Queridos amigos y amigas de Avaaz,
Monsanto, el gigante químico que ya nos ha dejado venenos como el Agente Naranja y el DDT, se ha montado un negocio redondo.
Paso 1: desarrolla pesticidas y semillas genéticamente modificadas
(OGM) diseñadas para tolerarlos, las patenta, prohíbe a los agricultores
replantarlas año tras año y envía agentes encubiertos para
investigarlos y demandarlos si no obedecen. Paso 2: invierte millones en
presionar a cargos políticos de todo el mundo y subvenciona campañas
electorales, coloca a sus antiguos gerentes en cargos clave del gobierno
y trabaja con ellos para debilitar las regulaciones medioambientales y
dar el empujón definitivo a sus productos en todo el mundo.
El hecho de que Estados Unidos permita a las grandes corporaciones
invertir cantidades ilimitadas de dinero en influir en sus políticas
implica que estas empresas consiguen a menudo comprar las leyes que
desean. El año pasado, Monsanto y otros gigantes de la biotecnología
se gastaron 45 millones de dólares sólo en impedir la aprobación de una
propuesta de ley que habría conseguido el etiquetado de productos
genéticamente modificados en California. Todo ello pese a que el 82% de
los americanos desea saber si está comprando productos de esas
características. Precisamente este mes, la compañía ayudó a imponer la
"Ley de Protección de Monsanto”, que impide a los tribunales paralizar
la comercialización de un producto de su marca, incluso si su licencia
de venta ha sido aprobada erróneamente por el gobierno.
El poder de Monsanto en Estados Unidos le sirve de plataforma para
ejercer su dominio en todo el mundo. Pero desde Brasil y Argentina a la
Unión Europea, pasando por Canadá y la India, audaces agricultores y
activistas se están resistiendo y comenzando a ganar batallas.
Estamos ante un punto de inflexión global. Si somos suficientes los
que ahora nos comprometemos a aportar $4, podremos unir nuestras fuerzas
para romper el dominio de Monsanto sobre nuestros alimentos y la
política -- y ayudar a frenar el secuestro de nuestros gobiernos por las
grandes corporaciones. Avaaz sólo procesará tu donación si conseguimos recaudar lo suficiente para marcar la diferencia:
https://secure.avaaz.org/es/stop_monsanto_loc/?bWDzubb&v=24360
Monsanto está protagonizando un asalto a la agricultura industrial.
Pisoteando a pequeños agricultores y pequeñas explotaciones agrarias y
dando pie a vastas granjas de monocultivo que chupan los nutrientes de
la tierra como si fueran sanguijuelas, disminuyen la diversidad genética
y aumentan la dependencia a fertilizantes, pesticidas y otros químicos.
La ironía es que no está claro que la destrucción de la agricultura
natural y sostenible haya traído un auge en el rendimiento de los
cultivos. Lo único cierto es que ha logrado aumentar los beneficios de
las grandes empresas. Nuestros gobiernos deberían reaccionar pero el
lobby de Monsanto se lo impide.
El quasi-monopolio de Monsanto es sencillamente impresionante:
actualmente tiene derechos de patentes sobre el 96% de las semillas
genéticamente modificadas en Estados Unidos. Y pese a la preocupación
por la salud y la seguridad, ¡esas mismas patentes permiten que Monsanto
impida que cualquier agricultor o científico analice sus semillas! Aun
así, algunos países han prohibido o restringido los productos de
Monsanto.
Ellos afirman que sus productos son más baratos pero a menudo llevan a
los agricultores a formalizar contratos de varios años. Entonces los
precios de las semillas suben y deben comprarlas cada temporada y
utilizar más herbicidas para controlar las súper malas hierbas. En
India la situación ha llegado a tal extremo que una zona algodonera ha
sido bautizada con el nombre de “el cinturón suicida” después de que
decenas de miles de agricultores sin recursos decidieran quitarse la
vida para escapar de las asfixiantes deudas.
Pero agricultores y científicos están plantando batalla y obteniendo victorias.
Un grupo en India ha ayudado a ganar tres casos sobre patentes, y en
Brasil, cinco millones de agricultores han demandado a Monsanto por el
cobro injusto de derechos ¡y han conseguido una compensación de dos mil
millones de dólares! Los científicos están haciendo campaña para
implantar modelos de agricultura sostenible y, justo la semana pasada,
un millón y medio de miembros de Avaaz nos unimos contra las patentes de
productos no genéticamente modificados.
Sólo una masiva fuerza, global y unida, puede alzarse contra Monsanto
y la captura de nuestros gobiernos por las grandes corporaciones.
Hagamos visible su control sobre nuestras democracias, ayudemos a los
agricultores a hablar, desafiemos las leyes injustas y las patentes y
miremos a los ojos a los lobbies corporativos. Comprométete con una donación de $4 y apoya la acción:
https://secure.avaaz.org/es/stop_monsanto_loc/?bWDzubb&v=24360
Se está agotando el tiempo. Mientras hacemos frente a crisis
alimentarias, medioambientales y climáticas más agudas, necesitamos un
modelo de agricultura sostenible e innovadora. Y la mejor manera de
lograrlo es a través de una diversidad de agricultores y científicos,
quienes mejor saben cómo actuar en los diferentes ecosistemas, y no
dejando que un monopolio solo impulsado por su propio beneficio, tome el
control de nuestro futuro alimentario.
Este Goliat corporativo está incrementando su poder alrededor del mundo.
Pero si nuestra potente comunidad de 21 millones de personas se une,
tenemos una oportunidad. Los miembros de Avaaz nos hemos alzado
repetidamente contra algunos de los grandes poderes fácticos mundiales,
obteniendo logros importantes. Ha llegado el momento de ir a por todas y
salvar nuestras políticas de las garras de oscuros intereses privados,
proteger nuestro suministro de comida y garantizar que se haga justicia
con los agricultores.
Con esperanza y determinación,
Alice, Oli, Joseph, Ricken, Pascal, Chris, Michelle, Emily, y todo el equipo de Avaaz
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