Días atrás, ACARA, entidad que nuclea a los concesionarios, difundió un dato preocupante: las ventas en febrero registraron una caída de casi 9%, luego de un enero "tibio".
Sin embargo, este viernes se sumó otro dato negativo: las ventas mayoristas que las terminales realizan todos los meses a las agencias de autos, exhibió en febrero un desplome del 19%, según números de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA).
En concreto, las plantas instaladas en el país despacharon a los concesionarios unas 54.793 unidades, casi 13.000 autos menos que en el mismo mes del año pasado.
El dato es claramente desalentador, porque ya comienza a marcar una tendencia. Esto se debe a que los despachos a los puntos de ventason una suerte de "termómetro" que marcan y anticipan el ritmo de demanda por parte del público.
Y el panorama no es positivo: tras la devaluación -que provocó una disparada de precios de hasta el 30% en modelos nacionales y de hasta el 100% entre los importados- y el encarecimiento del crédito, las ventas comenzaron a disminuir y las agencias están quedándose con un mayor stock de autos, un escenario que termina pegándole de lleno a la industria.
En este sentido, el reporte de ADEFA marca un preocupante estancamiento de la producción: en febrero salieron de las líneas de montaje casi 53.000 unidades, prácticamente el mismo nivel alcanzado durante el igual mes del año pasado.
Las más golpeadas
A la hora de analizar cuáles fueron las principales compañías que experimentaron las mayores bajas en cuanto a ventas a concesionarios, se destaca el caso del Grupo Volkswagen, cuyos envíos sufrieron una fuerte caída interanual de más del 60% durante el período enero-febrero.
En el ranking de bajas le siguió General Motors (descenso del 35%), Mercedes-Benz (-32% considerando utilitarios), Honda (-23,5%) y Grupo Fiat (-4%) incluyendo las marcas importadas que comercializa en el país (ver cuadro).
En este contexto, desde ADEFA destacaron "la necesidad de trabajo conjunto de toda la cadena de valor y de la articulación público-privado en pos de crear un ambiente de previsibilidad de largo plazo" y así avanzar con "condiciones favorables para el crecimiento del sector de manera sustentable en el tiempo".
De esta forma aludieron a una de las mayores preocupaciones actuales: el impacto del impuestazo a los 0Km que, según consideran desde ACARA, por las subas de precios, en dos o tres meses alcanzará al 70% de los modelos comercializados en la Argentina.
Es decir que este tributo no está cumpliendo el objetivo del Gobierno, que era el de desalentar únicamente la comercialización de vehículos de lujo.
En este contexto, el Gobierno presentará a las automotrices una propuesta para aliviar el impuesto interno tras el desplome de ventas.
Desde la administración K reparan en el hecho de que no han logrado recaudar casi nada a raíz del cambio en el tributo, a lo que se suma una retracción de la actividad.
La alternativa que se maneja a nivel oficial es que el impuestazo se corrija por la vía de una resolución administrativa.
Desde el Ministerio de Industria se trabaja en la opción de un cambio en el piso sobre el cual se tributa o bien una modificación en la alícuota, para que haya más vehículos exentos.
Empresarios señalaron a iProfesional que la mira del Gobierno está puesta en el fuerte incremento de precios que, tal como diera cuenta este medio, para los modelos más demandados fue de hasta 30% en los nacionales y hasta del 100% en los importados.
Sin embargo, fuentes de CIDOA, cámara que nuclea a automotrices del exterior, advirtieron que "la mera elevación de la base imponible no resolverá el problema de fondo, que son las tasas efectivas".
Frente a esto, desde la entidad recalcaron que la única manera de evitar un duro bajón del sector es reduciendo las alícuotas y, por lo tanto, las mencionadas tasas efectivas, que terminan afectando al valor de la mayoría de los autos.
Fuente: iprofesional.com
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