PROYECTO REPRESAS "K-CHINO" NO TIENE ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL
Confirmado: no existe EIA de las Represas, no se hicieron las Audiencias Públicas y se demoran las explicaciones
OPI Santa Cruz accedió a la única documentación que hay sobre las
Represas Cóndor Cliff-La Barrancosa, la cual data de hace muchos años y no
corresponde a un Estudio de Impacto Ambiental. Existen dos documentos que son
básicamente enunciativos, técnicos y de ninguna manera pueden tomarse como
parte de un estudio serio y pormenorizado como el que se debe realizar para
mensurar puntual y correctamente, los impactos geo-socio-ambientales que
producirá la obra. (Informe I)
Aquella información que diéramos en el año 2012 sobre la inexistencia de
un Estudio de Impacto Ambiental en la megaobra de las Represas Cóndor Cliff-La
Barrancosa, ha sido definitivamente confirmada, a partir de que accedimos a la
única documentación existente sobre este emprendimiento que comprenden dos
documentos a saber:
Documento 1
Es una “Memoria descriptiva”, donde, como el nombre lo indica, se ocupa
de “describir” los distintos componentes que abarcarán la obra, con
enunciados como los criterios básicos a tener en cuenta para el aprovechamiento
hidroeléctrico del Río Santa Cruz “Cóndor Cliff-La Barrancosa”;
simulación de operación de embalses, caudal, déficit hídrico; dimensionamiento
de los vertederos, curvas, caudal y volúmenes, niveles de embalse, potencia,
perfil energético y luego aborda puntualmente los aspectos de cada represa:
Cóndor Cliff y La Barrancosa.
Este documento técnico es, podríamos decir, el inicial de este proyecto.
Es tan viejo que resta apuntar un detalle: no tiene incluido el renombramiento
de la obra; es decir aún se denomina “Cóndor Cliff-La Barrancosa”. Recordemos
que el nombre Cépernic-Kirchner, fue posterior a la muerte del ex presidente,
ocurrida el 27 de octubre de 2010.
Este documento, que tenía como propósito introducir sobre aspectos
técnicos del proyecto, a las empresas que fueran a licitar las obras; consta de
solo 28 páginas, posee esquemas, cuadros, tablas comparativas, etc
Documento 2
Se trata de un Pdf denominado “Documentación técnica del Proyecto”,
cuerpo de 356 páginas elaborado en oportunidad de realizarse el llamado
a licitación pública nacional e internacional. Allí de lo que se trata, es informar
a los oferentes de manera recortada y en forma enunciativa, distintos aspectos
técnicos que no están desarrollados, estudiados, mensurados ni medidos en sus
niveles de impacto.
Es un material eminentemente enunciativo con datos tomados entre el 2003
y 2005 (los geofísicos datan del 2001) y de ninguna manera puede
considerarse un “Estudio de Impacto Ambiental”. Pero por si alguna duda
pudiera existir, el mismo documento en su Capítulo V, página 350 en el ítems “Afectación
del patrimonio”, el/los autores del estudio técnico, dejan expresado
claramente el siguiente texto:
En base a lo antedicho, en la etapa de Proyecto Ejecutivo se deberán
realizar por el contratista, el EIA, considerando las alternativas de traza que
se propongan y efectuando la valoración de los impactos identificados tanto
para la fase de obra y operación de la línea, prestándose particular atención a
los eventuales efectos negativos ya identificados en este estudio.
Esta claramente expresado allí que este “Estudio técnico” no es ni por
asomo un Estudio de Impacto Ambiental, como algunos deslizaron, pretendiendo
que los estudios de afectación geo-socio-ambientales, están hechos o que “solo
hay que actualizarlos”.
OPI va a demostrar en sucesivas notas, que la documentación existente en
este sentido, fue confeccionada solo a los fines del conocimiento técnico de
las empresas y que de ninguna manera constituyen lo que por definición
significa: “El procedimiento administrativo científico-técnico que permite
identificar y predecir cuales efectos ejercerá sobre el ambiente, una
actividad, obra o proyecto, cuantificándolos y ponderándolos para conducir a la
toma de decisiones”, tal como se describe sucintamente al Estudio de
Impacto Ambiental.
Los documentos a los que accedimos, son solo una “planificación de la
obra”, es decir, una situación de requerimiento técnico desde el cual
partirán las empresas concesionarias de la misma para elaborar el proyecto
final. OPI, para elaborar estos informes que vamos a publicar en sucesivas
entregas, ha recurrido a diversas fuentes profesionales, ingenieros,
especialistas, sectores medio ambientales, con el fin de obtener la mayor
información posible, dado que, como se ha insinuado por ahí, desde
Planificación se estaría por acordar que este material sea tomado como EIA, lo
que sería totalmente incorrecto y falso.
Un Estudio de Impacto Ambiental, tiene que contar con el abordaje
específico de cada área que se impacta, el análisis y las proyecciones de cómo,
cuánto interferirá, pero también cómo se mitigará ese impacto, luego, en el
caso de las represas, deben existir dos estudios diferenciados (uno para
cada dique y su entorno) en ningún caso puede haber un EIA “general”,
porque las áreas (si bien habrá algunos puntos comunes) difieren y
particularmente, tal como lo marcamos la semana pasada con nuestra nota, el
principal elemento diferenciador es el glaciar Perito Moreno.
Un EIA es poner el proyecto de la obra dentro del ambiente donde se va a
construir, realizar un inventario natural y establecer, a partir de ahí, cómo
va a impactar la obra en ese entorno. De allí se diferencian los mismos en
impactos medios, bajos e insostenibles. En todos los casos, excepto en la
tercera clasificación que no haría posible una obra, se busca compatibilizar la
acción con el medio y así nace el segundo paso o fase que es la confección de
los “medidores de mitigación”, donde el estudio detalla qué medidas se
aplicarán en cada caso para mitigar ese impacto. El tercer plan que debe
contener el EIA es el “Plan de monitoreo”, que se confroma de un
mecanismo de control y seguimiento destinado a observar y medir en el tiempo,
si esas medidas de mitigación fueron bien aplicadas o si debe corregirse algo
de lo planificado.
Ni EIA ni Audiencias
Debemos decir que, en el caso de las represas Condor Cliff-La Barrancosa
/Cépernic-Kirchner,hasta el momento, no hay nada de esto. Lo único que existe
es esta documentación técnica y es de esperar que no se intente tomar como tal,
este estudio que describimos y que corresponde hacer en una obra de esta
magnitud. Por otro lado, algo que ni siquiera está mencionado en todo este
complejo detalle, es el impacto social que tendrá la obra, otro tema sumamente
importante que el EIA deberá contener cuando se determine. Cómo van a evitar el
asentamiento permanente de grupos humanos en los alrededores de los obradores,
cómo impactará en la seguridad, la salud y la educación en las localidades
donde se asiente la migración obrera y las empresas subcontratistas (El
Calafate/Cdte Luis Piedra Buena), la infraestructura, los servicios, etc.
A todo esto, debemos agregar que cualquier emprendimiento de este tipo
debe estar precedido de audiencias públicas, donde la empresa constructora
explique el proyecto, las autoridades expliquen lo que harán para compensar el
desequilibrio ambiental-social y económico que traerá a la provincia y se le
permita al pueblo debatir, preguntar, oponerse y evacuar dudas de todo tipo
sobre el emprendimiento a realizar.
Si acaso se sigue el modelo implementado para la construcción de la usina
de Río Turbio, donde, además de desconocer e ignorar las graves observaciones
de 50 puntos que la propia provincia hizo al EIA realizado por Isolux, la
empresa española, en total complicidad con el gobierno y la oficina de
Planificación de Julio de Vido, formalizó una Audiencia Pública en Río Turbio,
para la cual, horas antes, entregaba a los vecinos de la cuenca un glosario de
preguntas para que realizaran en la audiencia; si se sigue este modelo,
reiteramos, todo será una simulación y será poco serio y creíble cada cosa que
digan y hagan en el futuro.
Con la experiencia que tenemos en Santa Cruz, a partir de Isolux Corsán,
el Ministerio de Planificación, el gobierno provincial y la obra de la
megausina, a ningún santacruceño le puede caer de manera desprevenida una
irregularidad de este calibre, en la construcción de las represas sobre el río
Santa Cruz. (Agencia OPI Santa Cruz)
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