Por Miguel CHAZARRETA
Jaramillo, 13 de Junio de 2014
La designación de los santacruceños que representarán al Estado provincial en el Directorio de YPF por parte del gobernador PERALTA deja mucha tela para cortar.
No se trata de una insignificancia.
Se trata justamente del ejecutivo que en el Directorio de YPF representará los intereses de todos los santacruceños y la participación de Santa Cruz en negocios tan rentables como sensibles como lo son los que emergen de las Industrias hidrocarburíferas. (Gas, Petróleo, Refinerías, comercialización, petroquímica, etc.,).
Se supone, entonces, que los santacruceños deberíamos estar tranquilos porque el Estado santacruceño ha dispuesto en ese sitial estratégico a ejecutivos que conocen del petróleo, del gas y de la cuestión petrolífera. Que para garantizar esto el gobernador debe de haber escrutado entre los santacruceños que desde hace décadas vienen participando en la actividad petrolífera, especialmente en las localidades petroleras por excelencia.
Se supone que el gobernador debe de haber escudriñado entre trabajadores, técnicos y especialistas que surgieron de nuestras escuelas industriales y que se han destacado en las actividades vinculadas al sector.
Se supone que el gobernador santacruceño debe haber inquirido en la gran familia ypefiana porque ha de saber que hay hijos y nietos de los primeros trabajadores de YPF que han seguido en la actividad, que se han capacitado y que tienen un compromiso pasionario con la gloriosa YPF.
MINGA.
Nada de esto le importó al gobernador.
Prescindió de la epopeya petrolera y el sacrificio generacional, el compromiso, la pasión y la abnegación de miles de obreros que forjaron el crecimiento de la provincia y del país, los ignoró olímpicamente, les faltó el respeto y designó a dos ciudadanos de Río Gallegos que no tienen la menor idea de lo que es ni de lo que significa el petróleo para localidades como Caleta Olivia, Cañadón Seco, Pico Truncado, Koluel Kaike y Las Heras.
Al gobernador PERALTA lo único que le importó fue quedar bien con Máximo KIRCHNER y entonces se lo entregó. El primogénito presidencial, fiel a su estilo, buscó entre sus amigos y ubicó allí –en representación del Estado Santacruceño, es decir: de todos nosotros- a un tal Ignacio PERINCIOLO, ciudadano de Río Gallegos, que lo más cerca que ha de haber estado de la actividad petrolífera seguramente ha de haber sido en las Estaciones de Servicios, cargando combustible.
En un país en serio, en una provincia en serio, con políticos serios, un ciudadano serio jamás puede aceptar un cargo de semejante responsabilidad técnica e institucional para el cual no está capacitado. Pero –claro-se trata de la Argentina Kirchnerista, se trata de la Santa Cruz Kirchnerista, y se trata de “La Cámpora”… ¿qué otra cosa podemos esperar?
PERALTA y LA CÁMPORA, una vez más volvieron a poner de manifiesto el desprecio que tienen por los ciudadanos de las comunidades petroleras del norte santacruceño.
Caleta Olivia, Cañadón Seco, Pico Truncado, Koluel Kaike y Las Heras pronto (y una vez más) se lo van a hacer recordar.
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