EL ESCALOFRIANTE RELATO DE CÓMO EL ACTUAL MINISTRO DE SALUD,
MANZUR (RECOMENDADO POR MASSA , SIENDO JEFE DE GABINETE) MANIPULABA LAS CIFRAS
DE MORTALIDAD INFANTIL EN TUCUMÁN.
I PARTE
ARTÍCULO DEL 12/07/2011
MINISTRO KK - LADRÓN |
El actual titular de Salud de la Nación, cuando se desempeñó
en similar cargo en Tucumán, había reconocido ya la manipulación de datos
estadísticos sobre mortalidad infantil, en el marco de una investigación debido
la incongruencia entre muertes fetales y niños nacidos vivos: “se estaba
registrando de esa manera ya que había niños no viables de bajo peso y eso
engrosaba el índice de mortalidad infantil” se reveló en la investigación;
Recordemos cuando el funcionario nacional visitó Entre Ríos donde aseguró que
la provincia “registraba el índice de mortalidad infantil más bajo de su
historia ubicándose en el 10,8 por mil, dos puntos menos que en 2008” y a
Urribarri le dijo: “con esa decisión, usted gobernador está dando muestra de la
lealtad que tiene con su gente y su pueblo”
Los últimos datos oficiales del Siprosa sugieren que a la
manipulación evidente de los índices de mortalidad infantil se suma ahora la
maniobra de ocultamiento con el sencillo trámite de alterar el orden de los
factores.
La larga historia de la manipulación de las cifras de
mortalidad infantil en la provincia registra un nuevo capítulo a juzgar por las
cifras oficiales correspondientes al año 2009. Si bien no se conoce todavía el
índice de mortalidad que anunciará el Gobierno, algunos elementos hacen
sospechar que se ha “tocado” de manera diferente las estadísticas para
continuar con el ocultamiento de la maniobra. Antes que nada recordemos algunos
conceptos para entender de qué se trata. Según los instructivos que definen como
ha de considerarse la muerte de un niño, definiciones que permiten que los
índices sean comparables a los de cualquier lugar del mundo, una defunción se
considera fetal si es “ocurrida con anterioridad a la expulsión completa o
extracción del cuerpo de la madre, cualquiera que haya sido la duración del
embarazo; la defunción se señala por el hecho de que, después de tal
separación, el feto no respira ni muestra cualquier otro signo de vida, tal
como el latido del corazón, la pulsación del cordón umbilical o el movimiento
efectivo de músculos voluntarios”.
Según las mismas definiciones, un niño es nacido vivo cuando
se produce “la expulsión o extracción completa del cuerpo de la madre
prescindiendo de la duración del embarazo, de un producto de la concepción que,
después de tal separación, respire o manifieste cualquier otro signo de vida,
tal como el latido del corazón, pulsaciones del cordón umbilical, o movimiento
efectivo de músculos voluntarios, haya o no haya sido cortado el cordón
umbilical y esté o no unida la placenta. Cada producto de tal alumbramiento se
considera nacido vivo”. La muerte de estos niños que se produzca desde el
primer segundo de vida hasta el año de edad, compone los índices de mortandad
infantil.
La mortandad infantil es considerada como uno de los
indicadores más importantes para la planificación y programación de actividades
en salud en el mundo entero. De ahí la importancia de la aplicación de
criterios estrictos y uniformes que validen los índices más allá de toda duda.
Pero, la política que no entiende de moral, como alguna vez sugirió Antonio
Domingo Bussi, modifica los índices en lugar de modificar la cruda y triste
realidad.
Desde los años 2003, 2004 al presente se produjo un enorme
salto en las muertes fetales en Tucumán. Es decir los Nacidos Muertos. Casi en
el mismo período, pero en particular desde el comienzo de la administración
Alperovich, se observa una supuesta baja en la mortalidad infantil. El método
usado no es otro que anotar como muertes fetales las que en realidad son parte
de la mortalidad infantil según los conceptos técnicos antes mencionados. El
mismo método fue usado durante los dos últimos años de la gestión de Antonio
Domingo Bussi.
En comparación a cada una de las provincias del país,
Tucumán es la única que registra un crecimiento exponencial de las muertes
fetales mientras absolutamente todas las otras registran una paulatina baja. Y
correspondientemente, también aquí, se registra la más drástica disminución de
los índices de mortandad infantil.
En los cuadros adjuntos que reflejan novísima información
oficial, se puede observar que, llamativamente, han disminuido los nacimientos
comparando los años 2007 y 2008 con el año 2009. Si bien se observa en 2006 una
cifra aún menor que en 2009.
El contraste lo presenta con los cuadros que consignan la
cantidad de Nacidos Vivos (Cuadro 1) y de Nacidos Muertos (Cuadro 2) sobre todo
en la franja de menos de 500 gramos que es la categoría habitualmente
manipulada. Los Nacidos vivos han aumentado considerablemente respecto de 2008
pero no llegan ni a la mitad de lo que eran en 2003 o 2004 cuando comenzó la
maniobra. Por otra parte, los Nacidos Muertos, siempre en la franja de menos de
500 gramos se mantienen casi igual que en el año anterior habiendo disminuido los
nacimientos y cuadruplica la cifra de 2003-2004 cuando, como decimos, comenzó a
manipularse la estadística. Más sospechosas resultan las cifras que,
reiteramos, son oficiales, si observamos el contraste entre la Maternidad y el
Hospital de Concepción (Cuadro 3). Concepción, con un tercio de los partos de
la Maternidad tiene tres veces más Nacidos Muertos.
Si comparamos el propio Hospital de Concepción en años
anteriores, veremos que el crecimiento exponencial de la cifra de Nacidos
Muertos siempre en la franja de menos de 500 gramos, arranca en el 2007 en que
pasa a 27 casos de sólo 1 registrado en 2006, 9 en 2005 y 7 en 2004. El
crecimiento de la cifra total de partos no justifica de ninguna manera ese
crecimiento desmedido, algo pasa en Concepción. O, más bien, algo pasa con las
estadísticas, y es que el orden de los factores no altera el producto. Los
caminos para modificar los resultados generales son múltiples y eso parece
estar sucediendo. De lo contrario estamos ante el crecimiento alarmante de un fenómeno
que debiera llamar muchísimo la atención de las autoridades sanitarias
generando incluso políticas concretas para investigar sus causas y resolverlo.
Pero, no es para nada así. Es más probable que estemos ante una maniobra más,
esta vez para disimular un poco lo que a todas luces se volvió indisimulable.
A no dudarlo en poco tiempo más tendremos un anuncio
rimbombante de índices fantásticos de mortalidad infantil que, incluso, pueden
mostrar un leve aumento también dirigido a desactivar las sospechas de los que
aún no están convencidos de la macabra maniobra que se viene realizando.
Explicaciones oficiales
Según los últimos datos confiables del Indec, en 2006, el
Gran Tucumán más Tafí Viejo tenía 47,9% de pobres y 16,1% de indigentes. O sea
estaba entre las seis provincias con mayores índices de pobreza e indigencia
del país. Más que Santiago del Estero, Posadas, Misiones, Salta e incluso los
partidos del conurbano bonaerense. En ese mismo período, 2006-2007, se produce
la reducción más espectacular de la mortalidad infantil y el consiguiente
increíble aumento de la mortalidad fetal. En sólo tres años Tucumán realizó el
“milagro” de bajar más de 10 puntos la mortalidad infantil, tarea que a
provincias más ricas como Córdoba les llevó 17 años, a Mendoza 14 años, a San
Juan 16 años.
La pretendida explicación de la espectacular disminución de
la tasa de mortalidad infantil en 2008 cuando el periódico publicó la denuncia
de manipulación estadística- fue la excelente atención primaria existente y con
ello el control prenatal. Pues bien, Tucumán se encuentra entre las seis
provincias que menos controles prenatales tiene. Menos que los 5 de mínima
exigidos por los especialistas. Paralelamente, se encuentra entre las seis
provincias, junto a Salta, San Juan, La Pampa, La Rioja y Formosa, de mayor
mortalidad materna, siempre según datos oficiales.
El sostenido incremento de la mortalidad materna en ésta
provincia, según estadísticas oficiales del Ministerio de Salud de la Nación,
comienza en 2005. La mortalidad materna en los dos últimos años presenta los
mismos valores que en el año 1992-93. Otra vez, las estadísticas coinciden en
marcar índices extrañamente altos o bajos, según el caso, haciendo evidente el
comienzo de la manipulación estadística que continúa hasta hoy.
(Continuará)
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