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sábado, 1 de octubre de 2011

Soja, maíz, trigo... el campo del 14/08 frente al 23/10

 
 CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Luego del turbulento 2008, los productores agropecuarios iniciaron una reconciliación con el Ejecutivo Nacional. 2 claves de la tregua:

> los precios internacionales, y

> el clientelismo al que accedieron algunos gremialistas rurales.
 
El nuevo escenario le permitió prosperar políticamente a Julián Domínguez, hoy ministro de Agricultura y en diciembre probable presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

Y a Cristina Fernández le facilitó el triunfo abrumador del 14/08 aun en todas las regiones importantes de los 'autoconvocados' -verdadera fuerza contestataria por la Resolución 125, la Mesa de Enlace nunca representó algo importante más allá de lo institucional-.
 
En la campaña 2010/11, el sector granario exportó mercadería por un valor de US$ 32.000 millones, de los cuales el complejo soja obtuvo US$ 22.000 millones. El ingreso por retenciones fue entonces de US$ 9.000 millones, que equivalen al 50% de los subsidios totales que pagó Cristina Fernández. Bonanza para todos.
 
Pero desde el 14/08 (fecha de las elecciones primarias), el escenario agrícola ha comenzado a cambiar velozmente. Ya era previsible desde antes (Urgente24 escribe al respecto hace 6 meses) pero para muchos, no es lluvia hasta que se mojan... Y sigue modificándose, con consecuencias para todos.
 
La volatilidad del mercado de granos es notable: en 1 mes, la soja estuvo en US$ 530 a principios de mes y llegó a US$ 450 hace unos días (bajó US$ 80 la tonelada a noviembre). ¿Cuál será el piso de la caída? El mercado está a merced de los acontecimientos financieros básicamente europeos, y los fondos liquidan a mansalva.
 
Por lo tanto, antes del 23/10 hay un nuevo escenario, tanto para los productores contribuyentes como para el Estado beneficiario. Será muy interesante evaluar si los productores repetirán el sufragio del 14/08, cuando arrecian las especulaciones acerca del origen de los recursos adicionales que necesitará el Estado en 2012.
 
En tanto, la falta de lluvias que afecta a gran parte de la zona productiva argentina pone en riesgo las perspectivas de una campaña agrícola favorable. Los especialistas en clima coinciden en pronosticar un fenómeno Niña moderado, más leve aún que el del año pasado y muchísimo menos cruento que el del ciclo 2008/09.
 
Algunos fragmentos muy interesantes para tener en cuenta:
 
 
"(...) El complejo agroindustrial argentino, salvo excepciones, está muy lejos de mostrarse como un bloque con capacidad de influir sobre la política externa del Gobierno. En rigor, esta administración no se preocupa por ejercer presión en favor de la agroindustria cuando otros países defienden sus intereses. Esta semana se pudo comprobar con el desacuerdo entre argentinos y brasileños respecto de la ampliación del cupo de exportaciones de leche en polvo al país vecino. Si el problema lo tuviera la industria automotriz quizás la actitud de los funcionarios fuera otra. Esto no debería causar sorpresa con un Gobierno temeroso del comercio internacional. Si es verdad que quiere agregar valor a las materias primas y convertir al país en la "góndola del mundo" en vez del "granero del mundo" no debería desconocer esta perspectiva.

La digitación del comercio no es beneficiosa para incentivar el crecimiento de la producción. Esta semana, volvieron a reeditarse las listas de compradores de trigo con 127.000 toneladas remanentes de la campaña anterior de un cupo de 500.000 toneladas. La mayor parte fueron cooperativas, cuyos nombres fueron solicitados por los propios intendentes locales, en su mayoría kirchneristas. Más allá de que se trató de pequeños montos, lo cierto es que si el escenario de los próximos cuatro años es el de la discrecionalidad en el comercio, como sucede con las ventas de trigo y de maíz, el horizonte para el mediano plazo será de mínimo crecimiento.

La diferencia entre mercado interno y externo para los alimentos ya está diluida. Con un índice de inflación real que supera el 25%, ya no hay razón para esgrimir como argumento que los derechos de exportación son necesarios para que lo que comen los argentinos no se pague a precios internacionales. La carne vacuna está más cara en el país que en el exterior. El 90% se destina al mercado interno. Como señaló el analista del mercado Ignacio Iriarte, en Agrotendencias 2011, "la Argentina, tras infligirse demasiados daños, se quedó afuera del mercado internacional". (...)".
 
 
Lucas Villamil en el diario Clarín, a propósito del Agrotendencias 2011 organizado por la Federación de Acopiadores en la Universidad Católica Argentina:
 
"(...) Allí, Daniel Miró, presidente de la consultora Nóvitas, (...) se refirió a las escasas existencias mundiales de aceites y cereales, un factor que podría hacer disparar los precios pero que hoy se complementa con una menor actividad económica que recortaría la demanda futura. “Hoy vivimos en un mercado con demanda exacerbada, pero cuidado con la simpleza de decir que cuando la oferta es escasa, los precios van a subir”, advirtió el analista.

La relación stock/consumo actual es de las más bajas de la historia en maíz, pero según Miró, esto no llevará necesariamente a un alza de valores.

El caso del maíz, destacó, es “sintomático”.

“Con un récord de cosecha en las últimas cinco campañas, hoy se está en la peor situación de desabastecimiento de la historia. No nos ayuda la cebada y tampoco el sorgo”, advirtió.
(...)".
 
 
A propósito del maíz, un alto para leer a Pablo Andreani, director de AgriPac Consultores (con un exedente para la exportación de 21 millones de toneladas de maíz, ya es tiempo de comenzar a liberar el mercado...):
 
"(...) Apareció el fantasma de la soja debajo de los US$ 300 (...). Nadie puede asegurarlo, en un mundo donde no solamente no se vislumbra reactivación alguna en la economía estadounidense, sino que ahora es el turno de la UE, que tras la crisis griega intenta evitar el efecto dominó sobre el sistema financiero y bancario de otras potencias.

El impacto sobre la economía argentina es directo y afecta, en primer lugar, el ingreso de divisas y, en segundo lugar, la recaudación del Estado en concepto de retenciones. Sólo considerando el volumen de soja de la vieja cosecha que esta aún sin ser vendida, la pérdida fue de un total aproximado de US$ 500 millones en las primeras tres semanas de septiembre. En cambio, la pérdida de ingreso de divisas de la soja de la nueva cosecha, cuya producción estimada es de 52 millones de toneladas, ha sido de US$ 2600 millones. En este último caso, el ingreso para el Estado por retenciones a las exportaciones se ha visto reducido en US$ 910 millones.

En el caso del maíz, la fuerte baja sufrida en el FOB Golfo, de US$ 54 por tonelada, no fue acompañada en la misma magnitud en el mercado local, donde el disponible del Matba cerró anteayer en US$ 153, con una baja de US$ 8 respecto del valor de principios de mes. En el mismo segmento, la posición abril quedó en US$ 170,5, contra los US$ 177,5 previos.

Si bien la baja del mercado no acompañó lo sucedido en el exterior, el hecho más grave para nuestro país es la imposibilidad de poder vender libremente y aprovechar el frente de demanda externa que en estos momentos se está volcando sobre la oferta de maíz estadounidense ante la imposibilidad de poder comprar maíz proveniente de la Argentina.

Actualmente, hay más de 5 millones de toneladas de maíz sin ser vendidas. Considerando la baja ocurrida en el mercado, el Estado ha perdido por ingreso de divisas US$ 250 millones. Si consideramos la imposibilidad de exportar estos 5 millones, el Estado se está dando el lujo de no dejar ingresar al país US$ 1.360 millones.

Con el mismo razonamiento, el Estado perdió también un ingreso de divisas de casi US$ 1.100 millones de maíz de la nueva cosecha, por no abrir los registros de exportación o hacerlo a destiempo. La próxima campaña del cereal, si el clima acompaña, será la mayor de toda nuestra historia, con un volumen proyectado de casi 30 millones de toneladas y un saldo exportable cómodo de 20 millones, equivalente a un ingreso total de divisas sólo en concepto de maíz del orden de los US$ 5.200 millones, el mayor de toda nuestra historia. (...)".
 
 
 
"(...) Al momento de tomar las decisiones de siembra y de comercialización, Miró recomendó poner un ojo en la evolución de la crisis internacional y el otro en cómo estará la producción de soja y maíz en Estados Unidos y, en el corto plazo, en lo que pasará en Sudamérica.

Según el especialista, la ecuación de oferta y demanda de soja para la próxima campaña abre un interrogante. “Los stocks mundiales de soja son abundantes y con una eventual gran cosecha sudamericana y la crisis económica por delante, sería entonces conveniente tomar coberturas de precios”, remarcó.

A su turno, Gustavo López, director de la consultora Agritrend, analizó la oferta local en el ciclo 2011/12 y señaló algunos aspectos a tener presentes a la hora de hacer cuentas. “Este ciclo va a mostrar, en un marco de relativa estabilidad, un crecimiento del área y de la producción hasta niveles récord. En este contexto hay que destacar los precios crecientes de arrendamientos e insumos y el relativo atraso del dólar”, indicó López.

A estas señales de alerta agregó “el divorcio entre el precio local y el precio de exportación”, pero reconoció que “hay una luz de esperanza en este sentido a partir de los cambios en el esquema de comercialización que se comienzan a plantear”.

En los últimos cuatro años, el área sembrada con los principales cereales cayó, pero ahora el trigo se mantiene en 4,5 millones de hectáreas y el maíz crece un poco de 4,5 a 4,8 millones de hectáreas sembradas. Por su parte, el sorgo granífero y la cebada cervecera aparecen -según el analista- como buenas alternativas en este marco de mercados intervenidos. “El sorgo se está negociando incluso por encima del maíz, algo insólito”, afirmó.

Las oleaginosas crecieron en los últimos años pero en esta campaña se estabilizarán en 31 millones de hectáreas. “De esta manera, la relación se está recomponiendo en favor de los cereales, lo que parece más sustentable”, dijo López.

Para este año, la producción de trigo se calcula en 13 o 14 millones de toneladas, la de maíz, que rompe su último récord, entre 25 y 28 millones de toneladas, y la de soja sería de unas 50 millones de toneladas. 

“Vemos una consolidación de la producción en torno a las 100 millones de toneladas y la hipótesis para 2011/2012 es que llegaremos a las 110 o 120 millones de toneladas, de las cuales un 80% se concentra en el período abril-mayo. Por ello, me preocupa la movilización de los graneles que puede tornarse más conflictiva”, anticipó el titular de Agritrend, y citó las proyecciones de la Fundación Producir Conservando, que para 2020 pronostican una producción de 135 millones de toneladas de granos en 40 millones de hectáreas. Las inversiones en infraestructura, con este panorama, son uno de los temas pendientes que de no atenderse ahora traerán problemas en el futuro cercano. (...)".
 
 
   
"Independientemente de algunas precipitaciones caídas en las últimas horas, sigue la preocupación por la escasez de humedad con que comienza la campaña de granos gruesos 2011/2012. En varias zonas de la región pampeana esta parada la siembra de maíz y los productores siguen pendientes de los pronósticos meteorológicos.

Al hablar recientemente en la Cooperativa Agraria de Tres Arroyos, Stela Carballo, del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, pronosticó mayor espaciamiento entre las lluvias de verano, especialmente en las de diciembre y enero por "La Niña", aunque el evento no tendrá las características vistas durante la campaña 2008/2009, un ciclo amargamente recordado por los productores. Se inclinó por esperar "un evento de las características del año pasado, con consecuencias menos graves para la producción, sobre todo en las regiones situadas más hacia el este del territorio".

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Mientras tanto, en el sur de Santa Fe, los agricultores ya empezaron a devolver bolsas de semilla de maíz al no poder completar la superficie planificada. "Los distribuidores no devuelven el dinero, pero sí efectúan un crédito para la campaña que viene. Como consecuencia de este comportamiento han aparecido híbridos faltantes y se ofrecen operaciones con entrega de la semilla ahora y pago a cosecha en condiciones muy favorables", explicó un productor de Rufino.

La decisión de no sembrar el cereal no es caprichosa. En muchas zonas deberían llover 150 milímetros para recargar el perfil y asegurar la evolución inicial del cultivo, pero los pronósticos no anticipan esas precipitaciones en los próximos días.

En la decisión de los agricultores también influyen las dificultades para vender el maíz de la campaña anterior. "Hace dos meses, el maíz valía 800 pesos por tonelada y ahora los consumos ofrecen 500 pesos, como consecuencia de que los grandes exportadores no reciben el maíz al no tener ROE Verdes. "Disponen de suficiente stock y deben esperar otra tanda de permisos de exportación", contó un acopiador de la localidad santafesina.

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Si no llueve con ganas en los próximos 10 días, muchos productores que pensaban incluir el maíz en su planteo van a ir directamente a soja de primera, a sorgo granífero o a maíz de segunda. El sorgo va a aumentar violentamente su área, porque sembrado en fecha óptima -1º de noviembre- con un híbrido de ciclo largo se evita la floración en enero (mes tradicionalmente seco) para pasar a febrero, mes en el que se esperan más lluvias. En la decisión de los agricultores también influye el precio de sorgo: 820 pesos por tonelada, con fluida demanda".

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