POR: Enrique Guillermo Avogadro
"El
porvenir es de Dios, pero el pasado es de la historia. Dios ya no puede
influir en la historia, en cambio el hombre aún puede escribirla y
transfigurarla".
Juste Dion
El
viernes 29 -¡justo el día del ñoqui?- y para no arruinar el fin de
semana de sus afiliados, los grandes jerarcas gremiales anticiparon su
propia fiesta en el centro porteño, y se juntaron en el palco todos
aquéllos que, hasta hace unos días, no sólo estaban desperdigados sino
hasta fuertemente enemistados; Moyano y Yasky, o Micheli y Caló, eran
irreconciliables, pero parece que no tanto; sólo Luis Barrionuevo mostró
coherencia y se negó a participar de la payasada. Son varias las
lecturas posibles, pero creo que hay una en particular que merece el
podio: el proceso de rearmado del PJ hizo caso omiso de la rama sindical
y ésta necesitaba recordarle su condición de "columna vertebral del
movimiento", como alguna fue calificada; obviamente, también intentó
demostrar poder de calle frente al Gobierno, pero no tuvo éxito.
No
niego que el momento económico está generando presión de las bases
sobre las cabezas pero, para juntar esa cantidad de gente, se requirió
de la colaboración de entidades tan disímiles como la CGT Azopardo, la
CGT ex-Balcarce, ATE, CTA, minúsculos movimientos trostkistas y algunos
mariscales destacados de la derrota, como Lancha Scioli y Anímal Fernández;
ambos, mostrando sus caras de piedra por televisión y declarando su
indignación frente a la inflación y los despidos, le hicieron un
impagable favor a Macri. De todas maneras, y pese a la natural tendencia
a magnificar sus actos que padecen -entre otros- los gremialistas, lo
real fue que la concurrencia resultó notoriamente inferior a las marchas
ciudadanas que pusieron fin al kirchnerismo o testimoniaron su repudio
al asesinato de Nisman. La gran derrotada fue, sin dudas y una vez más,
Cristina Kirchner: su invento, La Cámpora, pretendía sumarse para
reeditar el "entrismo" fracasado de los 70's, y no tuvo cabida.
Insisto
en que el periodismo idiota es el único pulmotor que mantiene viva,
políticamente hablando, a la actual jefa de la asociación ilícita que
saqueó al país durante doce años y medio; ya no tiene "propia tropa" en
cantidad suficiente para asegurarle algún rol en el futuro nacional,
como no sea carcelario.
Pero,
volviendo al tema de la situación social, ya muy complicada por el
estallido de las bombas que dejó el régimen nefasto como herencia, me
parece que el Gobierno debería entender que, por lo menos por algunos
meses más, sólo podrá agravarse. Hoy, los tres temas que más preocupan a
la sociedad son la pérdida del trabajo, la inflación y la corrupción;
en la medida en que los dos primeros requerirán, como sabemos, un plazo
mayor para encarrilarse, se debe aumentar al máximo la velocidad de las
investigaciones y los procesos que complican al kirchnerismo, y el papel
de acelerador le cabe sólo al Consejo de la Magistratura, que controla a
los jueces, y cuya mayoría hoy está en manos de Cambiemos.
En el caso que tiene tan a mal traer a Lázaro Bóvedas Báez
y su familia, es cierto que se han localizado, Fiscal Marijuán
mediante, una gigantesca cantidad de bienes, y que éstos representan una
fortuna tan grande como injustificable; pero estamos hablando de
monedas, como son las propiedades en el país y en el extranjero
atribuidas a Scioli, De Vido y tantos otros, en comparación con los
siderales montos que faltan de las arcas públicas. Esas cifras, en
billetes de ? 500 que tanto adoraba el fundador de la banda, representan
miles de millones de dólares, que no se encontrarán en el mausoleo ni
con retroexcavadoras, sobre todo por el tiempo que los jueces Tortuga Casanello
-nos sigue mareando la perdiz- y Rafecas concedieron a los delincuentes
para ocultarlos, luego que su colega Bonadío allanara las oficinas de
los Kirchner y se llevara montañas de papeles que aún siguen
empaquetados; por ejemplo, ¿alguien ha averiguado si estaban en algunos
de los contenedores que Patotín Moreno llevó a Angola, el segundo
productor de diamantes del mundo y uno de los países más corruptos, en
ocasión de la visita de la aleteadora y ordeñadora ex Presidente?
Otras
preguntas permitirían acercar a muchos a un futuro carcelario. ¿Se ha
investigado a la sociedad australiana que, para "comprar" el 25% de YPF a
Repsol, constituyeron los Eskenazi para don Néstor (q.e.p.d.)? ¿Cómo
fue el "negocio" de bonos argentinos entre Kirchner y Chávez para
pagarle al FMI? ¿Resulta difícil comprobar que España y Portugal estaban
dispuestos a pagar a quien se llevara el material ferroviario, ya que
estaba construido con elementos fuertemente contaminantes, y que Avioncito Jaime
"compró"? ¿Cuánto vale, para una compañía petrolera, que confesó haber
pagado coimas en la Argentina, extender por cuarenta años la concesión
de uno de los mayores yacimientos del país, Cerro Dragón?; hicieron lo
propio Skanska, con los gasoductos construidos en la década relatada, y
Embraer, con los aviones de Aerolíneas. ¿Cuándo conoceremos las
cláusulas innecesariamente confidenciales del contrato entre YPF y
Chevron?; ¿y los detalles de las compras del gasoil teóricamente
venezolano o los cargamentos de gas licuado?
La
sociedad estará dispuesta a sacrificarse y esperar tiempos mejores sólo
si percibe que la impunidad se terminó en la Argentina. Y acabar con
ella no solamente se vincula a Cristina, Máximo y su banda de gangsters
sino a los empresarios que fueron cómplices necesarios, a los
funcionarios actuales y futuros que resulten cuestionados, a los
sindicalistas enriquecidos como modernos cresos a fuerza de saquear los
tesoros de sus gremios, a los jueces que se valieron de sus cargos para
vender protección a los ladrones y no pueden explicar sus fortunas, a
quienes resultaron eslabones indispensables para el crecimiento
exponencial del narcotráfico.
POBREZA AÑO 2014 |
La
ciudadanía, ya enterada de la expoliación monstruosa que ha sufrido,
que condena al 30% de los habitantes a la pobreza y a la miseria, que
permite que mueran niños desnutridos en el país de la abundancia, que
paga impuestos como en Bélgica y recibe servicios como en Sudán, está
pidiendo a gritos justicia frente a tantos padecimientos causados por el
latrocinio, como lo demuestran los injustificables escraches al Chino Zannini
(¡no se combate a los caníbales comiéndoselos!). Si el Estado, en sus
tres poderes, no se hace cargo de ese reclamo la misma gobernabilidad se
verá afectada gravemente, y volveremos a las épocas del "¡que se vayan
todos!"; peor aún: habremos perdido, otra vez, una histórica oportunidad
de cambiar nuestro destino de decadencia y fracaso.
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