Las
ramas opositoras de la CTA y CGT –las dos centrales obreras de
Argentina divididas en pro y anti Kirchner- han anunciado este miércoles
que "antes de fin de año" convocarán a una huelga nacional en protesta
por las políticas social y económica de la administración de la
Presidenta Cristina Fernández.
"Vamos por el camino del paro nacional,
que no se mueva ni una pluma en Argentina", proclamó Pablo Micheli,
secretario general de la facción de la Central de los Trabajadores
Argentinos (CTA, no peronista), durante un multitudinario mitin en la
plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada.
Marcharon hasta allí unos 80.000 trabajadores, según los organizadores y,
si de verdad ha sido así, se trata de la mayor concentración contra el
Gobierno de Fernández en los últimos años. Pero fuentes no sindicales
estimaban que, más o menos, habría concurrido la mitad, unos 40.000, igualmente una cifra elevada para Buenos Aires.
El
grueso de los manifestantes fue aportado por el poderoso sindicato de
camioneros, que dirige Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano, secretario
general de la rama opositora Confederación General de los Trabajadores
(CGT, peronista no kirchnerista) que hasta 2010 era aliado de los
Kirchner pero ha sido apartado por Fernández de su círculo de allegados.
"¿Ahora qué va a decir Cristina? Cuando vinieron los caceroleros los acusó de destituyentes. Cuando (la protesta de) los gendarmes y prefectos,
los acusó de destituyentes. Ahora que vinimos los trabajadores ¿también
van a decir que somos destituyentes?", interrogó el sindicalista.
Y se respondió: "Acá el único destituyente es este Gobierno que no resuelve los problemas de los trabajadores: los impuestos, la inflación, y la paga por familia".
Las reclamaciones
La
CTA oficialista es conducida por el sindicalista de los docentes Hugo
Yasky, mientras que a su calco de la CGT la lleva el metal mecánico
Antonio Caló. "Son alcahuetes gratis del Gobierno que no representan a
nadie de los trabajadores", disparó Micheli.
A
la marcha se sumaron también la Federación Agraria (pequeños
productores rurales) y las organizaciones sociales Barrios de Pie,
Corriente Clasista y Combativa (CCC), MST Teresa Vive, ORT, FUBA,
Pueblos Originarios, Federación Nacional Campesina y la Federación de
Educadores Bonaerenses (FEB).
Los reclamos básicos consisten en un salario mínimo de 5.000 pesos (700 euros),
el equivalente a 82% del salario para los jubilados y pensionados, una
reforma fiscal progresiva, o sea que paguen más los sectores
enriquecidos, impuesto a las rentas extraordinarias, quita del IVA (21%)
a los alimentos de la cesta de la compra, defensa de la salud y
educación públicas.
La multitudinaria demostración del poder gremial, además, incluyópiquetes y cortes de tráfico en los suburbios y accesos a la ciudadpor
autovías, así como en los puentes Pueyrredón, La Noria y Saavedra, más
las rotondas de Varela y San Justo, Puente 12 y Richieri, ruta 8 y 202
en general Pacheco y cruce de las rutas 6 y 9, en Campana.
También
hubo protestas similares en ciudades de provincias: Mar del Plata,
Rosario. Salta, Jujuy y otras. Luego de tantas marchas, que han venido a
sumarse a las de los caceroleros, el 13 de setiembre pasado, y a las
protestas de los gendarmes y prefectos la semana pasada, muchos
argentinos comentan que "Cristina perdió la calle", es decir el poder de
movilización de los ciudadanos.
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