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sábado, 28 de febrero de 2015

La historia negra de Austral Construcciones SA


La historia negra de Austral Construcciones SA
El testimonio de un ex obrero de Austral Construcciones SA, desnuda lo que tantas veces hemos contado en sucesivas notas a lo largo de estos años, cada vez que abordamos incidentes y accidentes en los obradores de la empresa de Lázaro Báez. Esta vez un ex empleado, a partir de un problema personal, recreó cómo se vivía y como se vive en la constructora que desde el año 2004 acumuló miles de millones de pesos de manos del gobierno nacional y que llegó a emplear a más de 3.000 obreros. Es la misma firma que se prepara para intervenir en la obra civil de las represas Cóndor Cliff-La Barrancosa.

Se llama Rubén Prada, fue empleado de Austral Construcciones SA entre 2004 y 2007, es de Salta y para graficar cómo Lázaro Báez trata al personal que trabaja en su constructora, nuestro entrevistado, trayendo a la memoria una vieja serie televisiva producida por la cadena de televisión estadounidense ABC en 1977, basada en la obra de Alex Haley Roots, señaló: “Yo siempre dije que acá en Santa Cruz estaban haciendo la Versión II de “Raíces”; traían a los esclavos y a medida que se iban muriendo, bolsa negra y al norte”.

Con motivo de estar substanciando un juicio laboral que a diciembre de 2014 llevaba más de 7 años en la justicia provincial, Rubén Prada fue entrevistado por OPI y News, aludiendo que iba a contar aspectos puntuales de cómo se vive en la empresa K, que en una década se calcula fue receptora de más de 24 mil millones de pesos en obra pública.

El 8 dic 2006 se produjo un accidente en la construcción de la autovía de Río Gallegos donde un operario se desmorona con la máquina de Austral Construcciones. La pesada máquina cayó unos 8 metros y al operario lo llevaron dos compañeros al hospital y allí permanece solo, sin que nadie de la empresa se preocupe por su salud.

El operario de la máquina era Rubén Prada. Según relató el propio damnificado, un compañero lo trasladó a su casa, donde no podía dormir, producto de los golpes, los dolores y la afectación que tuvo en el accidente; la empresa Austral Construcciones no le asignó atención médica alguna. “La empresa me ignoraba totalmente, hasta el 14 de diciembre” dijo Prada y prosiguió “Ahí yo tenía la baja por las fiestas, me fui a Salta en colectivo, llegué a mi casa, sin que nadie le avisara a mi familia sobre lo que me había ocurrido, porque en Austral Construcciones siempre fuimos tratados como esclavos, siempre fuimos los “negritos del norte” y esto se lo hice saber en la UOCRA, cuando Raúl Beluschi era Secretario General y jamás se dignaron a hacerle un reclamo ni a atendernos por nuestras quejas”.

Prada, entonces, recordó cómo vivían en los obradores de Austral y expresó “Nosotros le pedíamos al Secretario General de la UOCRA, que fueran a comprobar cómo comíamos, como si fuéramos indios, al costado de la autovía y teníamos que hacer nuestras necesidades tapándonos con las palas de las máquinas porque no teníamos baños ni nada parecido”.

También fui, en su momento, a la Subsecretaría de Trabajo y le demostré con los papeles, que trabajábamos 12 horas y nos pasaban 8, porque no marcábamos tarjetas sino que nos hacían firmar una tarjeta en blanco, donde cualquiera podía ver que uno trabajaba de lunes a lunes, pero ahí figuraba que dejábamos de trabajar el sábado al mediodía y todo el domingo, lo que era totalmente mentira, de hecho mi accidente ocurrió el 8 de diciembre, que es feriado, lo cual deja en claro que nunca se respetaban los feriados; recibíamos un trato de negreros, simplemente”.

Sobre su accidente, puntualmente relató “El que me mandó a hacer ese trabajo de noche con un farolito, fue el ingeniero Kess. Abajo, trabajaba un “vibro” y yo arriba, con la máquina, tuve que hacer la rampa para subir y cuando le dije que no tenía radio de giro, me dijo “no importa, Ud hágalo”. Como no quería molestar a Rodríguez, porque trabajaba full time y era una persona grande, yo comencé a trabajar igual con los riesgos que tomaba, y fue ahí cuando me caí con la máquina; pero no le importó a nadie”.

Una de las tantas vivencias que muchas veces relatamos en nuestras notas, fue la forma en que eran reclutados los trabajadores en el norte del país y cómo vivían en Río Gallegos; “La tarea de reclutamiento lo hacía la gente de Báez en el norte, por ejemplo en el Chaco, Salta, Formosa o en Jujuy. Los muchachos venían acá pero previamente firmaban un contrato donde no podían pedir ningún aumento, no tenían derecho a nada. Los traían, los metían hacinados en una casa, 15 o 20 personas y de allí iban a trabajar y volvían. Cuando pasaba algo extraño, los cargaban como animales en un colectivo y los llevaban para el norte”.

Más adelante, Prada recordó un hecho sumamente grave, que ocurrió en el obrador de la Autovía “Acá vivimos el caso de un compañero que murió en Río Gallegos dentro de una máquina y para evitar complicaciones, lo sacaron de la máquina, lo llevaron a la casa donde vivía y recién ahí hicieron la denuncia, para evitar decir que se había muerto en su puesto de trabajo. Y esto que digo lo puede testimoniar mucha gente, algunos volvieron al Chaco, a Formosa o a Jujuy”.

En este sentido Prada reafirmó “Hay compañeros que se han ido de aquí enfermos de los riñones, por tomar agua contaminada en los obradores de las rutas. Yo siempre dije que acá en Santa Cruz estaban haciendo la Versión II de “Raíces”; traían a los esclavos y a medida que se iban muriendo, bolsa negra y al norte. Y eso no me lo contó nadie, lo viví yo. Tuvimos casos de compañeros que fallecieron, los metían en una bolsa y cuando parábamos para despedirlo, nos decían que no, que siguiéramos trabajando y eso lo viví yo en los obradores de Austral Construcciones. A esto les puedo agregar, por ejemplo, que en algún momento hubo 20 o 30 intoxicados por ingerir comida podrida, que la empresa repartía a través de un catering que nadie controlaba y que, claro está, desde Bromatología de la municipalidad o de Trabajo de la provincia, ni enterados…”

Retomando su caso particular, señaló “A la vuelta del norte (luego del accidente) le dije a mi capataz Carlos Rodríguez que no iba a trabajar más de noche y seguí trabajando en la autovía, hasta que por un dolor muy fuerte en mi oído tuve que ir al hospital y allí me diagnosticaron una gran infección en el oído medio, que ponía en riesgo mi vida, todo producto de aquel accidente con la máquina que nadie atendió. Allí en el hospital me colocan una inyección y me preguntan si tenía cobertura y le digo que sí. Ahí empieza los problemas”.

Nosotros éramos esclavos, no trabajadores – recuerda Prada – en Austral me atiende la señora Silvia David, me dice “que “su empresa”, no tenia ningún informe de mi accidente”, pero cuando pasó el accidente “Seguridad e Higiene” estaba ahí, lo que pasa es que sacaron la máquina y a mi me dejaron tirado, lo normal que siempre hacen ellos”.

Me empezaron a atender recién el 2 de febrero de 2007, en Medisur el Dr Sarmiento me dio el alta y no debía hacerlo porque tengo todas las pruebas donde la comisión médica ratifica que tengo aplastamiento de columna, problemas graves con rotura del oído medio, infección crónica, etc y esto me generó una discusión con el Dr Zippo al punto que casi nos vamos a las manos. Después, el mismo Dr Zippo me pidió disculpa a instancias de la Junta médica y dieron la orden para que me empiecen a atender”.

Finalmente – continuó – me derivaron a Rosario y mientras esperaba allí alojado en un hotel, aquí en Río Gallegos sucedió el accidente de una chica en la autovía, que pobrecita, como a todos, la trajeron engañada. Tenía 2 criaturas, estaba aprendiendo a manejar una máquina obsoleta y nunca siguieron ningún procedimiento judicial, porque ellos mismos sacaron los pedazos de la chica de entre los rodillos y no hubo justicia. Al compañero que estaba manejando la máquina, también de Salta, le dieron plata y lo obligaron a que se fuera a su provincia, solo para tapar todo”.

En este punto, Prada hace referencia al triste accidente que sufrió una joven mujer chaqueña y que OPI informara muy detalladamente en ese momento, donde también se resaltaron las irregularidades cometidas, la falta de autoridad judicial en la escena, el traslado de la máquina para ser abierta en un predio de Gotti Hnos (empresa de Lázaro) y un sinnúmero de anormalidades. En esta nota incluímos el video que OPI editó ese día, con imágenes del momento en que era retirada la máquina, con el cuerpo de la infortunada, adentro.

Nuestro entrevistado, entonces prosiguió con el relato de aquel día, que marcó el fin de su relación con Austral Construcciones SA. “En ese momento del accidente – dijo Prada – yo salgo al aire con el periodista Héctor Barabino y cuento que en mi caso, no tenía cinturón de seguridad. Lázaro lo escuchó o se lo dijeron y entonces preguntó “Por qué todavía seguía yo vinculado a Austral Construcciones y que no me quería ver más y que me echaran”. Cuando le dicen que no me podían echar porque tenía carpeta médica, respondió que no le importaba y que me pagaran los que tuvieran que pagarme, pero no me quería ver más”.

Sobre su despido dijo “A mi me echaron de palabras, porque nunca existió un telegrama de despido. Para esto, en Rosario, uno de los médicos me indicó que me tenían que hacer una operación para reconstruirme el oído, única manera de parar la infección que seguía avanzando y ponía en riesgo mi vida”.

Y si faltaba algo más para agregarle a esta historia increíble de extrañas relaciones comerciales y de influencias, recordó “Todo esto comienza enrarecerse cuando en los papeles me toman como empleado de La Segunda (la ART), porque claro, yo estaba echado de Austral. En ese momento yo no entendía nada, porque a menos que La Segunda tuviera que ver con Báez, no se entiende cómo la empresa encargada de la ART me incorporaba como empleado, sin serlo. Además a mí nunca nadie me dijo que yo iba a aparecer como empleado de La Segunda”.

Yo inicié un juicio laboral patrocinado por una abogada que Báez la compró al poco andara y un día me dice “tenemos un problema, perdí los papeles”. Esta abogada creyó que yo le había dado los papeles originales, pero no; esos los tenía yo. Cuando le dije que no se preocupara porque esos expedientes y certificados estaban conmigo se puso mal y busqué otro abogado”, recordó el ex obrero de la cosntructora.

“Cuando reinicio los trámite, otra ves encuentro solo chicanas, trabas, problemas y hasta amenazas, como las que me hizo telefónicamente el Dr Perez Vila, que me dijo que lo único que me habían quedado sanos eran los brazos y que él me los iba a quebrar si seguía hablando. Esto dio lugar a que radicara una denuncia en el fuero Federal, en contra de Perez Vila y Zippo Esa era la mafia que se manejaba y creo que ahora también porque yo hace 7 años que estoy en juicio laboral y todavía sigo esperando”, opinó Prada.

Luego relató que a través del derrotero por la ANSES, descubrió que en la Obra Social figuraba cobrando más sueldo del que le daban en mano. “Seguidamente me fui a la ANSES, para hacer todos los papeles; ellos me mandan a la comisión médica la cual me da 71,2% de incapacidad; además de la auditiva tengo diabetes, me agarró un ACV, soy hipertenso, etc. Allí la chica me dice, no le podemos dar el alta hasta que no tenga los aportes al día, “Por qué no va a la empresa y pide que le hagan los aportes?”. Es decir me mandaban a mí, cuando son ellos, con los inspectores, los que tienen que verificarlo. Pero hay otra cosa más, en el 2007 yo tenía a mi hija que era menor de edad y fui a cobrar el salario (familiar) y cuando me sacan “la sábana” me dicen en el ANSES que yo no podía cobrar el salario de mi hija porque cobraba $ 6.000,00, entonces yo le dije a la señorita “Ojalá cobrara 6 mil pesos” y le saqué mi recibo donde figuraba que cobraba $ 1.100,00 pesos por quincena. Con el caso de La Segunda, pasó algo similar, porque me ponían en el recibo 1900 pesos y en el ANSES figuraban $ 4.800,00</em>”.

“A pesar de todo lo que estaba claro, era una irregularidad, desde la ANSES no hicieron nada, aunque es evidente que alguien se está haciendo el vivo aquí y no soy yo” remarcó Prada aclarando “Lázaro declaraba que me pagaba 6.000,00 y me pagaba 2.200,00, hay que sacar la cuenta por todos los obreros que éramos y veremos de qué estamos hablando”.

Finalmente y ya sobre los últimos trámites que hizo Prada ante la institución social, señaló “En la ANSES me dijeron que cuando yo tenga la sentencia de haber ganado el juicio, tengo que ir allí y mostrar que fue un accidente de trabajo y ahí van a evaluar si me pagan por accidente de trabajo. Pero lo más tragicómico, es que la señorita me preguntó muy cómoda “¿Ud dónde trabaja ahora?” y yo le dije “¡¿Dónde corno cree que puedo trabajar con el 71% de invalides?!; no puedo trabajar en ningún lado”.

Y así pasa otra de las historias que se tejen detrás de los anuncios de tantas inversiones millonarias en Santa Cruz, de las empresas que como Austral Construcciones SA se ufanan de dar trabajo y de hacer crecer la provincia. Prada sintetizó su actual sentir, por lo que le ocurrió como trabajador: “Yo vine a Santa Cruz, como tantos, a trabajar, a aportar con mi esfuerzo y lamentablemente me encuentro que estoy siendo tratado como un paria, como un delincuente, no se me reconoce ningún derecho. Aquí, como en un feudo, se privilegia al patrón y esta empresa, apoyada por un gobierno que dice defender los derechos humanos, se olvida del calvario al que están expuestos sus obreros”. (Agencia OPI Santa Cruz)




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