El plazo estaba acordado para abril, sin embargo por temas de importación se postergó el proyecto. Para los desarrolladores del proyecto se trata no solo de generar energía por medio de residuos de la ciudadanía, sino de impulsar una toma de conciencia que permita hacer notar al ciudadano que la separación de la basura ayuda de manera práctica a generar energía.
Se comenzarán a procesar los
residuos orgánicos generan los habitantes del departamento de General
Roca, provincia de Córdoba, para producir energía eléctrica montando una
planta de biogás en la localidad de Huinca Renancó, uno de los 13
municipios de General Roca.
La fábrica, de una superficie de 2000 m3, ya cuenta con la obra civil
finalizada desde hace varios meses y está lista para entrar en
operaciones, pero aún se encuentran a la espera de tecnología de punta
desde el exterior que no ha podido ingresar por inconvenientes con los
proveedores del extranjero.
No obstante, Guido Casanovas, integrante del Grupo IFES, compañía desarrolladora del proyecto, explica a energiaestrategica.com que ya se han autorizado los equipos y que “si sale todo bien, quizá en julio llegue la tecnología de afuera”.
Una vez que ingresen, se hará la puesta a prueba, con el testeo
correspondiente de los equipos, y su posterior puesta en marcha, por lo
que para septiembre la planta podría entrar en operaciones.
“Somos los primero que estamos impacientes para que el proyecto
esté terminado, ya están todas las piezas puestas, está todo ordenado,
así que ahora simplemente a esperar”, enfatiza el especialista.
Entre la tecnología a importar, se instalará un aparato que permita
discriminar los desechos orgánicos de los inorgánicos, para que el
biodigestor (sistema que produce biogás) pueda funcionar correctamente y
2 motores de 60 KWh cada uno, capaces de transformar ese gas ecológico
en energía eléctrica.
Con la tecnología instalada, la fábrica podrá generar 120 KWh, como
perspectivas sobre una primera etapa. Luego, como etapa posterior, se
incluirán 3 motores más con la intención de poder producir 300 KWh.
Casanovas reconoce que si bien la energía eléctrica a producir no es
cuantiosa, se trata más bien de, en primer lugar, eliminar los desechos
urbanos que producen emanaciones que dañan al medioambiente, a partir de
un proceso anaeróbico (ver aparte), y, en segundo lugar, concientizar a
la población sobre la importancia de este procedimiento.
Observa que en nuestro país no está instalada la costumbre de dividir
los residuos, pero asegura que si la ciudadanía empieza ver de manera
práctica que a través de sus desechos se puede producir energía y que si
empieza a discriminarse la basura orgánica de la inorgánica se obtiene
una mayor producción de biogás en los biodigestores, el comportamiento
sería tomado en cuenta.
“Difícilmente alguien que haya adoptado la conducta de separar
los residuos pierda la conciencia de hacerlo en un futuro, se trata de
una actitud que es progresiva”, contempla Casanovas y reconoce que
ese es el valor agregado que la planta de biogás le aportará a la
población: ver de manera práctica cómo los residuos generan energía
eléctrica.
Asimismo eso incentivaría a otras provincias a replicar la iniciativa y a inversionistas a animase a financiar proyectos.
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