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viernes, 19 de agosto de 2011

UN RESULTADO INESPERADO POR TODOS


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P.A.S.O.: UN RESULTADO INESPERADO POR TODOS
Publicado el 19/08/2011 

Por Escenarios Alternativos

La presidente Cristina Fernández de Kirchner rompió todos los pronósticos en las 
PASO. La oposición en el peor escenario posible. Razones y causas de una elección 
primaria convertida en encuesta nacional con vistas a octubre.



Poco más del 50 por ciento de los votos, en una compulsa que tuvo una importante concurrencia del 75,40 por ciento del electorado, es un número que no soñaban ni los kirchneristas más optimistas. El FPV sumó 10.363.319 votos, ampliando los 8.651.066 obtenidos en la presidencial de 2007 que llevó a la actual presidente a la Casa Rosada. Esa ganancia representa un milón de votos menos que la cantidad total de sufragios que cosechó el UDESO liderado por Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga, caudal que es similar al obtenido por la fórmula encabezada por Eduardo Duhalde.

El “huracán” finalmente se desató. La presidente ganó en todas las capas sociales y en todos los distritos, salvo en San Luis.
El kirchnerismo venció en donde los candidatos del FPV habían sufrido derrotas recientes -Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – y en Córdoba, provincia en la que no presentó candidato. Triunfó en el conurbano bonaerense, escenario difícil sobre el que su marido había perdido en el 2009 luego de desarrollar una ingeniería electoral que ató su suerte a la de los intendentes. Ganó en los pueblos de Carlos Reutemann, Alfredo De Angelis y en todas las localidades más combativas cuando “la 125”. Armstrong, en Santa Fe, ícono del ruralismo “destituyente”, le dio su voto. Hasta en Chascomús primó Cristina Fernández. Poco le duró el estrellato a José de la Sota, cuya lista sacó el 6 por ciento, cuando una semana antes obtuvo el 42. La lista de resultados pasmosos para propios y extraños, podría seguir hasta el aburrimiento.
Es necesario entender las razones del Simún. Al tope de la lista figura: 1) el consabido marco estructural de una situación económica estable con sostenimiento del consumo interno, harto mejor que el 2001 con el que siempre se compara el kirchnerismo. 2) La ampliación del “modelo” asistencialista con la Asignación Universal por Hijo tuvo un efecto sobre el esquema económico y, sobre todo, en la mejora ostensible del desempeño electoral de la provincia de Buenos Aires. 3) Los grandes enfrentamientos y las rabietas públicas desaparecieron junto con Néstor Kirchner, dando paso hacia un liderazgo más amable. 4) El gobierno mantiene un amplio menú de identidades políticas con las que dialoga, por fuera de los alineamientos partidarios. 5) Tampoco ha de subestimarse el cúmulo de medios creados o adherentes a la causa “nacional y popular” del que se destaca la propaganda lenta, contundente y penetrante que emana del “Fútbol para Todos” de cada fin de semana, ahora extendido al Torneo Nacional B y por el que el erario público desembolsa unos 1.000 millones de pesos por año. 6) Al igual que en la gran mayoría de las elecciones provinciales el oficialismo fue ratificado. Y 7) el electorado no está movilizado hacia una opción de cambio, mucho menos en momentos de crisis internacional.

No habría que esperar grandes cambios de aquí a octubre en el comportamiento del votante, aunque en política nunca está dicha la última palabra, aquella que se pronuncia el día del recuento definitivo.
La táctica de la PASO
Si hay alguien que entendió cabalmente las reglas del juego, fue el oficialismo. “Abrir la cancha” - en términos futbolísticos – con muchos candidatos en todos los rubros, sobre todo los de intendentes, fue clave para sumar a la boleta del FPV nacional. Con esa estrategia en el conurbano bonaerense, que en un primer momento molestó a varios caudillos peronistas, terminó sumando en favor de la presidente y, además, a la mayoría no les recortó el caudal de votos. Es más, varios se fortalecieron de la mano de Cristina Kirchner para octubre y estiman, incluso, que sumarán varios puntos de las listas que quedaron en el camino. El caso más emblemático es el de Quilmes, un distrito donde hubo 26 boletas y donde el intendente Francisco Gutiérrez tuvo que enfrentar a otras seis listas. El “Barba” se alzó con el 35% de los votos, 7 puntos más que en el año 2007. Esas listas perdedoras en la interna, le aportaron al binomio nacional del FPV unos 23 mil votos más en el distrito, lo mismo que consiguió el duhaldismo con cuatro listas.
Con esa táctica la presidenta obtuvo 2.671.419 votos y se apuntó un triunfo en la franja clave de la provincia, alcanzando el 56,2 por ciento, seis puntos más que el promedio nacional. Por otra parte, las boletas de Mario Ishi y Martín Sabbatella, recortaron el caudal hacia el siempre recelado Daniel Scioli, dejándolo por debajo de Cristina Kirchner, cuando en el año 2007 habían quedado a la par.
Por el lado de la UCR, la táctica fue la contraria, unificando candidaturas “por abajo” lo que redujo la capacidad colectora que hubiera aportado a la fórmula nacional. Su mal desempeño dejó por tierra la idea de que la PASO reforzaría el bipartidismo. En esta oportunidad, al menos, amenaza con ser una herramienta en favor de la hegemonía del peronismo, ya que si se suman los votos de sus candidatos alcanzan el 70 por ciento de los votos. Y si se toma la diferencia entre el FPV y el UDESO, el peligro de la hegemonía del kirchnerismo es evidente. Así y todo, la UCR obtuvo el segundo lugar en 16 distritos y si estos resultados se repitieran en octubre, y considerando las provincias que eligen cargos de senadores nacionales, ese partido renovaría sus bancas en juego y ampliaría su bloque – en el caso de la provincia de Misiones.
El radicalismo deberá apuntar su esfuerzo a crecer en el frente legislativo para contrabalancear el poder excesivo que podría quedar en manos del kirchnerismo si repitiera su performance en octubre. Del mismo modo, abocar el esfuerzo a ganar las intendencias que hoy están en riesgo.
El enojo con y en “la oposición”
Los factores de poder que se expresan a través de sus voceros mediáticos siguen batiendo el parche de los errores de la oposición, sin terminar de entender que “la oposición” no es un sujeto colectivo, es una variedad de partidos con sus identidades y proyectos diferentes. Más allá de este discurso, la sociedad no parece estar interesada en el cambio, ni movilizada por temas como la institucionalidad, la seguridad jurídica o las fallas estructurales del modelo económico de capitalismo de amigos con asistencia social.

Un actor novedoso es el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner y su Frente Amplio Progresista. Su debut nacional razonable con el 10 por ciento de los votos lo coloca expectante para octubre, aunque la acotada territorialidad de su frente y el haber sido derrotado por Cristina Kirchner en Santa Fe y por De la Sota en Córdoba, no auguran nada extraordinario en el horizonte.
Eduardo Duhalde se arrepintió públicamente de haber “roto su alianza” con Alberto Rodríguez Saa, aunque no se arrepintió de prometer el fin de los juicios a los militares represores, o de acusar a los kirchneristas de portar banderas “subversivas”.

Elisa Carrió asumió la aplastante derrota, pasando de 23 por ciento en el 2007 a un exiguo 3 por ciento en esta interna y dejó la impresión de que su fuerza, al igual que la de Pino Solanas se encamina a la extinción.
Por último, mucho se ha dicho de la alianza entre Ricardo Alfonsín y Francisco De Narváez, aunque es fácil vaticinar con el diario del día después. Lo cierto es que la alianza fue ineficaz porque el De Narváez de hoy no tiene a Néstor Kirchner en frente, ni a su émulo en la televisión, con lo cual se explica la caída de votos del 2009 a hoy y un desangelado Alfonsín tampoco respondió a una expectativa de renovación o alternancia de gobierno. Sin ir más lejos, la fórmula del UDESO sacó 180.000 votos menos que en las recientes elecciones de Santa Fe y Córdoba.
La UCR logró 5 puntos menos que con la fórmula Lavagna-Morales de 2007, cinco puntos que pueden recuperarse apelando a los radicales que votaron a Elisa Carrió y a los que en esta interna no votaron a Alfonsín en la Ciudad de Buenos Aires.

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