Con ánimo de polémica, el ex diputado presentó en Mendoza su último libro “Es el peronismo, estúpido” donde desgrana la historia del movimiento creado por Perón y su evolución hasta nuestros días. Contradicciones y negaciones para el debate.
Por Horacio Meilán - hmeilan@losandes.com.ar
En su libro “Es el peronismo, estúpido”, que presentó en Mendoza, Fernando Iglesias cuestiona las bases ideológicas del principal movimiento político argentino desde la segunda mitad del siglo XX. Con sentido crítico, el periodista y ex diputado nacional (Coalición Cívica), muestra los fundamentos de su polémica publicación.
- El que no ha leído el libro, ¿con qué se va a encontrar?
- Con un ensayo con partes diferentes y un hilo conductor, el peronismo, como problema del desarrollo del país. A partir de ahí, con tesis nuevas de datos que recogí que, si bien están publicados, son sorprendentes, porque hay muchos que la gente ignora o el peronismo se ha encargado de ocultar, como la foto de tapa, del golpe del ‘30 dado por Uriburu, con la colaboración del entonces capitán Perón. Encontrará además un esfuerzo por repensar el peronismo y su relación con la sociedad y también con el Partido Militar, supuestamente contradictoria, cuando en realidad han sido enemigos complementarios y, en muchos casos, aliados.
- Algunos lo dicen, pero sin una obra que lo explique...
- Ha habido muchas cosas fragmentarias. Mi esfuerzo es tomar las piezas del rompecabezas y armarlo de otra forma a como está. Del peronismo hay mucho, poniéndose él de un lado y ubicando del otro a los antiperonistas, y mezclando allí a golpistas y militaristas con críticos democráticos republicanos. La gran división de la historia no es ésa sino la que hay entre republicanos y los que no lo son. Claramente el Partido Militar no lo es y buena parte del peronismo no ha estado del lado de la democracia y la república.
- ¿Pueblo y antipueblo?
- La posición peronista es la clásica del totalitarismo. Es cierto que no metió a la Argentina en una guerra mundial ni genocidio, pero también es cierto que sus concepciones son totalitarias. El peronismo se considera a sí mismo, “pueblo”, “patria” y “democracia” y por lo tanto, quien lo critica está en contra del pueblo, la patria y la democracia. Es inevitable que tarde o temprano aparezca una grieta que divida a la sociedad, la que ha existido en todas las etapas peronistas, excepto la de Menem.
-¿ El libro abarca desde el golpe del ‘30 a Yrigoyen?
-No tiene orden cronológico sino de ideas. Arranca tratando de demostrar que el Partido Populista y el Militar tienen origen común en el Ejército, desde el punto de vista organizativo, y en el revisionismo histórico, desde lo ideológico. Las dos alas de siempre, la elitista, falangista, que desemboca en Videla; y la plebeya, populista, que desemboca en Perón, aunque con diferente gravedad, porque claramente lo peor fue el genocidio del Partido Militar, pero los efectos del control peronista de la política argentina han sido tremendos.
- ¿El peronismo siempre fue el mismo?
- Hay cambios sobre una base de continuidad. Han hecho gobiernos tan desastrosos que para ellos es imperioso negar el carácter peronista del que estuvo antes. Llegamos acá con Scioli tratando de convencernos de que no es menemista, cuando estuvo con Menem, Duhalde y Kirchner. Es la reproducción infinita del peronismo, que condena al país a un sistema no democrático, porque donde puede gobernar sólo un partido, y se amenaza a los no peronistas de que si gobiernan “se tendrán que ir en 3 días”, es una confesión de que no existe sistema democrático.
- Hay convivencias extremas como Triple A y Montoneros...
- Porque no se define ideológicamente; darle coherencia ideológica es errarle. Eso no es sólo de los ‘70. Arranca con el primer Perón, que también tenía mezcla en su partido, con radicales nacionalistas, como Jauretche y Forja, o caudillos conservadores o militantes fascistas. Lo de los conservadores es notable. La fórmula “revolucionaria” de los ‘70 se armó con Cámpora y Solano Lima, que llegaron del Partido Conservador. El peronismo siempre fue una ensalada ideológica, porque el punto central es cooptar el poder y conservarlo a cualquier costo.
- ¿Qué responde a quienes le dicen “gorila”?
- Que negarle al opositor hasta el carácter de ser humano define totalitarismos. Fidel Castro llama “gusanos” a los que critican su régimen. Los nazis llamaban “ratas” a comunistas y judíos. Llamar a otro “gorila”, dice poco del otro, pero mucho de sí mismo.
- ¿El kirchnerismo es la peor versión del peronismo ?
- Es la etapa superior, porque ha agudizado lo peor que tenía el peronismo en una Argentina que ya, convenientemente destruida por muchos años de peronismo, tiene características más destructivas, socialmente regresivas y reaccionarias. La columna vertebral originalmente eran los trabajadores y ahora, la del peronismo kirchnerista, son los punteros.
- La historia es peronista...
- Lleva 24 años de 26. Y desde el ‘46 hasta ahora han pasado 69 años, de los cuales ha gobernado la mitad, tanto como todas las demás fuerzas juntas. Y prácticamente 3 décadas completas, con Perón, Menem y Kirchner. Si alguna fuerza política es responsable de lo que pasa y ha pasado, es el peronismo, que tiene la característica de no hacerse nunca cargo de nada de lo que ha hecho. Ellos dicen que son los únicos que pueden gobernar y cuando están en el poder, dicen que las corporaciones no los dejan.
- ¿Por qué está tan instalado?
- Una razón es que ha logrado convertirse en algo así como el marido golpeador de la mujer golpeada, en una relación con la sociedad verdaderamente psicopática, en la que quien habla en su contra, es defenestrado, acusado de querer que los niños mueran de hambre y de ser del Partido Militar. Otra razón se ve en donde triunfa con mayor facilidad, que es en donde peor ha gobernado. Sus bastiones son las provincias del norte; parte de la Patagonia y el conurbano bonaerense, donde la situación social es dramática. Eso se explica porque en vez de haber ciudadanos y trabajadores independientes, hay gente lumpenizada y dependiente de un sistema clientelar que obliga y coacciona. Otra razón es que han destruido el sistema educativo, con capacidades de comprensión e intelección cada vez más bajas, destrucción que empieza con Menem y sigue con los Kirchner.
- ¿Por qué el libro se publica en un año electoral?
- Tuvo una primera versión que enfocaba la crítica sobre el kirchnerismo, que debió haberse publicado el año pasado. La editorial se negó -por motivos que no analizo- y en el verano decidí tomar un tiempo para reestructurarlo y no dejar sólo la crítica kirchnerista, porque el problema no es simplemente sacarnos de encima a los Kirchner sino al peronismo, entendido esto no en proscribirlo, sino en ubicarlo en un partido como cualquiera, que puede ganar o perder elecciones. Por eso el libro se postergó. Lo tuve listo más o menos para la fecha en que salió, que coincidió con la semana posterior a las PASO.
- ¿El libro puede influir?
- Los libros hacen su contribución, pero es raro que tengan efecto fuerte a corto plazo. Este libro es best seller; han vendido 30 mil ejemplares. Suponiendo que dos personas por libro lo leen, estamos hablando de 60 mil electores. Los libros necesitan tiempo para ser digeridos y asimilados. No creo que tenga efecto electoral.
- ¿Qué tiene que pasar para que la historia cambie?
- Que no voten al peronismo. No es que la gente los vota porque gobiernan; gobiernan porque los votan. No sé si los pueblos tienen los gobiernos que se merecen pero tienen los gobiernos que votan. No subestimo a las capacidades del “pueblo peronista”, pero no creo que la dignidad se pueda dar desde afuera; se la tiene que dar uno mismo. Eso de “Evita dignifica” me parece precisamente indigno, porque si la dignidad depende de que alguien la otorgue, es muy poco.
FUENTE: http://www.losandes.com.ar
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