8 de septiembre 2015
Si quieres escuchar esta nota por A. Leuco, hace clik en las
17.06 horas del siguiente enlace.
http://radiocut.fm/radiostation/mitre/listen/2015/09/08/17/00/00/
María Soledad.
María Soledad.
Quería decirte que tus padres recogieron tu nombre y lo
llevaron hasta la victoria como bandera contra la impunidad. Que utilizaron
solamente dos armas invencibles con el pueblo en movimiento: las marchas de
silencio y los gritos desgarrados pidiendo auxilio y solidaridad.
María Soledad.
Quería decirte que don Elías cumple y Ada dignifica. Que tu
padre, don Elías, le hizo honor a tu apellido y se convirtió en el guardián de
los valores morales de Catamarca. Y que tu madre, fue un Ada madrina de la
lucha por la verdad y la justicia que mantuvo siempre en alto sus reclamos de
dignidad para el pueblo de Catamarca y de un descanso en paz para vos.
María Soledad.
Quería decirte que hoy, que se cumplen 25 años de tu
asesinato, vivís eternamente en el corazón de los catamarqueños y de los
argentinos porque tu nombre se convirtió en emblema de la caída de la dinastía
feudal de los Saadi aunque su familia todavía ande entreverada en el gobierno.
María Soledad.
Todos recordamos que hace dos décadas y media eras un canto la
vida. Eras la luz y la esperanza de tu casa. Habías terminado el secundario en
el colegio del Carmen y eso no era poca cosa para un hogar humilde como el de
los Morales. Ese título era la posibilidad del progreso. De sacar a su familia
de los suburbios y la pobreza. Por eso estabas tan feliz en aquella fiesta de
egresados. Y fue tu última fiesta. En horas pasaste de esa felicidad al túnel
de la muerte. Y tu alma entró en la inmortalidad y en la historia de la
Argentina.
María Soledad.
Todos conocimos tu romanticismo ingenuo de chica de 17 años.
Tus ganas de escuchar a Valeria Lynch y el Paz Martínez. Tus poemas en letra
chiquitita en el cuaderno, tus sueños de jugar en la selección de voley, de ser
maestra y madre coraje.
María Soledad.
Si hoy te levantaras de tu tumba en el cementerio de Pozo de
Mistol y te dieras una vuelta por tu casa te costaría reconocer a tu madre
barriendo el patio de tierra en ojotas y con sus batones floreados, con los
ruleros del sábado a la tarde y el aroma a pan casero saliendo del horno. Ada
Rizzardo de Morales es un Hada protectora que aprendió de golpe a hablar por la
tele, a pronunciar discursos, a navegar por complejos lenguajes y expedientes
judiciales de 3.200 fojas, a tratar con 12 jueces, 7 comisarios, 285 testigos,
a soportar las tres autopsias y a diseñar tácticas con la monja Martha Pelloni,
otra mujer emblemática de la lucha por la verdad, la justicia, el castigo y la
condena.
María Soledad.
Si te animas a ir a Los Tres Puentes, allí en la ruta 38,
donde te humillaron y te mataron los hijos de los apellidos ilustres vas a
encontrar un santuario de la religiosidad popular donde la gente peregrina para
pedir el milagro de la justicia. Es un monumento a los caídos en la lucha
contra los poderosos de ese pueblo chico infierno grande. Yo me conmoví en ese
lugar porque está lleno de cartitas donde la gente humilde te llama Santa María
Soledad de la Justicia y te veneran como si fueras otra Virgen del Valle, otra
patrona de la provincia que no cayó del cielo, que nació de abajo para arriba.
El poder de esa virgen violada derrocó a un gobierno autoritario cargado de
despotismo, nepotismo y autoritarismo.
María Soledad.
Podes estar muy orgullosa de tus padres. Jamás lucraron con
tu martirologio. Consta en actas que la indemnización de 250 mil dólares más el
10% anual que recibieron la donaron completa al hospital Eva Perón. Y que jamás
habían visto ni van a ver tanto dinero junto. Siguen viviendo en la casa de
toda la vida, con las gallinas en el fondo y la sombra de los paraísos para
protegerse del infierno de la siesta.
María Soledad.
Hubo 83 marchas de silencio que hicieron despertar a
Catamarca de siglos de silencio. Tantas lágrimas lloradas no fueron en vano.
Conmovieron a esa provincia para que Catamarca no siga viviendo en Soledad y
para que Soledad no siga muriendo en Catamarca. Ojalá tengan razón aquellos que
dicen que algún día volverás y serás millones de jóvenes del interior profundo
de la Argentina con una vida menos injusta y menos cruel de la que viven ahora.
Hoy decimos ni una menos y hablamos de femicidio. Pero en aquella época no
había tanta conciencia y vos la ayudaste a despertar desde el cielo.
María Soledad.
Recién ese día se acallarán los coros de tus compañeros que
al final de cada marcha cantaban que no tenemos miedo, que no tendremos miedo
nunca más.
Por cien años de Soledad. Por los siglos de los siglos.
FUENTE: http://www.alfredoleuco.com.ar/
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