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lunes, 16 de junio de 2014

Muerte Civil – Ostracismo – Damnatio Memoriae



El juez Lijo. El fiscal Campagnoli. Los KK y la sociedad.


Algunos me dicen que con el Boudougate y todos los kirchnergates no pasará nada. Otros como yo no podemos vivir sin esperanzas.

Entre todas las calamidades que sufrimos, hay una particularmente perjudicial: confundir educación, con ejercer nuestras obligaciones y derechos.

La CONDENA SOCIAL no es mala educación. La CONDENA SOCIAL no es sólo es un derecho.

La CONDENA SOCIAL es un DEBER CÍVICO.

Y no por nada.

Les contaré cuán vieja es, de dónde viene y qué significa.

MUERTE CIVIL


En la antigua Grecia, la “muerte civil” era una sanción que provocaba considerar muerta o inexistente a la persona sancionada, aunque estuviera viva.

La muerte civil, en las legislaciones que la adoptaron; nosotros lamentablemente no la hemos tenido; suponía la pérdida general de sus derechos. Derechos civiles, de potestad, PATRIMONIALES, POLÍTICOS Y PÚBLICOS subjetivos. Y podía ser una pena accesoria a la condena a prisión perpetua.

Al imponerse como pena, aquél a quien se le aplicaba estaba sujeto a los deberes del derecho penal. O sea, podía sufrir nuevas sanciones si cometía otros delitos; por ejemplo, debía observar obligatoriamente cierta conducta en la cárcel, so pena de incurrir en sanciones disciplinarias si no lo hacía.

Subsistió en muchos países hasta mediados del XIX, e incluso del siglo XX.

Desgraciadamente, con el tiempo, diversas legislaciones la fueron eliminado, entre otras razones porque sus efectos eran padecidos no sólo por el “muerto civil”, sino también por su cónyuge, hijos y familiares… ¿Se entiende por qué digo “desgraciadamente”, no?

OSTRACISMO


La palabra griega “ostrakismós” significa ‘destierro por ostracismo’.

El ostracismo era un mecanismo de autodefensa popular.

El “castigo por ostracismo” permitía “excluir de la comunidad” durante un plazo de diez años, o de forma permanente, a las personas NOCIVAS para las instituciones.

Del ostracismo deriva el título de “PERSONA NON GRATA”, tan bien ganado por Nerona en la Universidad de Harvard, y fraternalmente en Oxford, Cambridge, Yale, etc.

Para la sociedad griega, la peor condena que podía recibir un hombre era ser “ostraquizado”, protagonista de “ostracoforia”.

DAMNATIO MEMORIAE


La alocución latina “damnatio memoriae” significa ‘condena de la memoria’.

Consistía en “condenar el recuerdo” de un ENEMIGO DEL ESTADO.

Y se introdujo en Roma después de la muerte de Julio César.

La “damnatio” es lo contrario de la apoteosis, que significaba que el Emperador fallecido obtenía la deificación y el derecho a recibir público homenaje.

Cuando el Senado romano decretaba oficialmente la damnatio memoriae, se procedía a eliminar todo cuanto recordara al condenado. Las estatuas eran destruidas, junto con toda representación física de su imagen. Monumentos. Inscripciones. Pinturas. Monedas. Todo era eliminado. Se denomina “abolitio nominis” (borrar su nombre de las inscripciones… bajar el cuadro…).

Sus leyes y decisiones eran abrogadas o se consideraban como emitidas por su sucesor. Similar suerte corrían las obras que había construido si escapaban a la destrucción.

E incluso se llegaba a prohibir pronunciar y usar su nombre.

Algunos de los emperadores romanos condenados a “damnatio memoriae” fueron: Calígula, Nerón, Domiciano, Cómodo, Maximino el Tracio y Filipo el Árabe.

En la mitología egipcia el “Ren” es el nombre de una persona y uno de los componentes espirituales que permitía que perdurara. Se creía que éste no moría del todo mientras su “Ren” fuese pronunciado, es decir, mientras el nombre del difunto no fuera olvidado por completo. De allí el enorme esfuerzo de los faraones en preservar su nombre, y explica por qué la damnatio memoriae era un castigo tan severo.

Estas prácticas continuaron consciente o inconscientemente, en todas las culturas y en todas las épocas.

Desde el papa Esteban VI (896-7), que aplicando damnatio memoriae a su antecesor, el papa Formoso, durante el “Concilio cadavérico”, “Sínodo del terror” o “Sínodo del cadáver”, declaró inválidos todos sus decretos y ordenaciones; se cortaron los tres dedos de la mano con la que impartía la bendición; y su cadáver fue arrojado al Tíber, decretando que Formoso debía ser considerado como si jamás hubiera ejercido el pontificado.

Pasando por Marino Faliero (1355), que fue procesado y ejecutado por orden de Consejo de los Diez, por haber intentado apoderarse del gobierno de la República de Venecia. Tras su muerte, fue condenado a damnatio memoriae, y a su imagen, que fue cubierta con un manto negro, se le agregó la inscripción en latín: “Hic est locus Marini Falieri decapitati pro criminibus”: “Éste es el sitio de Marino Faliero, decapitado por sus crímenes”.

Hasta en nuestro país, después del ‘55, cuando se prohibió mencionar pública y verbalmente el nombre de Perón y escribirlo en documentos oficiales, pasando a denominarlo “EL TIRANO DEPUESTO”. Los edificios públicos y demás lugares bautizados Perón y/o Eva Perón fueron re-bautizados. Cosa que espero ocurra con todo lo concerniente a Néstor y Kretina KK.

Sin olvidar a Nicolae y Elena Ceaușescu, Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi y Muammad usnī Sayyid Mubārak, entre otros.

Con todo lo que está pasando con el Boudou-Kirchnergate, así como es un DEBER CÍVICO ejercer la CONDENA SOCIAL, es un DEBER MORAL reconocer que lo que sería normal en un país y contexto normal, bajo ciertas circunstancias se transforma en ACTOS HEROICOS.

Y la respuesta a eso es lo que transciende de esta nota:

El día que el juez Lijo lloró


El viernes 30 de mayo, horas después de la citación a indagatoria al vicepresidente, Ariel Lijo lloró.

Solo en su despacho del tercer piso de los tribunales de Comodoro Py, el juez del caso Ciccone se emocionó hasta las lágrimas.

Leyó una y otra vez las escuetas líneas de la improvisada carta que un veterano juez federal le hizo llegar esa mañana, firmada por él y por todos los empleados de su juzgado.

Lijo se secó las lágrimas y guardó la carta, que destacaba su accionar…

Una mujer se acercó hasta su oficina y le dejó a su secretaria una extensa nota. Ensalzaba la “valentía” y el “coraje” del magistrado por la explosiva citación de Amado Boudou…

Lijo recién cayó de lo que había hecho en la puerta del colegio de su hija. El padre de una compañera lo estrujó con un largo abrazo frente a la vista de todos.

Hasta a la madre del magistrado la aplauden en el barrio cuando sale a hacer los mandados.

Su chofer y custodio corrió la misma suerte.


¿Por qué me emociona esta nota, y el empecinado apoyo a Campagnoli?

Porque otra de las enormes desgracias que padecemos, causa también de muchísimos de nuestros males, es la Biblia y el Calefón al que ha llegado nuestra sociedad en cuestión de valores.

Maradona, el misógino engendra bastardos, y es GARDEL.

Charly García, drogado hasta convertir en puré su cerebro, se tira absolutamente colapsado de un 9° piso a una piscina, y es un MAESTRO.

Querernos ser amigos del piola, el vivo, el ventajero, el banana.

Del que está lleno de guita, aunque sepamos que es ROBADA.

Padres incitan a sus hijos a hacerse amigos del compañerito hijo del narco o corrupto político, a ver si garronean algo…

Amén de la sensación de ESTAR PERDIDOS que esto provoca. Y de lo patético que resulta.

Grave es constatar lo que obviamente después padecemos por vivir en las antípodas de los valores que deben guiar a una sociedad, sana, civilizada y desarrollada.

Pero reacciones como las relatadas en ese artículo, y el empecinado acompañamiento de la sociedad a Campagnoli, DAN ESPERANZA!

Vean porque lo digo:

En uno de los países nórdicos, no recuerdo si Suecia o Noruega, un político de cierto renombre cometió una estafa contra el Estado, haciéndose de cierta suma de dinero.

Por supuesto, nada que ver con los descomunales robos y estafas a los que nosotros estamos acostumbrados; digamos que fueron unos dos o tres millones de dólares.

Se detectó el fraude y lo acusaron. Fue destituido de su cargo y tuvo que enfrentar un juicio.

Pero como no era un descuidista, sino alguien prolijo, la justicia no pudo comprobar fehacientemente su delito.

Y aunque todos sabían que era culpable, tuvieron que dejarlo libre.

A pesar de haber sido apartado “in aeternum” de la política, pensó en haberse salido con la suya y poder disfrutar del dinero mal habido.

Lo que no calculó fue la reacción de la que fue capaz la SOCIEDAD INDIGNADA frente a sus acciones.

Lo que pasó fue lo siguiente:

Ejerciendo literalmente “muerte civil y ostracismo”, comenzaron a comportarse como si no existiera.

La gente no lo saludó más en la calle. Ni en ningún lugar donde llegaba. Ni a él, ni a su familia.

Ni siquiera los miraban.

Lo expulsaron del club que frecuentaba, a él, y a su familia.

Las mesas de los restaurantes siempre estaban reservadas.

Los mercados nunca podían hacerles los envíos.

En los negocios, sus tarjetas nunca funcionaban.

Nunca había talle de lo que buscaban.

El basurero no le retiraba más la basura del frente de su casa.

El cartero no le entregaba más la correspondencia.

El farmacéutico jamás tenía los medicamentos que necesitaban.

El médico y el dentista de toda la vida siempre estaban ocupados cuando los llamaban o les pedían cita.

Ningún niño siguió siendo amigo de sus hijos. No los saludaron más. En el colegio ninguno se sentó más a su lado. Nadie volvió a jugar con ellos en los recreos. Ni fueron invitados a cumpleaños.

Etc., etc…

Y por supuesto no hubo ciudadano, ni político, ni periodista, que se quejara por los pobres niñitos de Kicillof en el Buquebus…

Se salvó de ir a prisión, y pudo conservar el dinero que le había robado al Estado.

Pero no pudo conservar una sociedad donde disfrutarlo.

Ya no tenía dónde reconocerse, ni ser reconocido, apreciado y MUCHO MENOS RESPETADO.

Lo insoportable de la CONDENA SOCIAL terminó provocando que se cambiaran de nombre y se mudaran a otro país.

Y algo me dice que tanto él, como sus hijos el día de mañana, antes de volver a robar, lo pensarían.

¿Cuesta tanto que comencemos a hacer esto?

Sin olvidar condenar también a los que, en lugar de condenar, llaman “maestro” a quienes de NADA SON EJEMPLO.

Nosotros somos argentinos y, al menos para empezar, necesitamos algo más de ruido. ¡Por eso les dejo esto que sé que les va a gustar!

Boudou abucheado en San Lorenzo



“¡LADRÓN, LADRÓN!”, LOS INSULTOS A BOUDOU DENTRO DE LOS TRIBUNALES



Así fue el escrache a Axel Kicillof



Le tiran huevos a Cristina Kirchner



El papa Francisco, durísimo contra los políticos corruptos: “Su corazón está podrido”



Los KK están lejos de ser Jerjes. ¡Decidamos de una vez ser los 300!

#TodosSomosLIJO. #TodosSomosCAMPAGNOLI. #18J – Miércoles 18 junio, 19 hs. Edificio del Ministerio Público, Avenida de Mayo 760.



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