Son de entrenamiento de la Armada; por año ingresan 400 vuelos ilegales |
Frente
a las generalizadas críticas por el crecimiento del narcotráfico en el
país, el Gobierno decidió desplegar la semana pasada tres aviones para
perseguir los vuelos ilegales. Pero el material a mano muestra la
pobreza estructural de los sistemas de defensa y seguridad: ante la
urgencia, se optó por enviar al Norte aviones militares fabricados en la
década del 60 y repotenciados en los 70, que llegaron al país en 1978.
Sin
otra opción disponible, los 400 vuelos ilegales que cada año ingresan
en el país, en su gran mayoría desde Paraguay, serán buscados por tres
T34 TurboMentor, aeronaves de entrenamiento básico que la Armada
adquirió en los Estados Unidos y que entraron en servicio hace casi 40
años. El T34 TurboMentor es un monomotor de limitado instrumental que
con su velocidad inferior a los 400 kilómetros por hora apenas alcanza a
superar a las avionetas narcos que debe perseguir.
En
realidad, su función primordial es la de servir de avión escuela para
los pilotos navales. La Fuerza Aérea operaba también con modelos T34,
pero los dio de baja hace cuatro años.
El
problema de los vuelos con drogas se instaló fuerte en la campaña
electoral. La violencia de los traficantes, puesta de manifiesto, por
caso, por su incidencia en muchos de los más de 190 homicidios cometidos
en Rosario, donde también fue atacada a balazos a la casa del
gobernador santafecino, Antonio Bonfatti, expuso el crecimiento concreto
del peligro. Y la vía área de ingreso de drogas quedó en la mira.
La
oposición, en uno de los pocos asuntos en los que coinciden todos los
grupos ajenos al Gobierno, reclamó que se apruebe una ley para derribar a
los vuelos narco. El oficialismo insistió en su negativa a tratar ese
tema.
La
semana pasada, en cambio, el presidente venezolano, Nicolás Maduro,
anunció que cazas F-16 derribaron dos avionetas narco al negarse a un
aterrizaje escoltado.
Con
el sistema de armas Mirage fuera de servicio y en espera de la
aprobación de la compra de un escuadrón usado de Mirage F1 y con los
pocos cazabombarderos A4 que se sostienen en operaciones y que están
implicados en un ejercicio internacional en Brasil, se apeló entonces a
los veteranos aviones de entrenamiento de la Armada.
Son
tres de las seis aeronaves de su clase en vuelo, ya que sus
contrapartes de la Fuerza Aérea -un modelo algo más viejo, incluso-
fueron dados de baja hace cuatro años.
Esa
sección reducida de TurboMentor tendrá ahora la misión de verificar los
vuelos ilegales en la frontera norte, donde el gobierno nacional
contabilizó más de 800 Tránsitos Aéreos Irregulares (TAI) desde julio de
2011. Las posteriores investigaciones de la Gendarmería pudieron
establecer que en por lo menos 242 casos esos vuelos estuvieron
vinculados al tráfico de drogas. Más de 121 toneladas de estupefacientes
llegaron al país por vía aérea. Y las avionetas ilegales incursionan
cada vez más al Sur, arrojándose la carga en forma de bombardeo hasta en
el norte bonaerense y en Rosario, según afirman quienes investigan esos
casos.
Es
en el sur santafecino donde se visualiza la mayor violencia narco en
los últimos dos años. En las fuerzas de seguridad, se afirma que allí no
hay una lucha de carteles, tal como se conoce a las organizaciones
complejas de drogas, sino una desatada guerra de bandas de vendedores
minoristas, que crecieron bajo gestión policial. En los tribunales
empieza a ser común el concepto de "economía narco de subsistencia"
definiéndose así a familias enteras que encuentran su sustento mínimo al
participar de algún punto de la cadena de comercialización.
En los vuelos narco llega una parte importante de la droga que provoca la lucha entre clanes de vendedores y sicarios.
El
diputado nacional Francisco De Narváez hizo conocer su proyecto de ley
para autorizar el disparo contra aeronaves que no respeten una sucesión
de advertencias. Su par del Pro Julián Obiglio expuso una propuesta
similar.
Ambas
iniciativas ya están en el Congreso, al igual que una similar
presentada por los referentes de la UCR. Y en los últimos días se
sumaron voces fuertes, como las de Sergio Massa, y los cordobeses Juan
Schiaretti y José Manuel De la Sota.
El
gobernador de Córdoba aseguró que pedirá al resto de los mandatarios
reunirse para analizar el creciente problema narco. La propuesta de una
ley de derribo contaría con el apoyo del chaqueño Jorge Capitanich, que
presentó un proyecto de ley durante su paso como senador y consiguió que
uno de los tres radares de vigilancia fuera instalado en Resistencia.
El
Gobierno intentó algunos planes antidrogas, con eventuales éxitos
relativos en decomisos, pero aún no se coordinó una política nacional
contra el narcotráfico. La Casa Rosada lanzó en los últimos dos años los
operativos Fortín (con radares aéreos), Escudo Norte (con grupos
especiales de Gendarmería en el Norte), Vigía (controles de ruta en
ómnibus y en la terminal de micros de Retiro), Centinela (6000 gendarmes
en el conurbano) y Cinturón Sur (Gendarmería y Prefectura en la ciudad
de Buenos Aires).
También
afirmó que creció en diez años la cantidad de gendarmes de 18.000 a
34.000. Aunque en esa fuerza se comenta que se duplicó la dotación, pero
también se sextuplicaron las misiones asignadas.
En
otra decisión unilateral, el Gobierno puso este año al Ejército en la
lucha contra el narcotráfico, sin tomar en cuenta las limitaciones de
las leyes de seguridad interior y de defensa (en especial, la
reglamentación de 2006), con la creación de patrullas mixtas de doce
soldados y tres gendarmes para el control de fronteras, cuya presencia
se hará visible a fin de año.
En
medio de propuestas legislativas y planes que se superponen como
parches, el peligro del narcotráfico se metió por primera vez en la
campaña electoral a partir de los asesinatos en Rosario, la corrupción
de la brigada de drogas en Córdoba y la proliferación de los vuelos
ilegales. UN AVIÓN DISEÑADO PARA APRENDER A VOLAR Los TurboMentor se incorporaron a la Armada en 1978 370 Velocidad crucero Los TurboMentor alcanzan una velocidad promedio de 370 km/h, apenas superior a la de las avionetas que deberían interceptar 1311 km Alcance máximo Los TurboMentor pueden hacer vuelos cruceros de algo más de tres horas 2 Tripulantes Se trata de un biplaza básico con reducido instrumental para interceptaciones Sobrevivientes Las tres unidades TurboMentor enviadas al Norte forman parte de un lote de seis que se mantienen en actividad En las islas Malvinas La Armada los desplegó como aviones de reconocimiento. Tuvieron una escaramuza con Harriers T34 Para aprender a volar La Armada argentina los incorporó en 1978. Se usan para el curso primario de aviación de los pilotos navales y tienen un limitado instrumental. FUENTE: www.analisislitoral.com.ar |
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lunes, 28 de octubre de 2013
Intentan parar los vuelos narcos con aviones de 40 años
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