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jueves, 15 de agosto de 2013

PASO: ESA GRAN ENCUESTA NACIONAL

Por Escenarios Alternativos
Un análisis de los resultados de las PASO. El reequilibrio del sistema político. Octubre y el 2015. Los grandes problemas del gobierno. Sergio Massa: nace una estrella ¿fugaz?

Al ex intendente de José C. Paz, Mario Ishi se le reconoce una lealtad inquebrantable al kirchnerismo. Sus antecedentes lo salvarán de arder en la hoguera de los traidores, luego de haber dicho que, “Esto requiere mucho tiempo, no es menor cosa, esto no fue sólo en Buenos Aires, ha pasado en todo el país; estamos ante un problema gubernamental a nivel nacional, hoy la gente está enojada”. El enojo del que habla el sensei es una buena interpretación del humor social que le dio la espalda a una presidente que se puso la campaña al hombro y acompañó en ese distrito al ignoto Martín Insaurralde, como si ella fuera una baronesa del conurbano y él un chico de La Cámpora.

En principio la explicación de Ishi es buena para entender por qué el gobierno nacional perdió más del 50 por ciento de los votos que recibió en el año 2011 a manos de un polo opositor no peronista, un par de gobernadores peronistas y de quien tomó envión para anotarse en la carrera sucesoria: Sergio Massa.

Además, esa confesión hecha por tierra la idea de que en estas PASO “todos ganaron”. En esta elección el gobierno ha sufrido una verdadera paliza, magnificada por el discurso de una presidente ajada y rodeada de dirigentes que a duras penas podían esbozar una sonrisa, todos acostumbrados a las mieles del éxito e ignorantes de la hiel del color final.

El FPV obtuvo para diputados, un total de 5,9 millones de votos – el 26 por ciento – el polo de fuerzas políticas no peronistas -esencialmente constituido por la UCR, el FAP y otros partidos – sumó 5 millones de votos – el 23 por ciento - y se consolida como la primera oposición en términos de representación legislativa, de confirmar en octubre el desempeño de agosto. Es cierto que queda un 50 por ciento, pero que se distribuye en fuerzas que no son de alcance nacional.

Tampoco hay que olvidar que se trata de una elección previa a una de medio término que impacta en la estrategia política de los actores principales y en la conformación de bloques legislativos. Si se repitieran los resultados de las PASO, el polo vertebrado por la UCR y sus aliados ostentaría la calidad de primera fuerza legislativa alternativa al oficialismo.

En este sentido, la estrategia política de la UCR de constituirse en el núcleo convocante de fuerzas políticas afines demostró su pertinencia y su efectividad. Los resultados de las PASO revelan que la UCR es la fuerza política opositora que tiene mayor representatividad territorial, porque obtendría legisladores en 19 de los 24 distritos electorales.

El FPV fue derrotado en los cinco distritos más poblados y que representan en conjunto el 67 por ciento del electorado. Los candidatos de la UCR y sus aliados triunfaron en: Ciudad de Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, La Rioja, Mendoza, Santa Cruz y Santa Fé y alcanzaron el segundo lugar en: Chaco, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, Misiones; Neuquen; San Luis; Río Negro y Santiago del Estero.

La primera conclusión, que los integrantes de Carta Abierta hicieron explícita a horas de saber la dureza de la derrota fue que se terminaban los delirios reeleccionistas. Tanto el voto que conformaría un Congreso sin la más mínima posibilidad de reunir las mayorías especiales para habilitar una reforma constitucional, como la indudable independencia de la Corte Suprema de Justicia cierran todos los caminos para esa posibilidad.

De modo que no habrá más remedio para la fuerza política que lleva diez años en el poder, y que es tributaria del peronismo que gobernó veintidós de los treinta años de vida democrática, que afrontar el desafío más duro para los regímenes populistas: la sucesión. Esa disputa por el liderazgo se desarrollará, en consecuencia, con el peronismo en el gobierno, una situación que no registra antecedentes en la historia política de nuestro país.

Pero antes de ello, entre el fin de las PASO y la elección de octubre se abrirá el “libro de pases” dentro del peronismo. Más aún, aunque Martín Insaurralde y los demás candidatos del FPV logren el milagro de mantener la magra cosecha de votos de agosto, nada impedirá que los legisladores que aún tienen mandato comiencen a buscar un lugar bajo el sol del Tigre.

El panorama no es nada alentador para los dos años de mandato que le quedan a la presidente, complicada además, por una situación económica que no sabe manejar y que se empecina en delegar en personas poco idóneas y que han demostrado su incapacidad para controlar la fuga de capitales, el tipo de cambio, la inflación y la crisis energética, entre otros.

En esas condiciones, el oficialismo tendrá que decidir si profundizará los desequilibrios que ha alimentado con su impericia o estabilizará la economía. En cualquiera de los dos casos, no tendrá capital político, ni probablemente tiempo, para ocuparse de los desafíos de largo plazo, de los problemas profundos que hacen al futuro de la Argentina: el estímulo a la inversión productiva de largo aliento y la transformación del sistema educativo necesaria para que nuestros trabajadores puedan aprovechar los frutos del crecimiento.

Otro dato relevante que ofrece el resultado de las PASO es un nuevo frustrado intento del PRO de transformarse en una fuerza nacional con aspiraciones a protagonizar el desafío presidencial del 2015. Con un escaso 6 por ciento de los votos en todo el país, obtiene legisladores nacionales sólo en 4 distritos y perdió en la Capital a manos de UNEN, esa buena idea de utilizar las PASO para aquello para lo que fue concebida: seleccionar candidatos. El vecinalismo del partido de Mauricio Macri no parece poder salir de esas fronteras y de cara al 2015 no las tendrá fácil en su propio distrito.

Otro protagonista de la elección fue otro vecinalista: Sergio Massa, quien, tal como anticipáramos aquí, se animó a salir al toro con una suerte bastante buena. Sin embargo, el mismo sabe que aunque ampliara al 40 por ciento su elección en octubre, a expensas del ganador del 2009, Francisco De Narvéz y de Martín Insaurralde, la elección sigue siendo legislativa y el también tiene que gobernar un municipio hasta el 2015, atado no sólo a la suerte de Daniel Scioli, sino a la del gobierno nacional. Ya fue víctima de las internas de los espías, ya siente el acicate de los recortes de partidas y en ese contexto tendrá que demostrar que pese a todo es el sucesor. No tiene un perfil como el de Daniel Scioli, capaz de soportar todo con tal de encontrar su hora. Una vez lanzado, Sergio Massa tendrá que ir a todo o nada, el juego que le enseñó en carne propia Néstor Kirchner.

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