El carancho nacional y popular
La
‘épica’ del “desendeudamiento” se ha convertido en la historia del mayor saqueo
perpetrado contra los aportes jubilatorios por parte del Estado. A diferencia
del “fondo buitre”, que compra a precio vil la deuda pública de un Estado en
quiebra, la confiscación del dinero de la Anses se ejecuta en perjuicio de
contribuciones previsionales genuinas, realizadas por los trabajadores, para
pagar la deuda usuraria acumulada por los acreedores financieros.
Como
los ingresos de la Anses son sustraídos a cambio de títulos públicos, la deuda
del Estado lejos de disminuir ha crecido. Entre 2007 y 2012, pasó de menos de
150 mil millones de dólares a cerca de 200 mil millones.
Este
cálculo no incorpora los intereses que devenga esa deuda, tampoco el
certificado conocido como “cupón PBI”, un ‘premio’ que Kirchner-Lavagna
ofrecieron a los acreedores que entraron en el canje de 2005, el cual cotiza de
acuerdo con la evolución de la producción interna. La deuda del Estado se
aproxima, con todos los cálculos incorporados, a más de 250 mil millones de
dólares. La reducción de la deuda con los acreedores internacionales se ha
logrado mediante la transferencia de la carga a la Anses, el Banco Central, el
Pami, el Banco Nación, la Lotería. Es claro que la intención última de esta
transferencia es declarar un ‘defol’ sobre la deuda, impagable con recursos
fiscales, impuesta a estos organismos descentralizados. Los caranchos de
adentro son mucho más carroñeros que los caranchos de afuera.
Si
además se tiene en cuenta que el 60% de la deuda pública se encuentra nominada
en dólares, se puede asegurar que la deuda propiamente externa, bien calculada,
oscila en torno de los 150 millones de esa moneda.
La
cuestión de la quiebra financiera de Argentina está a la orden del día, como
desde el primer momento. Por eso, la presión de la burguesía nacional para
rehabilitar el crédito con el exterior, lo que permitiría pagar la deuda que
vence con deuda nueva. La deuda del sector privado con el exterior se acerca a
los cien mil millones de dólares.
Confiscación metódica
El
primer movimiento confiscatorio de los fondos de los jubilados, tuvo lugar con
el canje de 2005. Mientras los organismos internacionales, como el FMI,
cobraban en forma adelantada la totalidad de la deuda externa, sin ningún
descuento, con las reservas del Banco Central, a las entonces Administradoras
de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) se les hizo una quita del 30% y se les
entregaron los bonos “cuasipar”, los más largos del mercado, con vencimiento en
2045.
Además,
la deuda en dólares se pesificó, con una tasa de interés ínfima (del 3,3%
anual) y un ajuste por el índice de inflación, que el gobierno manipula desde
2007. Estos títulos no tuvieron siquiera un pago de intereses durante los años
posteriores al canje. Estos títulos sin valor pueden ser contabilizados
(primero por las AFJP, luego por la Anses) al valor teórico -o sea al valor de
emisión más actualizaciones acumuladas y no al precio de mercado. Como actualmente
el precio es de sólo el 22% de ese valor, la tenencia de 45.000 millones de
pesos en títulos que informa la Anses está inflada en más de 35.000 millones.
El
segundo movimiento ocurrió en 2008. Cuando reestatiza las AFJP, el gobierno
canjea los “cupones PBI” a un precio irrisorio, afectados por la crisis
internacional y por una caída interna del PBI de más del 3%. El fisco se quedó,
de este modo, con más de 6.800 millones de pesos (los últimos dos pagos del
pago del cupón PBI), los cuales habrían debido ser cobrados por los jubilados.
Lo que se llamó, en ese entonces, “la política virtuosa del superávit fiscal”
resultó ser una confiscación previsional. La resolución 125, que el
kirchnerismo no pudo imponer a la Mesa de Enlace, se la cobró con subterfugios
a los jubilados.
La
Anses no fue usada solamente para pagar la deuda usuraria. También sirvió para
subsidiar a las grandes empresas con préstamos a tasas de interés menores a la
inflación. Los aportes previsionales han financiado la ‘competitividad’
empresaria de los nacionales y populares. CFK dice que el fondo que administra
a la Anses aumentó, desde la estatización de las AFJP, “de unos 80 mil millones
de pesos hasta unos 230 mil millones”. Pero deliberadamente resta del capital
original el monto que la Anses ya administraba por el régimen anterior de
reparto estatal, así como otras capitalizaciones por nuevos aportes de
trabajadores activos. Según el último informe de la Anses, el capital original
era de 109.835 millones de pesos (y no 80.000 millones) y el rendimiento
informado desde octubre de 2008 es de 105.000 millones de pesos -o sea es
apenas el 96%, frente a una inflación acumulada de más de 130%. Esto significa
una pérdida de valor real cercana al 40%.
De caranchos
En las
últimas semanas, el gobierno les quitó a los jubilados otros 6.000 millones
pesos adicionales al calcular la movilidad jubilatoria en un 3% debajo de lo
que hubiera correspondido. Además, desconoce los fallos de la Justicia nacional
al negarse a pagar la deuda con los jubilados.
“¡Al
carancho!”, grita el carancho.
Sergio
Szulman (PRENSA OBRERA, especial para ARGENPRESS.info)
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