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jueves, 6 de diciembre de 2012

Despiden a empleada por corregir gruesos errores de una militante de La Cámpora

Despiden a empleada por corregir gruesos errores de una militante de La Cámpora

Posadas. - Una Técnica en Seguridad e Higiene que se desempeñaba como administrativa en la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (delegación Misiones) desde hace 9 años, fue despedida por funcionarios de la agrupación kirchnerista La Cámpora.
Ocurrió el pasado 29 de Noviembre y la damnificada es Celia Andrea Caballero, quien junto a su compañera de trabajo Cecilia Heredia (con 4 años de antigüedad) fueron despedidas sin motivo o justificación válidos. Caballero explicó que sus problemas en el entorno laboral comenzaron cuando comenzó a corregir gruesos errores ortográficos en notas oficiales de otra compañera, Natalia Belén Clecailo, quien es militante de “La Cámpora” e ingresó como contratada el año anterior. “Están echando a todos los empleados de planta (en todas las provincias)”, comentó Caballero, quien junto con Heredia, están realizando planteos judiciales por esta medida.
Los despidos arbitrarios ocurrieron en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo dependiente del Ministerio de Trabajo de la Nación. Caballero reveló en diálogo con M4, el contexto en el que se produce su despido, de lo que surge que la medida fue arbitraria y motivada por la acción política de la agrupación kirchnerista en este organismo.
“En todas las provincias, la SRT tiene una comisión médica para evaluar a aquellas personas que tienen accidentes de trabajo y (determinar) qué tipo de incapacidad tienen. Entraron entre 60 y 70 personas en todo el país y a nosotras nos tocó en suerte, dos personas. Una de ellas es la esposa del gerente Ariel Morales, (que se llama) Natalia Belén Clecailo, que tiene un contrato hasta el 31 de Diciembre. (Entró el año pasado) con categoría administrativa E, una menos que la mía”, precisó la empleada despedida.
“Después empezaron los problemas porque esta persona (por Clecailo) venía (constantemente) tarde o no venía. Cuando se presentó a firmar su contrato, se le preguntó cómo ingresó y abiertamente dijo que fue por La Cámpora (por su cercanía a Máximo Kirchner). Cuando empezaron los problemas ella decía ‘a mí nadie me toca, a mí, Máximo me protege’”, señaló Caballero, quien explicó que en esta dependencia no tienen un sistema de registro del horario de ingreso y el cómputo de faltas lo lleva una persona designada para tal fin.
Dado que persistía el problema de la inasistencia e impuntualidad de Clecailo, según Caballero, la empleada decidió comunicarse con sus superiores en Buenos Aires. “Mandé un mail al coordinador administrativo, Fernando Di Noia, (diciéndole que) a mi criterio tendría que pasársele ausente y después cuando llega la persona, rectificar los partes. Nunca me contestó los mails”, sostuvo Caballero.
“Llega un momento que la suspenden por las tardanzas”, informó la mujer despedida, quien aseguró que sus problemas habían comenzado antes, debido a que Clecailo no redactaba correctamente notas oficiales de la Superintendencia. “Ella tenía tareas administrativas, realizaba notas y cuando se le corregían las notas”, (Clecailo) se sintió “ofendida”. En este punto de la entrevista, Caballero reveló notas oficiales firmadas por la funcionaria militante de La Cámpora en donde quedan evidencia gruesos errores de ortografía. Por ejemplo, Celcailo habría escrito notas en donde aparecen las palabras: “optiene” (por obtiene); “veneficio” (por beneficio); “dirijirce” (por dirigirse); “ceguir” (por seguir); precento (por presentó) y “dabnificado” (por damnificado)
De acuerdo con Caballero, también se le corrigió apelaciones a instancias superiores que estaban mal hechos los días y mal consignada la dirección de la sede de la superintendencia.
A raíz de estos hechos, siguiendo el relato de Caballero, la mencionada Clecailo se comunicaba telefónicamente con el referente de La Cámpora en Capital Federal, Hernán Gorreta, a quien “llorando desconsolada” se le quejaba porque le corregían las notas. “El 15 de agosto me llama (Gorreta) diciéndome que no me dirija más a la señora Clucailo ni a la señora Pacheco, que también es de La Cámpora, porque ‘si persistís en tu actitud te vamos a echar y te vamos a hacer una demanda por persecución laboral’”, reveló Caballero sobre la tensa discusión que mantuvo con el referente kirchnerista.
Tras ese acto intimidatorio, Caballero optó por transcribir en un mail lo que le fue dicho y lo envió a toda la gerencia médica. “15 minutos después me llama el gerente médico, el contador Marcó de Buenos Aires, la licenciada Betina Haman, y otra persona más con él (por Gorreta) por conferencia, (para decirme) que ‘se había exaltado’. Pero desde ahí la decisión estaba tomada”, reflexionó Caballero.
“Pedí mi pase a la subsecretaría de trabajo de la provincia de Misiones, pero nunca me contestaron”, dijo la empleada cesanteada.
Finalmente, el pasado 29 de noviembre, según Caballero, se presentó el subgerente de la SRT, el señor Fontán (otro militante de La Cámpora) para leerle una nota en la que le comunicaban su despido por supuestos “improperios a mis compañeros de trabajo y por permitir que mi madre sustituya bidones de agua cargados por vacíos, afectando el patrimonio del Estado. Lo paradójico es que ellos mismos me firmaron (la potestad) sobre el manejo de 10 mil pesos mensuales en una cuenta del banco Nación, pero parece que tengo debilidad por el agua”, se quejó con ironía
“Pedí un arqueo de caja donde consta que no hay faltantes”, consignó Caballero, quien dijo haberse retirado del lugar en ese día. Sin embargo, tomó contacto con la exdiputada Vilma Ripoll, quien le dijo que volviera al lugar de trabajo, porque “lo que estaban haciendo es ilegal”. Al día siguiente cuando se presentó en la SRT, tuvo que venir “el jefe de la policía federal a explicarles” que el despido no era legal porque no hubo telegrama ni carta documento previa.
Caballero concluyó la nota apuntando que su compañera Heredia también fue acusada de “robo de agua” y que en la misma semana, los funcionarios de la Cámpora se trasladaron a las provincias de Chaco, Corrientes y Salta, para despedir a administrativos de planta todos con más de 9 años de antigüedad, excepto la mencionada Heredia. Las empleadas despedidas ya están realizando los reclamos judiciales pertinentes por esta decisión que parece apuntar a reemplazar a los empleados de planta por contratados de La Cámpora –algunos sin condiciones mínimas para desarrollar su trabajo.

Fuente: Misionescuatro.com
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