CARTA AL DIRECTOR
Señor Director:
Siento gran indignación cuando escucho interpretar la "Zamba de Vargas" o "La Felipe Varela"; me indigno mucho más cuando son los músicos catamarqueños quienes las cantan.
Debemos saber que aquellas piezas musicales fueron compuestas por las más rancias oligarquías, simpatizantes del proyecto unitario, que arrasaron el interior del país, matando y pasando a degüello a todos aquellos que soñaron con una Argentina federal.
Veamos un poco de historia:
Durante su campaña contra los unitarios, el 10 de octubre de 1867, Felipe Varela toma la ciudad de Salta. No saquea ni mata a inocentes como dice aquella zamba escrita por la oligarquía salteña, pero sí toma alimentos, armas y caballos para su ejército.
Entre los prisioneros está Odorico Esquiú, que se había casado con Manuela Castellanos Figueroa, luego de enviudar de Margarita Jáuregui, mujeres integrantes de las principales familias de Salta.
Odorico es llevado atado en un caballo hasta el Campo de la Cruz, en las afueras de la ciudad. Luego de un par de horas de cautiverio, solicita hablar con el jefe. Ya frente a Varela le manifiesta que se dedica a la venta de ganado y que frecuentemente viaja a Chile, que era casado y con varios hijos; pero el caudillo federal permanecía inmutable.
Entonces Don Odorico, tal vez temiendo por su vida, dice ser catamarqueño y que tiene un hermano fraile llamado Mamerto Esquiú. Al escuchar esto Felipe lo miró fijamente, cambió la expresión de su rostro y ordenó a sus subalternos que lo liberaran. No solo le perdonó la vida sino que lo hizo escoltar hasta su casa.
En la iglesia de los franciscanos se refugiaron don Sixto Ovejero, el gobernador, y la mayoría de los funcionarios. El coronel Felipe Varela llegó hasta allí y haciéndoles notar a los frailes que él sabía a quiénes escondían, se retiró del lugar sin tocar a nadie.
Antes de partir de la ciudad de Salta, Varela pidió cuarenta rehenes para proteger la retaguardia en su camino hacia Jujuy, pues era acosado por las tropas del general catamarqueño Octaviano Navarro, que lo perseguía pero que no pudo o no quiso alcanzarlo.
El caudillo federal en su camino hacia el norte fue liberándolos uno a uno, hasta dejar a salvo a los cuarenta rehenes.
Luego de esto, la suerte de las armas es adversa para Varela. El caudillo catamarqueño se traslada hacia el norte. El 5 de noviembre de 1867 llega a Bolivia. Pide asilo político. El presidente del país andino Gral. Mariano
Melgarejo, simpatizante de la causa federal argentina, se lo concede, con la condición de que deje sus armas en la localidad de Sococha.
Varela estará en Bolivia hasta enero de 1869. Fray Mamerto Esquiú vivía en el Convento Franciscano de Tarija y es allí donde se produce el encuentro entre estos grandes catamarqueños.
¿En qué se basan los folkloristas e historiadores salteños para decir que "Felipe Varela matando viene y se va"?
Ellos inventaron esta enorme difamación y falsedad histórica para ensuciar a nuestro caudillo; es que nunca pudieron digerir que un catamarqueño los derrotara y tomara su ciudad.
Para la historia oficial, escrita por los unitarios, todos aquellos que hipotecaron nuestro país y nos entregaron a la colonización inglesa, son honrados como héroes y tienen bustos en las escuelas y estatuas en las plazas.
Pero el revisionismo histórico puso a Varela en su justa dimensión, la de defensor del federalismo y luchador por la unidad latinoamericana.
Hoy en todo el país reivindican a Felipe Varela poniendo su nombre a aeropuertos, un departamento en La Rioja, plazas y calles en casi todas las ciudades, bibliotecas, escuelas de teatros, ballets y academias folklóricas, agrupaciones gauchas, etc.
Y por otro lado condenó al olvido a los Taboada, Paunero, Sándes y a otros asesinos, entregadores del patrimonio nacional; a los oligarcas provincianos personeros del mitrismo y a los defensores de la política portuaria que ahogó a las provincias y a su gente; aquella gente que con justicia defendía Felipe Varela.
Algún día la verdadera historia dirá quiénes realmente trabajaron en beneficio de la Patria y quiénes son los que deben ser honrados como héroes.
Prof. Mario Daniel VeraDebemos saber que aquellas piezas musicales fueron compuestas por las más rancias oligarquías, simpatizantes del proyecto unitario, que arrasaron el interior del país, matando y pasando a degüello a todos aquellos que soñaron con una Argentina federal.
Veamos un poco de historia:
Durante su campaña contra los unitarios, el 10 de octubre de 1867, Felipe Varela toma la ciudad de Salta. No saquea ni mata a inocentes como dice aquella zamba escrita por la oligarquía salteña, pero sí toma alimentos, armas y caballos para su ejército.
Entre los prisioneros está Odorico Esquiú, que se había casado con Manuela Castellanos Figueroa, luego de enviudar de Margarita Jáuregui, mujeres integrantes de las principales familias de Salta.
Odorico es llevado atado en un caballo hasta el Campo de la Cruz, en las afueras de la ciudad. Luego de un par de horas de cautiverio, solicita hablar con el jefe. Ya frente a Varela le manifiesta que se dedica a la venta de ganado y que frecuentemente viaja a Chile, que era casado y con varios hijos; pero el caudillo federal permanecía inmutable.
Entonces Don Odorico, tal vez temiendo por su vida, dice ser catamarqueño y que tiene un hermano fraile llamado Mamerto Esquiú. Al escuchar esto Felipe lo miró fijamente, cambió la expresión de su rostro y ordenó a sus subalternos que lo liberaran. No solo le perdonó la vida sino que lo hizo escoltar hasta su casa.
En la iglesia de los franciscanos se refugiaron don Sixto Ovejero, el gobernador, y la mayoría de los funcionarios. El coronel Felipe Varela llegó hasta allí y haciéndoles notar a los frailes que él sabía a quiénes escondían, se retiró del lugar sin tocar a nadie.
Antes de partir de la ciudad de Salta, Varela pidió cuarenta rehenes para proteger la retaguardia en su camino hacia Jujuy, pues era acosado por las tropas del general catamarqueño Octaviano Navarro, que lo perseguía pero que no pudo o no quiso alcanzarlo.
El caudillo federal en su camino hacia el norte fue liberándolos uno a uno, hasta dejar a salvo a los cuarenta rehenes.
Luego de esto, la suerte de las armas es adversa para Varela. El caudillo catamarqueño se traslada hacia el norte. El 5 de noviembre de 1867 llega a Bolivia. Pide asilo político. El presidente del país andino Gral. Mariano
Melgarejo, simpatizante de la causa federal argentina, se lo concede, con la condición de que deje sus armas en la localidad de Sococha.
Varela estará en Bolivia hasta enero de 1869. Fray Mamerto Esquiú vivía en el Convento Franciscano de Tarija y es allí donde se produce el encuentro entre estos grandes catamarqueños.
¿En qué se basan los folkloristas e historiadores salteños para decir que "Felipe Varela matando viene y se va"?
Ellos inventaron esta enorme difamación y falsedad histórica para ensuciar a nuestro caudillo; es que nunca pudieron digerir que un catamarqueño los derrotara y tomara su ciudad.
Para la historia oficial, escrita por los unitarios, todos aquellos que hipotecaron nuestro país y nos entregaron a la colonización inglesa, son honrados como héroes y tienen bustos en las escuelas y estatuas en las plazas.
Pero el revisionismo histórico puso a Varela en su justa dimensión, la de defensor del federalismo y luchador por la unidad latinoamericana.
Hoy en todo el país reivindican a Felipe Varela poniendo su nombre a aeropuertos, un departamento en La Rioja, plazas y calles en casi todas las ciudades, bibliotecas, escuelas de teatros, ballets y academias folklóricas, agrupaciones gauchas, etc.
Y por otro lado condenó al olvido a los Taboada, Paunero, Sándes y a otros asesinos, entregadores del patrimonio nacional; a los oligarcas provincianos personeros del mitrismo y a los defensores de la política portuaria que ahogó a las provincias y a su gente; aquella gente que con justicia defendía Felipe Varela.
Algún día la verdadera historia dirá quiénes realmente trabajaron en beneficio de la Patria y quiénes son los que deben ser honrados como héroes.
DNI 21.658.350
Secretario de Prensa
Comisión Esquiú
http://www.elancasti.com.ar/nota.php?id=121269
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