"El
proceso de convocatoria y construcción de sentido del 8N fue atravesado
por dos modelos, uno desde el ejercicio del poder convocante de algunos
medios de comunicación masiva, y otro desde el ejercicio distribuido de
las relaciones sociales entre individuos, con una fuerte impronta en la
utilización de las TICs e internet como medios de organización y
difusión".
Las TICs, internet y las nuevas formas de participación ciudadana
El 8 de Noviembre de 2012 se llevó a cabo una movilización, conocida y
difundida como 8N, en la capital de la República Argentina y en las
principales ciudades del país, donde cientos de ciudadanos se
manifestaron en contra de diversas políticas del Gobierno Nacional
presidido por Cristina Fernández.
La convocatoria transmediática y la utilización de las Tecnologías de
la Información y la Comunicación (TICs) fueron un factor fundamental
para la convocatoria y organización previa del 8N y para la difusión
durante y luego de la movilización.
Para comprender la influencia de internet y las redes sociales en el
8N es importante pensar que las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TICs), las redes sociales e internet están generando
nuevas formas de relacionamiento y vínculo ciudadano, nuevos niveles de
construcción de lazos de solidaridad social y formas de tiempo y
espacio, que están configurando nuevos, distintos y diversos vínculos de
poder y comunicación.
Estamos viviendo como sociedad un híbrido entre una vida sin internet
y una vida con internet. Los ciudadanos se encuentran viviendo y
construyendo su identidad en la suma de la vida offline y la vida
online. En este sentido, una de las características más importantes de
lo que se conoce como Sociedad del Conocimiento es la organización en
red de los distintos procesos dominantes, que “constituyen la nueva
morfología social de nuestras sociedades; su lógica de conexión e
interconexión modifica de manera sustancial los procesos de producción,
la experiencia, el poder y la cultura.” (1)
Entender la vida en red es fundamental para comprender las nuevas
maneras de relación de las estructuras de poder y la democracia actual.
Dentro de este nuevo contexto en red, de nodos interconectados entre sí,
de ciudadanos interrelacionados masivamente, se desarrolla la vida
común de las personas, quienes adaptan las TICs a sus valores, intereses
y necesidades.
Las TICs hacen posible que existan redes asegurando la capacidad de
crecimiento de las mismas, ya que las TICs hacen ilimitado el número de
nodos que puedan conectarse, y también logran que la información y el
conocimiento sean compartidos y difundidos de manera integral. Según
Rafael Macau Nadal “cualquier organización moderna es una red de
actividades, parcialmente internas y parcialmente externas de su red de
socios y colaboradores, dirigidas a un público que está interconectado
en red en un mundo globalizado conectado casi instantáneamente por
redes, donde las TICs juegan hoy un papel clave en su funcionamiento.”
(2)
La consecuencia más directa que trajo internet, como afirma el sociólogo Manuel Castells
es que “los círculos sociales comienzan a ser reforzados en un espacio
híbrido de interacción comunicativa física, online e inalámbrica” (4), y
David De Ugarte (3) agrega que es “la eclosión de una nueva esfera de relación social que pone en contacto a millones de personas cada día”.
Las nuevas formas de comunicación, participación y movilización se encuentran atravesadas por lo que Howard Rheingold
(10) llamó las “multitudes inteligentes”, como “síntomas de una nueva
forma de organización y comunicación social con la que se pueden
defender ideas muy diferentes, cuando no opuestas”.
Los cambios que se producen en la estructura de la información y la
comunicación abren la posibilidad a nuevas formas de distribución del
poder, y de su ejercicio. Con la conexión de millones de computadoras
conectadas y en condiciones igualitarias de jerarquía basadas en el
concepto de “red distribuida”, surge la posibilidad de que las
estructuras de poder descentralizado que conocemos actualmente muten
hacia un sistema de poder distribuido.
Paul Baran
(11) en 1964 ideó la forma que debían tener las comunicaciones de datos
de los Estados Unidos ante un posible ataque nuclear de la Unión
Soviética. Esto dio origen a la generación de una red distribuida,
basada en el principio de que si un nodo de la red es eliminado, ninguno
de los otros nodos quede desconectado, es el basamento de lo que hoy
conocemos como internet.
En las estructuras de poder y en las formas de participación pensadas
en forma distribuida, el poder es distribuido en una red de iguales
que, como afirman Alexander Bard
y Jan Söderqvist (12): “todo actor individual decide sobre sí mismo,
pero carece de la capacidad y de la oportunidad para decidir sobre
cualquiera de los demás”. Este tipo de poder distribuido genera nuevas
formas de relacionamiento y comunicación social, que la acción colectiva
está ejerciendo cada vez con mayor ímpetu.
Un punto fundamental para comprender las nuevas formas de
participación es entender que las decisiones ya no se basan en la
dualidad “sí” o “no”, sino en la posibilidad de estar en “mayor” o
“menor” medida de acuerdo o en desacuerdo con una propuesta. En ese
sentido, como dice De Ugarte (3): “la dimensión de la acción dependerá
de las simpatías y grado de acuerdo que suscite la propuesta”.
El #8N y las redes sociales
Internet y las TICs tienden a eliminar la división entre el receptor y
el emisor, y su fortaleza se encuentra en que la capacidad de sacar del
medio a un nodo, o de tener filtros para dicho nodo, no logrará que la
información deje de circular, ya que podrá llegar a través de otros
nodos o conjuntos de nodos. De Ugarte (3) dice que “en la enredadera
digital las fuentes aparecen de forma hipertextual y prácticamente en
tiempo real, siendo aportadas por los propios protagonistas”, el control
de la circulación de la información se encuentra cada vez más difuso,
tendiendo a estructuras más democráticas en las formas de comunicación e
interrelación social.
Nos encontramos así frente a nuevas formas de organización que, tarde
o temprano, configurarán la organización política institucionalizada,
donde las elites que tienen el control de la información cada vez serán
menos necesarias e imprescindibles.
Las estructuras de poder se encuentran ante una incapacidad de
entendimiento de lo que sucede, de lo que enfrentan, porque un
movimiento distribuido como el surgido a partir de la convocatoria del
8N carece de estructuras jerárquicas y rígidas que la convoquen,
supervisen y comuniquen, siendo estas estructuras no jerárquicas,
diversas y distribuidas, que se comunican y convocan de manera
distribuida y horizontal.
Manuel Castells (5) dice que “la extensión de las movilizaciones
políticas instantáneas utilizando teléfonos móviles, y con el apoyo de
Internet, está cambiando el panorama de la política”, y este fue el caso
del 8N, una acción colectiva multicanal, que se dio en diversos y
variados espacios comunicativos, como los emails, las redes sociales,
los chats de teléfonos móviles, SMS, boca a boca, medios masivos de
comunicación, etc.
La coordinación del 8N no necesitó de una dirección centralizada y
consciente, sino que fue suficiente la autoorganización, la
autoconvocatoria, con mayor o menor participación de los poderes
mediáticos. En ese sentido, la “interacción entre los actores políticos,
los actores sociales y las empresas de medios de comunicación tanto en
los medios de comunicación de masas y los medios de comunicación en red,
como en la interconexión entre los diferentes medios que se están
articulando rápidamente en un sistema mediático reconfigurado”
(Castells), dio origen a una convocatoria multiconvocada por múltiples
canales, formas e interpretaciones.
Según un estudio realizado durante la manifestión (6), el 95% de los
manifestantes eran usuarios de internet, y el 75% utiliza habitualmente
redes sociales, principalmente Facebook (98%) y Twitter (28%). Los
entrevistados fueron 49% hombres y 51% mujeres, y el 56% con estudios
universitarios completos o superiores y 42% con secundario completo o
universitario incompleto.
Henry Jenkins
(7) habla de la “convergencia” como “el flujo de contenido a través de
múltiples plataformas mediáticas”, convergencia que “se produce en el
cerebro de los consumidores individuales y mediante sus interacciones
sociales con otros”. Las TICs están generando en la ciudadanía un
aprendizaje intensivo de estas interacciones y la creación colectiva de
significados, producto de lo que Pierre Lévy
llama “inteligencia colectiva” que, resumidamente, implica que nadie
puede saberlo todo, pero cada ciudadano sabe algo, y que, compartiendo
habilidades y recursos, se pueden juntar todas las partes del
conocimiento. Esta convergencia, según Jenkins, asume que los viejos y
nuevos medios interaccionarán de formas cada vez más complejas, y
diversas.
Tanto las redes sociales e internet, como los medios masivos de
comunicación cumplieron un rol fundamental en la convocatoria del 8N,
estando así frente a una de las primeras manifestaciones argentinas que
utilizaron formas transmediáticas para organizarse. Según el estudio
nombrado, el 47% de los manifestantes tomó conocimiento de la
organización de la protesta 8N a través de las redes sociales, el 24% a
través del correo electrónico, el 38% de manera personal boca a boca y
el 37% a través de los medios masivos de comunicación, ya sea en forma
online o tv, radio y diarios. Estas respuestas eran múltiples por lo que
denota que los ciudadanos se informaron de formas diversas y
convergentes.
El proceso de convocatoria y construcción de sentido del 8N fue
atravesado por dos modelos, uno desde el ejercicio del poder convocante
de algunos medios de comunicación masiva, y otro desde el ejercicio
distribuido de las relaciones sociales entre individuos, con una fuerte
impronta en la utilización de las TICs e internet como medios de
organización y difusión. La participación activa de los medios masivos
de comunicación y las redes sociales queda manifestada por los mismos
participantes de la movilización al afirmar el 57% que esta movilización
fue menos espontánea que la del 13 de Septiembre de 2012 (movilización
similar a la realizada el 8N).
En el 8N se entremezclan las formas de vínculo e interrelacionamiento
social de los mundos físicos y online, rompiendo las fronteras entre
uno y otro, y complementándose ambos como parte de una misma forma de
vida y de comunicación ciudadana. Tal es así que el 71% de los
ciudadanos participantes del 8N difundieron la convocatoria una vez
enterados de la misma, haciéndolo el 57% a través del boca a boca y en
forma personal, el 45% a través de las redes sociales y el 32% a través
del correo electrónico.
Jenkins (7) afirma que la proliferación de canales y la portabilidad
de las TICs producen la entrada a una Era en la que “los medios serán
omnipresentes”. Cuando los medios y formas de comunicarse se encuentran
descentralizados y son de fácil acceso para las mayorías, se fomentan
formas de participación más democráticas y libres, mientras que cuando
los medios de comunicación se encuentran concentrados, son pocos y
monopólicos, es más sencillo ejercer un control central de la
circulación de la información. La gran mayoría de los participantes
(85%) cree que la utilización de las redes sociales en la convocatoria
influyó mucho y bastante, y el 52% no había participado de la
manifestación del 13 de Septiembre.
Esta convergencia en los modos de producción y de consumo de medios
genera instancias de comunicación, participación y política novedosas y
distintas que se pusieron de manifiesto en la convocatoria y
organización de la movilización del 8N. El uso de múltiples plataformas
en la comunicación entre los ciudadanos, de las cuales participaron
activamente los medios masivos de comunicación, conllevó a una narración
sinérgica pre y post manifestación.
La acción colectiva de difusión y comunicación durante el 8N tuvo un
gran impacto en las Redes Sociales. Un estudio realizado por SocialEyez
(9) registró 800 mil repercusiones entre las 19 y las 22 horas,
relacionados al 8N en Twitter y Facebook. La utilización de teléfonos
móviles para compartir información, opinar, publicar fotografías,
tuitear y comunicarse con los otros fue el método encontrado por los
manifestantes para conjugar la participación física con la online.
Un sistema de comunicación distribuido tiene mayor capacidad de
movilización y rapidez en la acción colectiva, ya que no se depende de
un líder que convoque, sino de la capacidad de la propuesta de sumar
voluntades. Así es que surgen líderes que no pueden tomar la decisión
total y que los seguidores la acepten, pero buscan ser referentes de las
mayorías a través de la posibilidad de identificación con las ideas y
valores de la propuesta de acción colectiva.
Esta no representatividad reconocida queda de manifiesto en que el
90% de los manifestantes no pudo identificar una organización o líder
convocante de la misma (6). Facebook fue la red social utilizada para la
coordinación previa de la protesta, con varios grupos y páginas
contrarias al gobierno nacional, quienes incentivaron a la movilización
del 8 de Noviembre. Grupos y páginas como El Cipayo, Yo no vote a la
Kretina y Ud?, Anti-K, Indignados Argentina, No más K, unamos nuestros
votos, Cacerolazo, Basta de Sindikatos korruptos y de la Kampora, fueron
algunos de los que motorizaron la difusión y coordinación del 8N en
Facebook.
Estamos viviendo, como dice Alejandro Piscitelli, en un “mundo de la
instantaneidad, la conectividad y la colaboración” (8). En el mundo
digital se encuentra una forma de razonamiento más simple y binaria, que
el pensamiento de la clase política y dirigencial encuentra como
barrera, acostumbrados a la necesidad de sumergirse en la complejidad de
las discusiones, las distintas vertientes, la profundidad de las causas
y consecuencias, etc. Joan Subirat dice que “las formas de operar de
las TICs y del sistema político parecen no ser demasiado coincidentes.
Mientras la democracia nos conduce a un escenario de deliberación,
prudencia e interacción parsimoniosa, con gran derroche de tiempo, la
revolución tecnológica se caracteriza precisamente por la rapidez que
imprime a todo con lo que entra en relación”.
Esta lógica se vió reflejada en la utilización de Twitter, que sirvió
como herramienta de la instantaneidad y la difusión de imágenes y
comentarios desde el lugar físico del 8N, ya fuera en el Obelisco, Plaza
de Mayo, Quinta de Olivos, etc. Según el estudio de SocialEyez, durante
la protesta Twitter superó las 500 mil repercusiones, con picos de
1.151 por minuto a las 21 horas. Asimismo, los temas más conversados en
ese momento en la herramienta de microblogging fueron “#8NYoVoyPorque”,
“Obelisco”, “Cristina” y “Olivos”.
Nuevas formas de pensar la participación política ciudadana
A partir del uso intensivo de las redes sociales e internet en la
vida ciudadana, los usuarios se encuentran en una fase de mayor
capacidad de entendimiento de las habilidades del mundo online y en
formas de participación distintas a las tradicionales.
Manuel Castells (5) dice que “la emergencia de comunidades
espontáneas y no planificadas, que propagan una iniciativa conjunta en
un mensaje que es respondido desde múltiples fuentes por voluntades
convergentes para compartir la práctica”; en ese sentido, al no existir
una institución convocante y que lidere el reclamo, tampoco un programa
base de consenso mínimo del reclamo, sino una heterogénea cantidad de
pedidos y expresiones, los medios de comunicación masiva y el poder
político se encuentran dificultados de pensar el reclamo en las formas
tradicionales del ejercicio de la política, encontrándose frente a la
necesidad de responder a nuevas preguntas con viejas respuestas,
utilizando herramientas del siglo XXI pero con categorías mentales de
relaciones de poder del siglo XIX.
Las nuevas formas de participación y comunicación no conllevan a un
fin de organización o institucionalización posterior, sino que tienen
inicio y fin en un tiempo y un espacio, limitado al momento de mayor
clímax del reclamo, donde probablemente el fin sea la capacidad
individual y colectiva de la autoexpresión, donde cada uno construye su
identidad personal en el colectivo, y no la búsqueda de un objetivo
superador del momento del reclamo.
Esto se encuentra más ligado a la actual cultura de la adhesión, a lo que Mario Riorda
llama “la cultura feisbuqueana del Me gusta/No me gusta”, donde podemos
interpretar que lo importante es la expresión en sí misma y no el
objetivo de transformación del entorno.
Bibliografía y fuentes utilizadas
- Manuel Castells. Sociedad del conocimiento. Cómo cambia el mundo ante nuestros ojos. Tubella i Casadevall y Vilaseca i Requena, coordinadores. Editorial Uoc. España, 2005.
- Rafael Macau Nadal. Sociedad del conocimiento. Cómo cambia el mundo ante nuestros ojos. Tubella i Casadevall y Vilaseca i Requena, coordinadores. Editorial Uoc. España, 2005.
- David De Ugarte. El Poder de las Redes. Aurelia Rivera libros. Enero 2012.
- Manuel Castells, The Mobile Communication Society. A cross-cultural analysis of available evidence on the social uses of wireles communication technology. Los Angeles: Annenberg School for Communication, University of Southern California, 2004.
- Manuel Castells. Comunicación, poder y contrapoder en la sociedad red (II). Los nuevos espacios de la comunicación.
- Estudio realizado por alumnos y egresados de carreras de Ciencia Política y RR.II. de la UADE, UBA, Di Tella, San Andrés y Ortega y Gasset. 369 casos. Encuestas personales con preguntas cerradas y abiertas, realizadas en el obelisco, plaza de mayo y quinta de olivos. 8 de Noviembre de 2012. Coordinado por PrincePolls.
- Henry Jenkins. Convergence Culture. Paidós Comunicación. 2008.
- Alejandro Piscitelli. Fernández y Ciuffoli. Facebook es el mensaje. La crujía futuribles. 2012.
- Informe de SocialEyes publicado en el Diario La Nación. http://www.lanacion.com.ar/1524916-otra-vez-las-redes-sociales-resultaron-protagonistas
- Multitudes Inteligentes. http://es.wikipedia.org/wiki/Multitudes_inteligentes
- Paul Baran. http://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Baran
- Netocracia. http://es.wikipedia.org/wiki/Netocracia
No hay comentarios:
Publicar un comentario