¿Por qué Argentina logró conseguir financiamiento para proyectos de hidrocarburos no convencionales y no para el desarrollo de las fuentes alternativas? En la legislación se encuentran las respuestas. Libertad para girar divisas al exterior, exenciones a las importaciones de insumos y garantías jurídicas.
Argentina tiene igual o más
potencial para avanzar en el desarrollo de la energía eólica, solar,
mareomotriz y biomasa, que en la explotación de crudo y gas no
convencionales del yacimiento Vaca Muerta. Sin embargo, para los
capitales extranjeros sólo hay interés para extraer hidrocarburos.
¿A qué se debe esta diferenciación? Como ocurre en todos los aspectos
de la vida económica, es producto de la voluntad política. No se hace
mención al discurso de los funcionarios, harto conocido a y favor del
status quo, sino más bien al tratamiento desigual, expresado en la
legislación vigente.
Analizando la ley de Hidrocarburos
que aprobó el congreso el año pasado se encuentran las razones. En este
corpus figuran un sinnúmero de beneficios para las inversiones
petroleras, que no son extensibles a sus competidoras limpias.
En principio, esta normativa retomó el Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos, creado mediante el decreto 929/13, para los proyectos de más de 250 millones de dólares. Fue la generalización de la disposición hecha a medida de Chevrón.
El aspecto más importante de dicha normativa establece el “derecho
a comercializar libremente en el mercado externo el VEINTE POR CIENTO
(20%) de la producción de hidrocarburos líquidos y gaseosos producidos
en dichos Proyectos, con una alícuota del CERO POR CIENTO (0%) de
derechos de exportación, en caso de resultar éstos aplicables”.
Al quinto año, las compañías pueden girar el 100 por ciento de estas
utilidades, incluso con prioridad frente al resto de las actividades
económicas. Así lo expresa la ley: “tendrán asimismo derecho
prioritario a obtener divisas de libre disponibilidad a través del
Mercado Unico y Libre de Cambios por hasta un 100% (CIEN POR CIENTO) del
precio obtenido por la comercialización interna del porcentaje de
hidrocarburos”.
Las empresas de energías renovables, por el
contrario, tienen más complicaciones que facilidades: están obligadas a
vender a la energía eléctrica a la Compañía Administradora del Mercado
Mayorista Eléctrico (Cammesa), empresa con un rojo
millonario que imposibilita conseguir financiamiento externo, debido a
que los principales bancos exigen sustanciales garantías por firmar
contrato con una compañía de riesgo.
Además, lejos de un libre-mercado (también cuestionable), las
compañías no pueden hacer contratos entre privados para abastecer de
energía eléctrica, quedando relegadas para entregar al
Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Tampoco tienen la posibilidad de derivar divisas al exterior.
Otro punto, no menos importante, tiene que ver con el tratamiento a las importaciones de equipos e insumos.
Las petroleras, gracias a las modificaciones de la ley 17.319, gozan de un esquema de exenciones: “los
bienes de capital e insumos que resulten imprescindibles para la
ejecución de los Planes de Inversión de las empresas inscriptas en el
Registro Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas, ya sean importados
por tales empresas o por quienes acrediten ser prestadoras de servicios
de ellas, tributarán los derechos de importación indicados en el decreto 927/13 o normas que lo sustituyan. Dicha lista podrá ampliarse a otros productos estratégicos”.
Justo por estos días la Cámara de Diputados se encuentra discutiendo el proyecto de ley de Marcelo Guinle,
senador del Frente para la Victoria, que establece una serie de
modificaciones a la ley 26.190, con vistas a potenciar las inversiones
en el área de las energías renovables.
Obtuvo media sanción en la cámara alta pero está frenado en diputados
por resistencia de algunos legisladores, entre otras cuestiones, debido
a que no están de acuerdo en facilitar que en una primera instancia
pueda ingresar tecnología de otros países para permitir un rápido avance
de los proyectos.
La iniciativa propone la devolución anticipada del IVA, amortización
acelerada del impuesto a las ganancias, exención del impuesto sobre la
distribución de dividendos (10%) ante la reinversión de utilidades, la
no aplicación de tributos específicos, regalías nacionales, provinciales
y municipales durante el régimen de fomento, entre otras cuestiones.
Si bien la pretensión de resguardar a la industria nacional es
saludable y necesaria, lo cierto es que hasta los referentes del rubro
entienden que será imprescindible comprar bienes de capital en otras
plazas. Por lo menos hasta que los proveedores locales puedan afianzarse
y estén en condiciones de abastecer íntegramente a los grandes
proyectos.
Competencia o complemento
Actualmente las energías solar y eólica representan apenas el 0.4 por
ciento de la matriz energética nacional. Por muchos años, los
hidrocarburos seguirán teniendo un peso importante, como calculan las
principales potencias y estadistas. Por lo pronto, los petroleros no
tienen motivos para asustarse. Por diferentes motivos, se debería pensar
a las energías renovables en una integración con los fósiles, a modo de
complemento, sobre todo teniendo en cuenta los problemas que el medio
ambiente está sufriendo en el mundo.
¿Por qué el Gobierno no quiere diversificar la matriz? No se
entiende. La energía nuclear es muy cuestionada, al igual que la
hidroeléctrica, porque no en todos los casos son sustentables y
amigables con la ecología. Quizás prime el desconocimiento; a lo mejor
hay intereses y cuestiones que no conocemos. ¿Es sólo una cuestión de
lobby? Las renovables están avanzando en los países desarrollados y
vecinos, sin embargo, en Argentina, con un territorio privilegiado, no
se habla del tema.
Cristina a la cabeza
Sin dudas, Cristina Fernández de Kirchner es la figura que expresa esta forma de pensar, no sólo los funcionarios del Ministerio de Economía, bajo la conducción de Axel Kicillof.
A principios de año, durante una reunión con empresarios chinos,
Cristina dejó una frase que va a quedar de por vida en la memoria de los
promotores de las energías limpias: “es políticamente correcto y
muy cool hablar de las energías renovables. No somos tan ingenuos para
creer que las energías fósiles van a desaparecer como por arte de magia;
con Vaca Muerta, Argentina va a poder autoabastecerse a mediano plazo”.
FUENTE: http://www.energiaestrategica.com
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