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lunes, 6 de enero de 2014

La herencia maldita: Un país desolado

La verdad asusta pero la Argentina deberá enfrentarla. La crisis más temida se precipita inexorablemente. El país deberá hacerle frente a diez años desperdiciados y en los cuales se gobernó tan mal que la reconstrucción llevará mucho tiempo. Las mentiras del relato le dan paso a la realidad más cruel.
"Todo gobernante (en este caso, 2) que se preocupe por acumular poder se aleja de prácticas demócraticas y, además, para saciar su ansias de permanecer el resto de sus días en el gobierno, se vuelve cada día más corrupto para alimentar sus arcas."
por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter:@santosjorgeh
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Santa Cruz fue la cuna del mal donde se entrenaron y crecieron los Kirchner.
 
Cuando llegaron al gobierno nacional, ya crecidos y experimentados, la pareja compuesta por Néstor y Cristina tuvieron, como si algo les faltase, un modelo referencial y ampliado de sus peores prácticas sureñas, Hugo Chávez.
 
El extenso período del matrimonio en el gobierno llegó con un pan bajo el brazo que no lo tuvo gobierno alguno; años de incalculable bonanza producto de los precios internacionales de la soja y la extraordinaria exportación de automóviles a Brasil.
 
Todo gobernante (en este caso, 2) que se preocupe por acumular poder se aleja de prácticas demócraticas y, además, para saciar su ansias de permanecer  el resto de sus días en el gobierno, se vuelve cada día más corrupto para alimentar sus arcas.
 
Nada le alcanza, el poder y el dinero van juntos y son una droga.
 
Extensa, muy extensa sería la lista de los excesos, falsedades, desaciertos, fracasos, atropellos, abusos,  cometidos por los Kirchner y su patota de ministros, secretarios, legisladores y toda clase de lacayos públicos durante más de 10 años.
 
El pueblo argentino no solo la ha vivido (muchos sufrido) sino que, además, la deberá pagar y muy caro durante años para poder salir de la crisis que a diario se presenta más atroz.
 
No es extraño, entonces, que el argentino, preocupado por lo cotidiano, viva un angustiante presente donde pareciera moverse sobre arena movediza. Algo le parece se lo estuviera tragando y se da cuenta que casi nada puede hacer para evitarlo.
 
No son pocos los que avizaron este momento; otros lo siguen negando aferrados a la prebendas y beneficios que han recibido conviertiéndose en loros K, para repetir el libreto oficial.
 
La sociedad destruida, ha sido reemplazada por individuos intolerantes y mezquinos. Piensan en sí mismos, en sus seres queridos y poco o nada le importa el resto. El “sálvese quien pueda” funciona rompiendo todos las reglas de convivencia.
 
Un país con una presidente autoritaria y con un discurso cotidiano y falaz, pasó a ser uno con una mandamás ausente; tras una derrota electoral acompañada de una cirugía con un pos operatorio con información escasa y poco precisa.
 
Todas las mentiras en una ficción extensa, están dando paso a cada una de las despiadadas realidades que muchos no veían o no querían ver.
 
La comparaciones son malas pero inevitables.
 
La gran pregunta que el tiempo se encargará de responder es si la crisis que los argentinos deberán soportar luego que Cristina Fernández viuda de Kirchner, deje el poder, no será de mayor envergadura que la vivida en 2001/2002.
 
Nada de aquí en más que ocurra  puede sorprender al argentino.
 
Ni la falta de luz, ni la imparable inflación, ni la constante devaluación de la moneda, ni la pérdida incesante de divisas, ni las muertes por inseguridad, por narcotráfico, ni la pérdida de puestos de trabajo, ni los saqueos, ni piquetes sin solución de continuidad, ni la multiplicación de protestas sociales, ni impunidad al por mayor, ni siquiera aquello que el ser humano se resiste a imaginar pueda acontecer.
 
Néstor y Cristina Kirchner dejarán un país destruido.
 
No solo por lo que hicieron para ello, sino también por las oportunidades únicas que dejaron pasar para bien de la Argentina.
 
¿La tarea de reconstrucción quedará en manos del peronismo? Pero ¿acaso los Kirchner no son peronistas? Néstor Kirchner fue el presidente del Consejo Nacional del PJ, y antes fue el titular del PJ santacruceño.
 
Hipócrita, el peronismo dirá que los Kirchner no son peronistas. ¿Tal vez el movimiento que creó Juan Domingo Perón, muerto hace 40 años, pagará también los platos rotos de este descalabro?
 
Todo es incertidumbre.
 
Nada se puede planificar, ni siquiera lo que puede suceder hoy.
 
 
Así vive el argentino, hoy.la vida se hace muy difícil.

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