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sábado, 12 de marzo de 2016

LOS NEGOCIADOS Y LA ENTREGA K EN TÚ NOMBRE.

Por : Margarita Stolbizer
Ahora resulta que lo que nos ocultaba Galuccio en YPF no eran solamente las cláusulas del contrato con Chevron sino también el mismísimo contrato que él había firmado con la ex presidenta Kirchner. Quienes lo bancan dicen que no hubiera venido a perder plata. Solo vino sabiendo que, con cualquier gestión que hiciera, se iría con los bolsillos llenos.
Desde el inicio de la gestión de Macri vengo reclamando que se saquen de encima a este hombre, Presidente y CEO en representación del 51% de las acciones del estado. No trajo para YPF ni para el país ninguno de los resultados que había prometido y ni siquiera cumplió con los planes que había presentado.
Es directamente el responsable de haber pactado con la empresa norteamericana Chevron para la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, haciendo concesiones que solamente pudieron sostenerse en el secreto que le impusieron a sus cláusulas. Esas cláusulas funcionaron como un cofre lacrado inaccesible ni siquiera frente a los reclamos de los legisladores en el Parlamento.
Fue una acción judicial promovida por el ex senador socialista Ruben Giustiniani, lo que llevó a una sentencia definitiva de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, declarando que YPF quedaba comprendida dentro de las áreas de gobierno obligadas a brindar el acceso a la información que garantiza a todas las personas el decreto 1172/03. Y obligó a la empresa a presentar el contrato integralmente para que se pudiera tomar conocimiento de todos sus contenidos.
Valga recordar que a título de nada, y pese a la existencia de ese fallo que zanjó definitivamente cualquier discusión sobre las obligaciones de la empresa, salió la titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso a decir que está bien ocultar esa información, o sea mantener las cláusulas en secreto. Por qué sale a decir esto habiendo un falo de la Corte? Tiene el gobierno de Macri necesidad de eso para seguir sosteniendo las clausulas bajo secreto? qué es lo que se propuso para salir incluso a desdecirse ella misma de afirmaciones que había hecho en el pasado (lo que le ha significado una paliza pública entre otros por el periodista Nelson Castro).?
Bueno, ya dije lo que tenía que decir sobre esto y no me quiero detener. Porque adonde quiero llegar es a esta pretensión de Galuccio para cobrar una indemnización de u$s 5.500.000 (sí, más de cinco millones de dólares!!!) por la rescisión de su contrato.
Galuccio tenía privilegios imposibles de ser defendidos por nadie y por eso también su salario, premios, viáticos y esta prometida indemnización por su salida, permanecían bajo las mismas llaves del secreto.
No puede desvincularse una cosa de la otra.
Todos los ciudadanos fuimos privados de conocer los alcances del acuerdo con Chevron. Galuccio es el responsable de esa decisión. 
La Corte determinó que el contrato se calificó INDEBIDAMENTE como confidencial, y por lo tanto, las personas que así lo decidieron son responsables del ocultamiento de la información.
LEJOS DE PAGARLE UNA INDEMNIZACION, EL GOBIERNO DEBE EXONERARLO COMO SANCION LUEGO DE ESE FALLO.
Claro que si Galuccio tuviera algún principio ético en su conducta debería bajar la cabeza, retirarse sin pedirle al estado ni un solo peso más de todo lo que ha cobrado por su gestión.
No puede ser gratis para un funcionario público o representante del estado violar las normas o actuar en contra de lo que éstas le ordenan. Como tampoco puede convalidarse el no cumplimiento de los fallos de la justicia que han impuesto una obligación a la empresa y a su directorio.
De ésto debería ocuparse el nuevo gobierno: asegurar el cumplimiento de la ley y de los fallos de la justicia; terminar con la cultura del secreto para asegurar el derecho de acceso a la información y la transparencia en la gestión. La ética no se declama, se ejerce, se testimonia en cada acto de nuestra vida y nuestras funciones.

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