ACROBACIA PARA PROSEGUIR EL SAQUEO
Para muchos que la ven moverse en un camino zigzagueante, ella ha entrado
en una especie de delirio enfermizo de contradicciones..
Las acciones… absolutamente superficiales… que impulsa con una inexplicable
vehemencia… ninguna de las cuales puede escaparse del formato populista…
objetivamente, no tienen destino.
Ha decidido arrojarse al vacío…
Y hacerlo en público. En efecto, como una graciosa y torpe acróbata de
un circo de barrio… y con sus medias caladas visiblemente raídas… piensa
intentar una cabriola, sin tener la menor idea de las consecuencias… Parece
que no tuviera red. Pero la red somos todos nosotros.
Para ella… estrellarse contra el piso… es simplemente un ejercicio
de cada día, que es practicado a expensas de nuestros intereses, de nuestro
futuro… y básicamente de nuestro estado de ánimo.
Tomar por idiota a toda la ciudadanía… es una práctica compulsiva
que ya no le alcanza a ella ni a su recua de mercaderes para seguir andando
a los tumbos en esta senda de improvisaciones.
Ha tomado… orgullosa… la vanguardia de la inmoralidad… todos sus súbditos…
cruzan con ella – alegremente – la raya del delirio y de la falsificación…
demasiadas veces por día.
Mareados ahora, en el mito degenerado… de la autoridad sin límites
y acaso en su continuidad eterna en el poder… han logrado que ella convierta
su rostro en una maldita mueca de soberbia, cuya sonrisa de Gorgona… le sale,
siniestramente, de costado…
Una sonrisa de falsa suficiencia… que suele notársele bastante más cuando
pasea por delante de la pleitesía… y de la capitulación moral de todos los
arrastrados que asisten a su atril diario.
La velocidad de su enriquecimiento en los últimos seis años… ha
superado las proporciones de lo entendible para un buen contador
avezado. Un experto en cuentas… queda en un estado de estupefacción al ver
la evolución impresionante de sus ganancias… un récord mundial que establece
marca de medalla de oro en “personas a sueldo”.
Y esto… que puede parecer una exageración… no se refiere al valor
adquisitivo de su fortuna mal habida, sino sólo al ritmo extravagante de
la acumulación de dinero en la “unidad de tiempo”. Cualquier inversión
(la que sea) que quiera tomarse en los últimos 30 años en el país, desde el
mejor de los bonos domésticos, todos, las locaciones inmobiliarias hoteleras
más exitosas, los bonos de cualquier deuda, incluso los depósitos a plazo
fijo que hayan sido más redituables e inverosímiles, los Money Market
Funds estrella, no alcanzan ni siquiera al 28 % de lo que le han rendido a
esta mujer. Eso admite un solo nombre: DESFALCO A MANSALVA.
A la hora de buscar excusas, sin siquiera sonrojarse… su gesto no
puede superar al de un niño… escapado de una calesita. Y así… hablando de mil
imbecilidades en la cadena nacional… casi todos los días… ella… lo más campante,
nos vuelve a sonreír… pues cualquier colectivo, la deja bien. Los cartuchos
quemados de todas las bengalas… y el acre olor a la bacanal de los fondos
desfalcados, son, como todo ha sido en ella, sólo vestigios desparramados
por el piso… de lo que hoy… ya no puede verse. Son los restos… las señales, o
las huellas desdorosas… del gran latrocinio histórico… el mayor de la
República, en el último siglo. Un día asaltaron la Intendencia de Río
Gallegos y convirtieron a los choferes en apoderados, a los porteros
en dueños de escalones cruciales del Estado y a los secuaces de sus primeras
horas, en buscadores de fondos para depredar en poblado y en banda. Y así…
parapetada en su moral hostil a la pupila de los honrados, ella confirma
linealmente su desprecio por los hombres probos e indomables. Y aparece
casi, condenada ahora… a seguir con la conscripción de los lacayos domesticados
y envilecidos…
A seguir tapando con ramas… la trágica huella de su desfalco Buscando
disimular las pateaduras hechas en todas las puertas y cajoneras que han
sido mutiladas para robar… Pero le será difícil.
Y aún así… la ignorancia colectiva… preferirá quedarse callada… cuando el
parlamento decida escriturar otra reforma ortopédica y compulsiva… para
darle a ella otra retorcida oportunidad de seguir arrasando el país. El
65% de la población la desprecia...quién diga lo contrario que lo pruebe, yo
estoy en condiciones de hacerlo. Basta con medir los ratings de la televisión
cada vez que hay cadena nacional. Más del 70% de los televisores o se apagan o
cambian de canal. La historia del mundo, nos enseña cómo han terminado las
personas como Cristina Fernández.
Autor: Lic. Gustavo Adolfo Bunse
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