Por Andrés Oppenheimer
¡Bravo! En un momento en el que varios
presidentes latinoamericanos están promoviendo un descarado culto a la personalidad,
el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, ha firmado un decreto que
prohíbe la exhibición de su retrato en las oficinas públicas y que ordena no
incluir su nombre en las placas inaugurales de obras públicas.
Según el decreto presidencial, las placas
de todas las nuevas carreteras, puentes, hospitales y otros edificios públicos
inaugurados durante su mandato, que finaliza en 2018, sólo mencionarán el año
en que fueron terminados.
"Las obras públicas son del país y no
de un gobierno o funcionario en particular - dijo Solís después de firmar el
decreto.
El culto a la imagen del presidente se
acabó, por lo menos durante mi gobierno."
El ministro de la Presidencia de Costa
Rica, Melvin Jiménez, me dijo que la decisión fue parte de la plataforma de la
campaña de Solís. "No hay motivo para poner el nombre del presidente en
ninguna obra pública, porque las obras públicas son pagadas por el pueblo de Costa
Rica con sus impuestos - me dijo Jiménez -.
Y no hay motivo para colgar su retrato en
las oficinas públicas, porque las decisiones del gobierno no son tomadas por
una sola persona, sino con la ayuda de ministros, viceministros y otros
funcionarios."
¡Qué diferencia con lo que estamos viendo
en otras naciones latinoamericanas! En varios países de la región, los
presidentes usan buena parte de su tiempo y recursos estatales en campañas de autoglorificación,
en muchos casos para tratar de eternizarse en el poder.
En Venezuela, donde el fallecido presidente
Hugo Chávez inició este último ciclo de culto a la personalidad en la región,
el actual gobernante Nicolás Maduro está distribuyendo millones de libros escolares
que deifican a Chávez y glorifican al propio Maduro. Se distribuye en las
escuelas una Constitución Ilustrada de la República Bolivariana de Venezuela,
que incluye ilustraciones de Chávez, con una sonrisa paternal, jugando con
niños bajo el título de "Suprema Felicidad".
Otra ilustración muestra a Chávez como si
fuera Dios, mirando desde el cielo mientras un imponente Maduro en la Tierra,
con la faja presidencial con los colores de la bandera patria, alza la mano en gesto
de triunfo. El título de la ilustración dice: "Democracia".
En Ecuador, el presidente Rafael Correa,
cuyo partido procura cambiar la Constitución para permitirle ser reelegido
indefinidamente, no sólo está censurando las críticas de la prensa, sino que
exige que los periódicos hablen bien de él. La Superintendencia de la Infomación
y Comunicación de Ecuador acaba de citar a los diarios, El Universo, El
Comercio y Hoy a una audiencia por no haber informado sobre el reciente viaje
de Correa para recibir un doctorado honoris causa en una universidad chilena.
Correa había denunciado en un discurso del 17 de mayo la falta de cobertura
periodística de su viaje a Chile.
En Bolivia, el presidente Evo Morales
presentó recientemente un libro infantil titulado *Las aventuras de Evito*, que
glorifica su infancia. El libro, escrito por la ex jefa de gabinete del
presidente Alejandra Claros Borda, contiene cinco relatos breves - incluyendo "Evito
va a la escuela", "Evito juega al fútbol" y "Evito y el
burrito tricolor" - y fue parcialmente distribuido en forma gratuita por
el Ministerio de Comunicación.
En la Argentina, Cristina Fernández ha
bautizado tantas calles, puentes y edificios con el nombre de su difunto
esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, que el periodista del diario Clarín Leonardo
Mindez ha creado un blog llamado "Ponele Néstor a Todo". El blog
incluye casi 100 obras públicas que llevan el nombre del difunto presidente,
incluyendo la planta nuclear Atucha II, que acaba de ser rebautizada -sí, lo
adivinaron - Presidente Néstor Kirchner. Además, el Gobierno ha gastado más en
propaganda durante partidos de fútbol en televisión que lo gastado en salud o
en educación, según líderes de la oposición.
Mi opinión: Costa Rica le ha metido un gol
al culto a la personalidad en América Latina. Tal como bien dijo el presidente costarricense,
las obras públicas se financian con dinero de los contribuyentes, que encargan
a sus presidentes la administración y ejecución de las obras. Es hora de
terminar con el absurdo culto a la personalidad promovido por los presidentes
de Venezuela, Ecuador, Argentina y Bolivia, entre otros. No se trata de una
mera picardía de algunos presidentes tropicales que se han mareado con el alza
de los precios mundiales de las materias primas, sino de un malgasto masivo de fondos
públicos y una intoxicación ideológica de muchas mentes.
Algún día, esos presidentes deberán rendir
cuentas por cada centavo del erario público que usaron para ensalzar su propia
imagen.
Mientras tanto, ¡hay que aplaudir a Costa
Rica!
Andrés Oppenheimer (Buenos Aires, 1951) es
un periodista argentino que reside en Estados Unidos. Es el editor para América
Latina y columnista de The Miami Herald; analista político de CNN en Español y conductor
del programa de televisión Oppenheimer Presenta. Ganó un Premio Pulitzer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario