Así lo determinó un informe de la
Comisión Económica para América latina y el Caribe. La histórica baja se debió
a la desinversión de la petrolera Repsol. Sin embargo, de descontarse la salida
de la compañía española la caída con respecto al 2013 es de más del 20%
El conflicto con los fondos buitre terminó siendo la "frutilla del
postre" que aleja cada vez más al Gobierno de la posibilidad de recibir
dólares.
Es que, según el último informe de la Comisión Económica para
América latina y el Caribe (CEPAL) la Argentina se convirtió, ya en el
primer semestre de 2014, en el único país de Latinoamérica en
tener un resultado negativo en su inversión extranjera directa
(IED) de 55 millones de dólares.
Esto significa que, por primera vez en su historia, el país se
encuentra en el último puesto del ranking que elabora
el organismo detrás de El Salvador, Guatemala, Costa
Rica y República Dominicana; países en los que, aunque
la llegada de divisas extranjeras sea menor comparados con Brasil, Chile o
México, no tienen "números rojos".
Según CEPAL, este resultado "catastrófico" de
la Argentina se generó mucho antes de que estallara el conflicto con los
holdouts y deriva de "contabilizar la desinversión de Repsol en la
petrolera YPF".
Sin embargo, de no considerar la salida de la compañía
española, la IED habría sido positiva y de
u$s4.289 millones pero un 27% menos que en el mismo
período de 2013.
El informe destaca que el país que gobierna Cristina Kirchner sufrió "la ausencia
de grandes adquisiciones empresariales y el enfriamiento de
las inversiones en minería".
De esta manera, mientras que las entradas de IED en
toda la región disminuyeron un 23%, en la Argentina cayeron
más del 20%.
CEPAL señaló como principales factores de la disminución de
la IED regional "la ausencia de grandes inversiones durante
el primer semestre de 2014 que compensen las registradas en el mismo período
del año anterior", así como "el enfriamiento de
las inversiones en minería por la caída de los precios de
los metales".
No obstante, en ningún país hubo una caída tan
abrupta como en la Argentina.
Como contrapartida del menor ingreso de IED, nuestro
país registró el mayor incremento regional en cuanto a inversión
extranjera directa saliente: empresas locales radicaron capitales
en el exterior en el primer semestre por 105% más que en igual
período del año pasado.
La Argentina acusó en los últimos años un retroceso en materia de IED
que la llevó a alternar el quinto y sexto puesto con Perú, detrás de Brasil,
México, Chile y Colombia.
El hecho excepcional de la desinversión de Repsol implicó que
retrocediera a un inédito último lugar en las posiciones.
De acuerdo con el último informe, las posiciones en orden decreciente de
trece países latinoamericanos por su nivel de IED en el primer semestre de
2014, son las siguientes:
1.- Brasil......... 42.001 millones de
dólares
2.- Chile.......... 10.367
3.- México......... 9.733
4.- Colombia....... 8.452
5.- Perú........... 4.680
6.- Panamá......... 2.575
7.- Venezuela...... 1.761
8.- Uruguay........ 1.568
9.- R. Dominicana.. 1.175
10.- Costa Rica..... 1.075
11.- Guatemala...... 713
12.- El Salvador.... 25
13.- Argentina...... – 55
Las firmas que se fueron del país
Las corporaciones de mayor historia en cuanto a
presencia en el país ya conocen los vaivenes económicos locales y
aprendieron a no tomarse como definitivos los momentos de idilio ni los de
persecución.
Otras firmas, en cambio, tras haber desembarcado han vuelto a
hacer las valijas para partir, conforme el clima político y económico
ha cambiado.
Con el agravamiento de la recesión y la estrategia
comunicacional del Gobierno de culpar al sector
privado por la inflación y caída de las inversiones, se evidencia
una acelerada tendencia a que las compañías internacionales
bajen la cortina y se despidan de la Argentina.
La situación más reciente de alta tensión en el ámbito
empresarial se vivió con la imprenta Donnelley, que tomó
temperatura política cuando Cristina Kirchner insinuó que su quiebra no
obedecía a un problema en su modelo de negocio sino a una estrategia
deliberada de los fondos buitre para crear una sensación de caos en el
país.
Pero lo cierto es que la tendencia al cierre de
plantas ya venía ganando velocidad desde principios
del 2013.
Los primeros casos se remontan a la salida del
país de de las más afamadas marcas de lujo: en cuestión de meses,
firmas como Calvin Klein, Escada, Ralph Lauren,
Ermenegildo Zegna o Yves Saint Laurent bajaron las persianas sin
promesas de retorno.
Este proceso -que cobrara mayor impulso con
el cepo cambiario- lejos está detenerse, producto de varios
factores que han ido agravándose.
Entre ellos, el cierre de importaciones, la caída de los
márgenes de rentabilidad, las dificultades para lograr créditos a
tasas competitivas y la imposibilidad del giro de divisas.
Ahora, se ha sumado el conflicto con los fondos buitre y el problema de
deuda impaga, que tiene como uno de sus principales efectos las mayores
dificultades que tendrán las empresas para financiarse.
Por lo pronto, lo acontecido con la imprenta Donnelley dejó
planteado el interrogante (además del dudoso proceso de quiebra)
respecto de si se darán otras tomas de planta o salidas de
compañías del país.
"La industria gráfica hace tiempo ha dejado de ser rentable y
la perspectiva de ventas futuras no es positiva. El negocio no es solvente, se
ha experimentado una reducción constante yconsiderable de sus ventas y
no se prevé un cambio de tendencia", expresó la firma en un comunicado.
Señales de atención
Nextel es otra de las que
tiene complicaciones en su operatoria en el país aunque, en
este caso, contagiada por los problemas que
enfrenta la compañía en a nivel global.
Tal como anticipara iProfesional, la firma fue vendida a dos
empresarios locales -Matías Garfunkel y Sergio Szpolski- luego de que
hayan tomado la gestión de la filial chilena.
En general, influyen los factores mencionados anteriormente, a los
que se ha sumado recientemente otra complicación, como lo es
la caída del consumo.
En el rubro automotor, la autopartista
estadounidense Visteon es otra de de las que cayó presa de las
dificultades y debió cerrar su planta en Quilmes, previo despido de
sus 300 empleados.
Argumentó que su operatoria en
el país "ya no era financieramente viable, que
estaba operando a menos de su capacidad total y sin ninguna posibilidad de
generar nuevos negocios", expresiones muy parecidas a las utilizadas por
Donnelley.
Una de las compañías en las cuales se observa cierto grado de
"equilibrio inestable" corresponde a la autopartista Lear.
La empresa suspendió en la primera semana de agosto a sus 450 empleados
y cerró por quince días la planta en la localidad bonaerense
de General Pacheco.
Agregaron que la compañía, que tiene también una fábrica en el partido
bonaerense de Escobar y otra en la provincia de Córdoba, "cerrará
de manera definitiva la planta de Tigre si persisten los hechos de
violencia sindical en torno al establecimiento".
Lo que sucedió en Lear es otro capítulo de una historia
muy compleja iniciada en mayo, cuando la española Gestamp comenzó
a suspender personal.
Mientras la española cesanteaba trabajadores, las autopartistas
cordobesas Civie y Valeo arrancaban con procedimientos de crisis.
Por su parte, Montich y Establecimiento
Metalúrgico Sturn estaban en pleno proceso de desafectar temporariamente
a una parte de sus empleados.
En el caso de la minería, firmas de importante calibre también
dejaron de marcar presencia en yacimientos prometedores.
En julio, la suiza Xtrata y la Goldcorp decidieron renunciar
a sus participaciones en el yacimiento de oro y cobre Agua
Rica, en la provincia de Catamarca.
También ese mes IRL Limited -de origen británico pero
con sede en Lima, Perú- se alejó del proyecto de oro Don
Nicolás, en la provincia de Santa Cruz. La empresa indicó que prefería
concentrarse en otras iniciativas fuera del país.
En el segmento de consumo, la mexicana Elektra dejó
de operar y desactivó su negocio de electrodomésticos.
"La alta inflación dificulta la planificación y hay prácticas
sindicales que complican seriamente la operatoria y
el ambiente de inversión", expresó al momento de hacer las valijas.
La multinacional peruana Belcorp es otra de las
que quedó presa de las complicaciones locales. La
firma elabora reconocidas marcas de cremas y fragancias como Ebel, L'Ebel y
Esika.
En febrero, Lancôme, la marca de cosmética del grupo
francés L'Oreal cerró su único punto de venta sobre la avenida Santa
Fe.
La estadounidense Mosaic, líder en producción de fertilizantes y
mayor productora mundial de fósforo mostró su pasaporte para
abandonar la Argentina.
La firma informó que el movimiento respondía a problemas para
importar y girar divisas, sumado a la caída en la producción de trigo y a
la reducción en el área sembrada de algunas materias primas.
Casi en paralelo, la firma ICONA, fabricante de agroquímicos
controlada por el grupo empresario indio UPL, tomó una decisión similar y dejó
de operar su planta en San Miguel del Monte.
La empresa comunicó al sindicato de químicos que su negocio ya
había dejado de ser rentable.
En el rubro servicios, la firma Liberty se
desprendió de sus operaciones de seguros patrimoniales y reaseguros.
Acordó con Kranos Capital, un fondo de inversión comandado por el
empresario argentino Ricardo Cantilo, en un contexto en el que la operación
local le había dejado pérdidas por unos 45
millones de dólares hacia finales de 2013.
En el plano financiero, la casa de cambio Global
Exchange vació en mayo sus siete locales en el país.
"La situación en Argentina ha provocado que pasemos de ser una
compañía que llevaba 12 años creando empleo a tener que reducir de
forma drástica el número de puestos de trabajo",
expresó la firma.
En el rubro laboratorios, la compañía italiana
Menarini puso fin a sus operaciones en la Argentina.
¿Las razones esgrimidas? Las ya conocidas: cepo
cambiario, limitaciones a las importaciones, altos
niveles de inflación y reducciones en los márgenes de
ganancias.
FUENTE: http://www.iprofesional.com/