Powered By Blogger

Visitas

viernes, 11 de noviembre de 2011

Cristina Kirchner impulsará próximamente un sistema parlamentario en la Argentina

Jueves, 10/11/2011
ARGENTINA.- Hasta ahora y desde 1853 cuando se sancionó la Constitución Nacional, el sistema de gobierno argentino ha sido de neto corte presidencialista. Figuras paradigmáticas entonces sirvieron de hitos para reconocer en el trazado histórico los cambios más importantes de un país que nacía a la faz de la Tierra.

Hoy, doscientos años después de haber iniciado ese camino, ese sistema se ha puesto a debate; tímidamente, encubiertamente quizás, pero lo cierto es que referentes importantes del Gobierno y sus ramas del poder lo van posicionando.

Por sistema parlamentario o parlamentarismo se entiende al mecanismo en el que la elección del gobierno que hace las veces del poder ejecutivo surge de un voto del parlamento (poder legislativo), ante el cual es responsable de sus decisiones políticas. Dicho en términos más sencillos, es la Asamblea legislativa quien elige a un Primer Ministro, por caso, el cual debe rendir cuenta ante la Legislatura, quien le otorga o no lo que se llama un “voto de confianza” para que continue en el ejercicio del poder.

Sus antecedentes se remontan a la antigüedad clásica en Grecia; luego Roma adoptaría una estructura parecida con el Senado Romano. A la caída del Imperio Romano, con los siglos esa influencia daría por resultado las ciudades estado italianas (Florencia, Génova y Venecia). Más tarde, esa estructura se repetiría en todos los estados de Europa.

El modelo parlamentario puede convivir con uno presidencialista, aunque se lo prefiere por considerarlo una mayor expresión del voto popular y eso hace entrar en el juego de la discusión a los distintos partidos de una legislatura.

La crisis

Pero si una cualidad distingue al modelo parlamentario es su mayor capacidad para dar respuesta a crisis de gobierno, donde se puede cambiar el poder ejecutivo sin generar una crisis institucional como ocurre cuando se afecta la figura de un presidente.

Por este camino es por donde el Ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni acaba de plantear el tema, puesto que “no estamos en crisis, sin un interés coyuntural, en el cual se puede hacer en calma, distinto a todos los que hemos vivido”, dijo.

En el fondo de sus palabras subyace el espíritu de caminar hacia una reforma constitucional, mediante la cual se podría prolongar la presencia de Cristina Fernández de Kirchner al frente del Ejecutivo, esta vez, de modalidad parlamentaria o introducir a un Kirchnerista "puro" de forma indirecta.

En efecto, como se sabe, al concluir el mandato de la Presidente en el año 2015, ésta no podría aspirar a una reelección por impedírselo la Constitución; opción que sería viable si se llega con la Constitución reformada y elección mediante, podría asumir el cargo de Primer Ministro.

Para sustentar esta posición, Zaffaroni esgrimió el segundo argumento político, el de dotar de fortaleza política a los gobiernos. Es que si un Presidente queda con mayoría legislativa de signo contrario tiene graves dificultades para gobernar, y esto se ha visto en la historia reciente. Le acaba de ocurrir al propio Barack Obama.

Por ahora es una especulación, pero cierto es que si se mira el escenario mundial, se podrá comprobar que las naciones más desarrolladas han alcanzado una madurez política practicando precisamente este juego de las mayorías y las minorías en el Parlamento.

Resta para que la República Argentina llegue a esta instancia todavía plantear ante las Cámaras un proyecto de reforma constitucional; aunque a la luz de los últimos resultados electorales, todo hace pensar que eso no sería más que un trámite.


Por Federico Mena Saravia
para

No hay comentarios:

Publicar un comentario