el límite de lo admisible, ello crea problemas de financiamiento que se acaban traduciendo en creación excesiva de dinero. En lo monetario, los bancos centrales se han centrado en la estabilidad de la moneda.
Esto quiere decir que las autoridades monetarias no crean más dinero que aquel que la economía puede absorber. En el plano institucional, las economías exitosas han emprendido reformas para fortalecer la competencia, mejorar los canales de distribución de los bienes y en general en crear un clima propicio a la estabilidad de la economía. Estos son los casos de Brasil, Colombia, Chile, Perú y Uruguay.
LA ESCASEZ
En las economías con baja inflación no existen controles de precios ni de cambio y es la acción de la política fiscal y monetaria la que mantiene la inflación en la raya. La inflación es un síntoma de inestabilidad. Cuando la inflación es elevada y volátil se genera incertidumbre. Esos son los casos de Argentina y Venezuela, donde imperan controles de cambio y de precios y en consecuencia se genera escasez.
Tanto Argentina como Venezuela han hecho todo lo posible para sufrir de la inflación y también para beneficiarse de ella. Las gestiones fiscales de Argentina y Venezuela exhiben profundos déficits que han llevado al financiamiento monetario. Las finanzas públicas de Argentina y Venezuela son un auténtico desorden, lo cual ha propiciado una expansión del gasto francamente insostenible.
Similarmente, los gobiernos de Argentina y Venezuela han abusado de los bancos centrales como instrumentos de financiamiento. En ambos países los entes emisores fungen como auténticas cajas chicas para que sus gobiernos usen las reservas internacionales en el financiamiento del gasto corriente. En Venezuela más que en Argentina, el banco central se ha desdibujado completamente y se ha convertido en una especie de dependencia del Ministerio de Finanzas, en una imprenta que emite papel moneda sin ningún valor.
En 2012, el Banco Central de Venezuela expandió el dinero primario en más de 40,0% para financiar al gobierno, todo lo cual resultó en una tasa de inflación de 20,1%, a pesar de controles draconianos de cambio y de precios. Lo peor de todo esto es que tanto a las autoridades de los bancos centrales de Argentina y Venezuela, pareciera no preocuparles mucho la inflación. En parte esa falta de preocupación deviene del hecho de que al final los gobiernos se benefician de la inflación.
Fuente: www.entornointeligente.com

martes, 5 de febrero de 2013

El Volvo secuestrado por Drogas Peligrosas ....

Lo confirmó la jueza Zunilda Niremperger

El Volvo secuestrado por Drogas Peligrosas no tenía autorización judicial para ser utilizado

La jueza federal de Sáenz Peña, Zunilda Niremperger, aseguró a NORTE que el automóvil importado que fue secuestrado a un imputado en la causa Carbón blanco no tenía autorización para ser utilizado y que debía permanecer en resguardo hasta tanto se defina el destino del rodado, y anunció que hoy efectuará un formal pedido de informes.


La funcionaria judicial informó que todo vehículo, “luego de ser secuestrado, se pone en custodia de la fuerza. Y es el trámite que se siguió con este”, en alusión al automóvil Volvo patente FFF 915, que pertenecería al abogado Carlos Alberto Salvatore, actualmente detenido por su vínculo en la causa “Carbón blanco”, y que fuera utilizado por una autoridad policial. 
La investigación permitió desmantelar una red de envíos de cocaína hacia Europa, utilizando el tipo de bolsas que habitualmente se ocupan para la exportación de carbón vegetal.
La metodología burlaba los controles aduaneros y fiscales por parte de los narcotraficantes que componían una banda con base en una planta cargadora de Quitilipi, comandada desde Rosario. Al ofrecer más precisiones en cuanto al destino del rodado secuestrado, Niremperger expuso que el organismo sobre el que cae la responsabilidad de resguardarlo “es el responsable de custodiarlo, hasta tanto el juzgado decida qué hacer con él, si se lo devuelve o va a remate”.
Añadió, en tal sentido, que “es la propia fuerza policial a la que se le encomendó esta tarea la que elige el lugar dónde ubicarlo, y tienen las facultades suficientes para resguardarlo donde estimen correcto”.
“No es normal que lo usen”
“Por supuesto que no lo pueden usar, sino que deben ponerlo en un lugar a resguardo”, sostuvo de manera tajante Niremperger al ser consultada sobre la existencia de alguna autorización al jefe de la división Drogas Peligrosas de la Policía del Chaco, y aclaró que “sí puede haber una excepcionalidad en el caso de que pidan autorización para dejarlo en tal o cual lugar”. Mientras, confirmó que “definitivamente no es normal que lo usen, porque no están autorizados para hacerlo”.
La titular del Juzgado Federal de Sáenz Peña precisó que en principio “la explicación que dieron es que como no tienen lugar donde tenerlo, lo dejaron ahí porque hay guardia las 24 horas”, en alusión al estacionamiento de Casa de Gobierno.
Acondicionador de aire y desfibrilador
Al ser consultada sobre otra situación que trascendió en relación con el detenido Salvatore, sobre la donación de equipos de aire acondicionador para la dependencia policial, Zunilda Niremperger expuso que “lo que estaba en mi conocimiento es que este hombre, como tiene un problema grave de salud, puso en condiciones el lugar que usa con la instalación de un aire acondicionado y un desfibrilador”. 
El desfibrilador es un aparato electrónico portátil que permite restablecer el ritmo cardíaco efectivo, eléctrica y mecánicamente, pues la fibrilación ventricular es la causa más frecuente de muerte súbita y este tipo de equipos, básicamente, devuelven el ritmo adecuado al corazón.
“Si después se hicieron otros favores, lo desconozco y habrá que investigar”, deslizó la jueza, mientras agregó que debido al inconveniente cardíaco que padece el detenido solicitó que se pinte el lugar con pintura antihongos.

Basta de *boludeo*

Basta de *boludeo 
Por Malú Kikuchi

*Boludeo, argentinismo aceptado por el Diccionario de la Real Academia Española en 2002, que significa “perder el tiempo”. La aclaración es necesaria ya que personalmente no creo que las palabras sean buenas o malas, no conllevan carga moral; pueden ser acertadas, precisas, justas o todo lo contrario, pero nunca buenas o malas.
 
Sólo son la forma oral que ayudan a expresar ideas, y estas si puedan ser buenas o malas. Insisto, no es una guarangada gratuita de las que se usa y abusa en estos tiempos, es una exacta definición argentina, del deporte nacional argentino.
Me refiero a la pérdida de tiempo. Hace años que nos dedicamos con pasión a perder el tiempo, el nuestro, el de los otros y el del país. Pero últimamente nos estamos excediendo, no hacemos otra cosa. Los que apoyan al gobierno, los que lo detestan, más los indiferentes, es decir los 40 millones de argentinos, tienen un único tema de conversación política: Cristina.
Qué se puso Cristina, cómo se peinó Cristina, qué dijo, qué no dijo, si habló por “condena” nacional o si se dio cuenta que el saturar audios y pantallas le resta puntos en las encuestas. Si desde que empezó el 2013 se dedica a tuitear, qué dicen los los tuits, si le contesta a Darín que hizo una reflexión común a todos a los argentinos, ¿cómo se incrementó el patrimonio K en 9 años en forma sideral desde el gobierno? (nos encantaría tener la receta) y nunca se comunicó con los familiares de las víctimas de Cromañon o del Once.
Si viaja a países no convencionales a los que aparentemente no les vendemos nada, pero que curiosamente todos tienen algo en común: petróleo. Que entonces los DDHH no le importan, eso se deja para Argentina, la década de los 70 y para los “maravillosos muchachos idealistas”. Que si está demoliendo rápido todo lo que heredó políticamente de Néstor, que si su vice (elegido por ella) es un impresentable personaje sospechado de corrupciones hasta ahora inéditas (en un país generosamente corrupto), que si Cristina esto, o aquello, o lo de más allá.
Todo empieza y termina en Cristina, alfa y omega, principio y fin de todas las cosas, como el Dios que nos enseñaba el catecismo. Mientras el US$ blue llega a 8 y subiendo, la inflación galopante nos recuerda los finales de Alfonsín. Nos hacemos amigos de ¡Irán!, que no cree en el poder judicial argentino en Argentina, pero sí cree en nuestro poder judicial en Irán. Hablamos cordialmente con los que pareciera son responsables del peor atentado terrorista sufrido por el país, ¿pero no podemos hablar con los habitantes de Malvinas?
El peso se ha convertido en una moneda piyama, sólo se usa de entre casa, y Kicillof, y la Cámpora y fútbol para todos, pero no hay plata para los jubilados o para sanear el Riachuelo. Y Zaffaroni y Randazzo y las 5 centrales obreras. Y sueños compartidos, robos exclusivos. Seguimos comprando el último escándalo (que dura poco, hasta que llega el próximo) y la crisis que tiene una puntería fenomenal, cae dentro de las fronteras argentinas y no toca los países vecinos. Todo esto y más, con el telón de fondo de la guerra a muerte, por ahora, entre Cristina y Clarín.
Y alrededor de Cristina jugamos con las posibles candidaturas a algo, no se sabe bien a qué, de Scioli, Macri, De la Sota (¿por qué no sube en las encuestas?), Massa, y preguntamos sin obtener respuesta, si la UCR se juntará con el FAP y los restos de la CC y toda la izquierda democrática, o si el peronismo federal sumará o no al PRO, y ¿dónde lo metemos a De Narváez?
Siempre con Cristina, recordamos que los trenes no funcionan y matan; que va a haber una vez más, y lo vamos a permitir una vez más, candidaturas testimoniales, nos encanta que nos tomen el pelo. ¡Van a votar chicos de 16 años! un infanticidio político. Nos quedamos sin FFAA, y la Fragata y el Espora y la Trinidad, cuestión que si alguien quiere amedrentarnos con papel picado en carnaval, nos declaremos rápidamente derrotados porque no tenemos con qué defendernos. Todo lo que porta uniforme, así sea un botones de hotel, es probable sospechoso y seguro condenado.
A pesar de Cristilandia, hay pobres, analfabetos, droga, fronteras permisivas, refugio de narcotraficantes latinoamericanos; cortes de luz rotativos y permanentes en cuanto el termómetro sube de 25° y las inmobiliarias se funden. Uruguay y Paraguay exportan más carne que Argentina. Gracias Cristina. Gracias Moreno. Todo eso lo sabemos. Lo criticamos. ¿Y?
Parodiando el tango, *“¿dónde hay un proyecto viejo Gómez?” Basta de criticar, no tienen arreglo, son así, así los votaron y los votó la mayoría. Y nosotros, ¿qué hacemos? Además de “boludear” en charlas de café sobre lo mal que estamos, ¿qué hacemos? Necesitamos un proyecto de país en serio, no como eslogan electoral. Un proyecto inclusivo de personas y de temas. Un proyecto sobre educación, salud, justicia, seguridad. Proyectos integrales y pormenorizados sobre cada tema que necesita nuestra Argentina. No busquemos candidatos, busquemos proyectos.
El tiempo es un bien escaso no renovable. Entonces, pensemos un país a futuro, un país a largo plazo, sin remiendos de ocasión; un país para 100 prósperos millones de personas, un país educado, moderno, de clase media, adelantado; un país capaz de alimentar a medio planeta con productos saturados de valor agregado, un país con capacidades insospechadas, un país del que podamos estar orgullosos. Y ese camino, que puede no ser largo, empieza con REPÚBLICA, con división de poderes, con justicia sin impunidad, con igualdad de oportunidades y con LIBERTAD. Con toda la libertad que quepa dentro de leyes legisladas en libertad, en defensa de las libertades individuales.
No pidamos menos. No nos conformemos con menos. Todo es posible. Hagámoslo posible. Basta de hablar de candidaturas, hablemos de proyectos. No escuchemos al político que no venga con un proyecto de país en serio, estudiado, con soluciones. No al político que nos hable de lo que va a hacer, exijamos que nos diga cómo y con qué lo va a hacer. Seamos serios. Los políticos son argentinos, son como nosotros, nos reflejan. Y si este espejo no nos gusta, en vez de criticar, cambiemos. Los políticos tendrán que cambiar con nosotros. Ellos son nosotros.
De no cambiar, de no exigir el cambio que debemos estar dispuestos a hacer, el futuro se reducirá a una pesadilla expresada por la diputada Diana Conti: “Cristina eterna”. Y que Dios nos asista.
*Tango ranchera, “¿Dónde hay un mango?”, Francisco Canaro / Ivo Pelay 

Malú Kikuchi 
maluki@fibertel.com.ar


Gentileza de www.lacajadepandoraonline.com para NOTIAR

04.02.2013
 

sábado, 2 de febrero de 2013

El costo humano de la negligencia ambiental


Por Juliane Kippenberg y Jane Cohen

Cada año, las crisis ambientales afectan a millones de personas alrededor del mundo provocando enfermedades y diezmando vidas y medios de subsistencia.
Cuando la degradación ambiental recaba la atención internacional, su impacto se enmarca a menudo en términos de los daños a la naturaleza. Sin embargo, otra manera, obviada con frecuencia, de entender un vertido tóxico o un desastre minero es en términos de su impacto sobre los derechos humanos —cuanto menos el derecho a la vida, la salud y a la seguridad de acceso a alimentos y agua.
Por ejemplo, en 2011, en la provincia de Henán al este de China, por los ríos corrió agua de color rojo sangre debido a la contaminación y el espeso humo asfixiaba la atmósfera alrededor de las fundiciones de plomo y las fábricas de baterías que alimentaban la economía local —una situación profundamente preocupante en términos de contaminación ambiental. Sin embargo, como se mostró en el informe de Human Rights Watch de 2011 My Children Have Been Poisoned (Han envenenado a mis hijos), la crisis sanitaria y ambiental de Henán también ha conllevado violaciones de los derechos humanos que han arrebatado un conjunto de derechos internacionalmente reconocidos a los ciudadanos —como los derechos a la salud y a protestar pacíficamente— y han puesto en peligro el desarrollo físico e intelectual de miles de niños.
Desafortunadamente, en la práctica, los gobiernos y las agencias internacionales no examinan con suficiente frecuencia las cuestiones ambientales desde la perspectiva de los derechos humanos o abordan conjuntamente ambos temas en las leyes o las instituciones. Pero así deberían hacerlo, y lo deberían hacer sin miedo a que esta estrategia comprometa los esfuerzos para lograr la sostenibilidad y la protección ambiental.
De hecho, en lugar de socavar estos objetivos importantes, una perspectiva de derechos humanos pone en primer plano un principio fundamental y complementario —en concreto, que los gobiernos deben rendir cuentas por sus acciones. Además, aporta herramientas de incidencia política a los afectados por la degradación ambiental para generar un espacio donde hacer oír su voz, participar de manera significativa en el debate público sobre problemas ambientales y, cuando sea necesario, recurrir a los tribunales independientes para lograr rendición de cuentas y obtener resarcimiento.  Como dice la máxima jurídica, no puede haber un derecho sin un remedio.
Los instrumentos regionales de derechos humanos —como el Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos y su Protocolo Adicional relativo a los derechos de la mujer— reconocen el derecho a un ambiente saludable (o un ambiente “generalmente satisfactorio” en el caso de la Carta Africana, adoptada en 1981). Además, han pasado más de dos décadas desde que una resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que todas las personas tienen derecho a vivir en un ambiente adecuado para su salud y su bienestar.
En un fallo histórico de 2001, la Comisión Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos demostró que era posible exigir cuentas a nivel regional por violaciones de los derechos humanos, entre ellos el derecho a un ambiente saludable. La Comisión concluyó que, a través de un consorcio con Shell Petroleum Development Corporation, el anterior gobierno militar de Nigeria había provocado daños ambientales al pueblo Ogoni de la región del Delta del Níger, violando el derecho protegido por la Carta Africana. La Comisión dictaminó que el gobierno no había adoptado las medidas necesarias para proteger a la población Ogoni de los daños provocados por la producción petrolera, y no había “dispuesto ni permitido estudios de los riesgos posibles y reales para el ambiente y la salud generados por las operaciones petroleras en las comunidades Ogoni”. Sorprendentemente, la Comisión también concluyó que se había violado el derecho a la vida debido al nivel de contaminación y degradación ambiental “inaceptables para el ser humano”, que habían destruido las tierras y las explotaciones agrícolas de las que dependía la supervivencia de los Ogoni.
Sin embargo, a pesar de estas decisiones, sigue habiendo un nivel insuficiente de rendición de cuentas en materia de derechos humanos por las cuestiones ambientales, como demuestra el alcance del daño ambiental que se produce a nivel mundial sin resarcimiento aparente. La comunidad internacional de derechos humanos tiene que ayudar a reforzar tanto el contenido como el marco del derecho a un ambiente saludable, y contribuir a institucionalizar la conexión entre los derechos humanos y el medio ambiente. Dichas medidas incluirían el desarrollo de mecanismos de rendición de cuentas que puedan ofrecer un remedio efectivo para los millones de personas afectadas por las crisis ambientales.

El derecho a la vida y la salud

De acuerdo con el derecho internacional de derechos humanos, los gobiernos tienen numerosas obligaciones relacionadas con la protección del derecho a la vida y la salud de sus ciudadanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y la Convención sobre los Derechos del Niño establecen el derecho al máximo nivel posible de salud. En virtud del PIDESC, el derecho a la salud conlleva una obligación de mejorar la salud ambiental, proteger a los ciudadanos frente a las amenazas ambientales contra la salud, garantizar condiciones de trabajo saludables y proteger el derecho a la seguridad de los alimentos y el agua.
Sin embargo, muchos gobiernos no protegen ni hacen respetar regularmente estos compromisos.
Human Rights Watch ha documentado el impacto devastador de dicha negligencia de las autoridades en muchas partes del mundo. Por ejemplo, en el estado de Zamfara, en la región septentrional de Nigeria, más de 400 niños han muerto a causa de la intoxicación por plomo —uno de los brotes de saturnismo más graves de la historia— debido a la exposición al polvo contaminado con plomo generado durante la minería del oro a pequeña escala. El Gobierno de Nigeria ha arrastrado los pies ante este desastre sin precedentes, a pesar de los múltiples indicios de la inminencia del desastre. En el cortometraje A Heavy Price (2012), Human Rights Watch documentó cómo los niños continúan viviendo y jugando en hogares contaminados, y siguen expuestos a niveles de plomo que pueden poner en peligro sus vidas y provocar discapacidades permanentes.
Desafortunadamente, Nigeria no es el único caso: los gobiernos responden a menudo a los problemas ambientales negando la situación, o adoptando medidas débiles e inconexas sin eliminar el daño ambiental, sin imponer o aplicar los reglamentos, y sin prevenir ni tratar las afecciones resultantes.

El derecho a saber, protestar y reclamar justicia

El derecho internacional obliga también a los gobiernos a garantizar el derecho de las personas a saber, participar en los procesos políticos, protestar de manera pacífica y reclamar justicia. Estos derechos, consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, garantizan que los ciudadanos puedan participar de forma activa y significativa en las decisiones que afectan a sus vidas.
En la práctica, los gobiernos no informan con frecuencia a los ciudadanos acerca de los hechos más fundamentales relacionados con la salud ambiental, lo que viola su derecho a la información. En Japón, por ejemplo, el gobierno no proporcionó información básica a los residentes de Fukushima acerca del nivel de radiación en sus alimentos y la atmósfera, después del desastre nuclear de marzo de 2011 en esta prefectura; lo que hizo que, como señaló un médico local a Human Rights Watch, los periódicos locales tuvieran “que fiarse a ciegas de lo que dijera la prefectura”.
Incluso en los países que cuentan con salvaguardias sofisticadas para asegurar la transparencia y la participación de las poblaciones afectadas, el panorama real es a menudo sombrío.  En muchos países, los gobiernos no sólo no proporcionan información a sus ciudadanos, sino que también reprimen a los que reclaman transparencia y remedios oficiales. Human Rights Watch ha documentado toda una serie de medidas gubernamentales contra los que protestan —o incluso los que se limitan a buscar información— que incluyen amenazas, arrestos, encarcelamientos y hasta asesinatos.
Por ejemplo, en nuestra investigación de 2010 en cuatro provincias chinas, descubrimos que el gobierno estaba deteniendo a personas que protestaban contra la contaminación por el plomo de las fábricas, y hasta a padres y madres que solicitaban atención médica para sus hijos intoxicados (My Children Have Been Poisoned). En Filipinas, Human Rights Watch ha documentado el asesinato de tres activistas ambientales desde octubre de 2011: estos hombres se habían opuesto abiertamente a las operaciones mineras y energéticas que, según ellos, amenazaban el medio ambiente e iban a sacar de sus tierras a las comunidades locales de Bukidnon y Cotabato Septentrional. No se ha castigado a nadie, y las pruebas apuntan a la participación de grupos paramilitares bajo el control de las fuerzas armadas. En el caso de Kenya —que incorporó el derecho a un ambiente saludable a su constitución en 2010—, Human Rights Watch ha estado colaborando con un activista ambiental, que se ha enfrentado reiteradamente a amenazas y arrestos por reclamar información y resarcimiento de una fábrica local que ha contaminado la atmósfera y el agua cerca de la ciudad de Mombasa. 

Reglamentación de las empresas

Las empresas constituyen la esencia de los problemas ambientales actuales. Independientemente de que sean corporaciones multinacionales o pequeñas empresas locales, tienen la misma responsabilidad de asegurar que sus operaciones no provocan violaciones de los derechos humanos ni contribuyen a ellas, como se señala en los Principios rectores de la ONU sobre las empresas y los derechos humanos. Se trata de una responsabilidad que incumplen con frecuencia (véase también “Sin reglas:“ ”Una estrategia fallida para la responsabilidad corporativa” en este documento).
Por ejemplo, la mina de Porgera de Barrick Gold en Papúa Nueva Guinea vierte todos los días 14.000 toneladas de residuos líquidos de la explotación minera en un río cercano, lo que genera posibles daños para el ambiente y la salud de las comunidades locales (Gold’s Costly Dividend, 2011). En Dhaka, la capital de Bangladesh, alrededor de 150 curtidurías exponen a los residentes locales a efluentes sin tratar que contienen cromo, azufre, amonio y otras sustancias químicas que causan enfermedades de la piel, erupciones cutáneas y diarrea, entre otras afecciones (Toxic Tanneries, 2012).
Las empresas, que incluyen a los inversores extranjeros, los compradores internacionales y los comercios minoristas, tienen la responsabilidad de asegurarse de que no están contribuyendo a abusos contra los derechos humanos, ya sea de forma directa o indirecta. El comercio que vende un cinto hecho con cuero curtido y curado en las fosas llenas de ácido de Dhaka debe tener establecidos procedimientos de debida diligencia para garantizar que no contribuye indirectamente a los abusos contra los derechos humanos; lo mismo deben hacer los compradores internacionales para asegurarse de que sus proveedores no están violando las leyes sobre salud y seguridad o envenenando el medio ambiente. Además, los gobiernos deben asegurarse de que regulan adecuadamente el sector privado —una medida que con frecuencia tienen reticencia a aplicar porque los reglamentos ambientales interfieren con los intereses del sector privado, y se consideran una carga para el desarrollo y el crecimiento económicos.
Por ejemplo, en octubre de 2010, la Cámara de los Comunes de Canadá rechazó un proyecto de ley que habría permitido al gobierno hacer un seguimiento de los impactos sobre el medio ambiente y los derechos humanos de las operaciones a nivel mundial de las industrias extractivas canadienses. Con este rechazo se perdió una oportunidad importante: Canadá alberga a la mayoría de las empresas de minería y exploración del mundo. Esta industria abarcó el 21 por ciento de las exportaciones canadienses en 2010 y generó alrededor de 36.000 millones de dólares en sus operaciones de minería ese año.
En Bangladesh, donde las curtidurías contaminan la atmósfera, el agua y el suelo, nuestra investigación concluyó que el gobierno no ha aplicado las leyes ambientales y laborales, y lleva una década ignorando un fallo judicial que le ordena asegurarse de que las curtidurías instalen sistemas adecuados de tratamiento de residuos. Un funcionario del gobierno dijo a Human Rights Watch que el sector del curtido no está regulado adecuadamente porque “los dueños de las curtidurías tienen mucho dinero y poder político”.
En el caso de India, por ejemplo, una investigación de Human Rights Watch de 2012 en los estados meridionales de Goa y Karnataka (Out of Control) concluyó que las evaluaciones del impacto ambiental, supuestamente independientes y precisas, de posibles proyectos de minería eran a menudo deficientes y habían sido encargadas por las mismas empresas de minería, mayoritariamente locales, que solicitan el permiso del Gobierno indio para operar.
En ocasiones, la corrupción también menoscaba los reglamentos y las salvaguardias ambientales. En Indonesia, Human Rights Watch ha demostrado la manera en que la corrupción flagrante ha debilitado las políticas ambientales sobre las explotaciones madereras (Wild Money, 2009); como consecuencia, la mayoría de la madera indonesia se ha talado ilegalmente, infringiendo las políticas destinadas a proteger a las comunidades y el medio ambiente locales.

Los más afectados

Con frecuencia, la degradación ambiental afecta desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables y discriminadas —como las poblaciones rurales pobres, las personas desplazadas, las mujeres, las minorías étnicas y los pueblos indígenas— que muy pocas veces tienen acceso o influencia política para poder criticar o exigir cuentas a los gobiernos. 
Los pueblos indígenas están especialmente expuestos a graves violaciones de los derechos humanos cuando los gobiernos o las corporaciones multinacionales arrasan sus tierras y sus ecosistemas en nombre del “desarrollo económico”. Según la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, estos pueblos sólo pueden ser reubicados con su consentimiento libre, previo e informado, después de acordar una indemnización justa y equitativa por las tierras, la propiedad y los medios de vida.  Human Rights Watch ha demostrado, no obstante, que este no suele ser el caso.
Por ejemplo, en Etiopía, la investigación de Human Rights Watch en 2011 concluyó que se estaba expulsando por la fuerza a los pueblos indígenas del valle de Omo, su principal medio de subsistencia, para abrir paso a grandes explotaciones comerciales de azúcar. El gobierno ha usado el hostigamiento, la violencia y los arrestos arbitrarios para imponer sus planes, lo que ha hecho que los miembros de los grupos indígenas locales, como un miembro de la tribu Mursi, se pregunten: “¿Qué pasará cuando llegue el hambre?” cuando el río se seque y hayan confiscado las tierras. (What Will Happen If Hunger Comes? 2012).
Otro colectivo vulnerable a los efectos de la contaminación ambiental son los niños —a pesar de que la protección de la salud infantil es una obligación fundamental dentro del derecho internacional. Las sustancias químicas tóxicas tienen consecuencias especialmente perjudiciales para los niños, cuyos organismos en desarrollo absorben estos productos con más facilidad que los de los adultos; y provocan en algunos casos daños irreversibles a largo plazo, discapacidad o incluso la muerte.
Los niños que provienen de situaciones de pobreza, desfavorecimiento y marginación pueden correr un especial riesgo, ya que sus comunidades carecen de influencia política e información.  Por ejemplo, la investigación de Human Rights Watch sobre el trabajo infantil en la minería artesanal del oro en Malí —una industria en que la que trabajan alrededor de 15 millones de mineros en todo el mundo— ha concluido que la exposición de los niños al mercurio, un metal tóxico, se ha abordado muy poco a nivel nacional o mundial (A Poisonous Mix, 2011).
Human Rights Watch también ha documentado como los niños y los adultos de la minoría marginada romaní, desplazados después de la guerra de 1999 en Kosovo, fueron albergados durante años en campos para desplazados contaminados con plomo en el norte del país (Kosovo: Poisoned by Lead, 2009). Los niños estuvieron especialmente expuestos a la intoxicación por el plomo. La ONU —la autoridad efectiva en ese momento— sabía de la contaminación, pero no los trasladó a un lugar más seguro hasta más de cinco años después. No contó con un plan integral de salud y detuvo el tratamiento de los niños sin ninguna justificación médica.
Los niños de países ricos tampoco son inmunes a las repercusiones de un entorno tóxico.  En la industria agrícola de Estados Unidos, los niños agricultores —muchos de familias migrantes— trabajan en el interior o las cercanías de campos que se rocían regularmente con plaguicidas. Sin embargo, el Gobierno de Estados Unidos no ha ilegalizado el trabajo infantil peligroso en la agricultura, y ha dado prioridad a los intereses de la agroindustria en detrimento de reglamentos más estrictos sobre la exposición de los niños a plaguicidas (Fields of Peril, 2010).

Retos y oportunidades globales

La respuesta de los gobiernos a la degradación ambiental es a menudo débil e inconexa, y ajena al impacto crítico que tienen el cambio climático, la contaminación y otros problemas ambientales sobre los derechos humanos.
En junio de 2012, la Cumbre de Río+20 reunió a más de un centenar de jefes de estado o de gobierno y a 45.000 personas en la conferencia de la ONU más numerosa hasta la fecha. Sin embargo, la escala de la reunión superó con creces su eficacia. Los líderes mundiales perdieron la oportunidad de superar la falsa división entre el desarrollo y la protección ambiental, y redujeron al mínimo las referencias a los derechos humanos en el documento final, “El futuro que queremos”.
Las leyes y los reglamentos internacionales son instrumentos importantes para la protección de los derechos humanos, pero tienden a concentrarse en los aspectos técnicos de la reglamentación, las emisiones y los procesos, y con frecuencia —como en el Convenio de Estocolmo de 2004 sobre contaminantes orgánicos persistentes— cuando abordan las consecuencias para la salud y los derechos humanos de la degradación ambiental, no lo hacen de manera integral.
Además, aunque el objetivo de las instituciones financieras es promover el desarrollo, en ocasiones, sus acciones violan los derechos humanos y provocan una mayor degradación ambiental. Las políticas de salvaguardia del Banco Mundial, destinadas a prevenir el impacto negativo social y ambiental de sus proyectos, exigen a los gobiernos que analicen el impacto ambiental de ciertos proyectos, pero no requieren un análisis exhaustivo de las consecuencias para los derechos humanos. El proceso del banco de examen y actualización de estas políticas constituye una gran oportunidad para remediar esta deficiencia importante.
Sin embargo, no son todo malas noticias.
Las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el medio ambiente, otros grupos de la sociedad civil y las comunidades afectadas se han anotado algunos éxitos notables en sus esfuerzos por exigir cuentas. En Birmania, la protesta abierta de los grupos de la sociedad civil contra las posibles consecuencias devastadoras del proyecto de la represa de Myistone, en el río Irawaddy, hizo que el gobierno suspendiera en 2011 sus planes para lo que habría sido una de las plantas hidroeléctricas más grandes del mundo.
En 2012, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU nombró a su primer experto independiente en los derechos humanos relacionados con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible. Una de las tareas más importantes del experto será ayudar a definir el derecho humano a un ambiente saludable, y ganarse la confianza y el apoyo para asegurar el pleno respeto, la protección y el cumplimiento de este derecho.   
Otro avance positivo es la hoja de ruta de noviembre de 2012 trazada por los gobiernos latinoamericanos para adoptar un tratado regional sobre el derecho al acceso a la información, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en materia de medio ambiente. Este tipo de instrumento ya existe en Europa: muchos gobiernos de Europa y Asia Central han ratificado el Convenio de Aarhus de 2001 sobre el acceso a la información, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en materia de medio ambiente, que es el primer tratado que codifica estos derechos civiles en relación con el medio ambiente.
También existen algunas oportunidades futuras para presionar a favor de un enfoque de derechos humanos respecto a las cuestiones ambientales —como las negociaciones para el tratado global sobre el mercurio.
Human Rights Watch ha participado en estas negociaciones, en Kenya en 2011 y en Uruguay en 2012, así como en las reuniones regionales en América Latina y África. A través de nuestras campañas hemos instado a que se preste más atención a los derechos humanos, especialmente al derecho a la salud y la protección frente al trabajo infantil peligroso. Durante las negociaciones en Uruguay, los gobiernos acordaron introducir medidas especiales en el tratado para los niños afectados por el mercurio en la minería artesanal del oro. También se acordó que los gobiernos deben concebir estrategias de salud para las comunidades de minería artesanal afectadas por el mercurio. Aunque el texto del tratado aún no hace referencia a los derechos humanos y una sólida estrategia global de salud respecto al mercurio, las medidas específicas sobre la minería del oro constituyen un avance en la dirección adecuada.

¿Próximos pasos?

Con frecuencia, incluso cuando aplican los reglamentos y las salvaguardias ambientales, los gobiernos pasan por alto las consecuencias negativas de los problemas ambientales sobre los derechos humanos, y su impacto desproporcionado sobre las poblaciones vulnerables y marginadas.
Hace falta un marco más general que analice los impactos sobre los derechos humanos y proteja el derecho a la salud, los alimentos, el agua y los medios de subsistencia —derechos económicos fundamentales— así como los derechos políticos y sociales, como el derecho a la información, la participación, la libertad de expresión y los remedios para todos los ciudadanos. Cuando no se exigen cuentas a los gobiernos, es menos probable que remedien la contaminación o garanticen el pleno acceso a la justicia para aquellos cuyos derechos han sido violados. 
Son necesarios sistemas sólidos de rendición de cuentas —en los que los gobiernos, las instituciones financieras internacionales, las empresas y otros agentes privados tengan que rendir cuentas por sus acciones aplicando los principios de transparencia y pleno disfrute de los derechos a la información, participación y libertad de expresión— para abordar el impacto de los daños ambientales sobre los derechos humanos.  Además, para empezar, tienen que existir rigurosos procesos de reglamentación, que incluyan la supervisión del gobierno, para evitar la puesta en marcha de proyectos que dañen el medio ambiente. Cuando se causen daños, los responsables deben rendir cuentas por sus acciones, remediar la situación y enfrentarse a la justicia.
El Consejo de Derechos Humanos y los gobiernos que no lo hayan hecho todavía, deben reconocer el derecho a un ambiente saludable como un derecho autónomo, lo que contribuiría a reforzar la rendición de cuentas y el entendimiento de las consecuencias de los daños ambientales para los derechos humanos. Los tratados internacionales sobre el medio ambiente y los objetivos de desarrollo reconocidos internacionalmente deberían basarse en el derecho internacional de derechos humanos y su cumplimiento debería supervisarse a nivel internacional y nacional.
La cooperación entre los movimientos ambientales y de derechos humanos será esencial para ayudar a promover estos objetivos. Ya que sólo mediante esta colaboración —a nivel local y global— se podrá progresar realmente en el enfrentamiento contra los que dañan el medio ambiente, perjudican a otras personas o violan los derechos humanos fundamentales.

Juliane Kippenberg es una investigadora principal de la División de Derechos del Niño. Jane Cohen es una investigadora de la División de Salud y Derechos Humanos.

FUENTE:  http://www.hrw.org/es/world-report-2013/vidas-en-la-balanza