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jueves, 5 de junio de 2014

Nuevos paradigmas para un futuro de desarrollo

Por SERGIO PALACIOS (*) 

Nuevos paradigmas para un futuro de desarrollo  

Bajábamos en el ascensor con Facundo Manes; ya había terminado su exposición, por demás estimulante pensando en nuestro futuro como país. Lo miro y le digo: “…el educativo no es el único paradigma que tenemos que cambiar. De poco sirve si continuamos con los mismos en materia de producción y consumo. El viejo modelo energético debe terminarse…”. Estamos llegando a planta baja y me pregunta: ¿Qué hacemos con vaca Muerta? “Nada, deja que siga bien muerta”, le contesté. Es muy fácil subirnos al caballito de Vaca Muerta como fuente de riqueza futura y apostar todo allí, como lo hacen casi todos los que podrían gobernar en el futuro inmediato. Pero seguir planteando estrategias de futuro a contramano de lo que hacen los países más ricos debería por lo menos justificarse con argumentos sólidos frente a la sociedad. ¿Y LA VERDAD? En la política Argentina se le sigue diciendo a la gente lo que la gente quiere escuchar, no lo que necesita escuchar, y mucho menos decirle la verdad. La verdad de los datos científicos, no aquello que me parece o lo que conviene a mis intereses. Sigue gobernando la mente de muchos políticos la frase que inmortalizó Carlos Menem: “Si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”. Por eso, todas las políticas económicas se apoyan sobre la exacerbación del consumo. Ese, al que muchos sectores se vuelcan compulsivamente a falta de proyectos de vida como afirma la socióloga Italiana Roberta Paltrinieri, de la Universidad de Bologna. La estrategia de incentivar el consumo dejó de ser parte de las ideas Keynesianas en modelos de corto plazo, para convertirse en estrategias populistas como forma de retener el Poder presente a costa del futuro de esa sociedad. Este modelo termina en crisis, como hoy ocurre. En algún momento, ni el Estado ni la gente tiene plata para seguir la fiesta. Entonces, deviene la bronca, la desilusión. LA NUEVA RIQUEZA En la Argentina se discute sobre la riqueza existente. Nunca sobre cómo crear nueva. Todos los análisis que escucho de los economistas son sobre la coyuntura y la gestión de lo que tenemos. Nunca sobre el futuro y como crear en lugar de administrar. Por esa razón vivimos constantemente en crisis del presente, porque nunca nadie en el pasado construyó la economía y sociedad del futuro (salvo en el S.19). Tampoco está ocurriendo eso ahora. Por esa razón no es difícil pronosticar que el futuro también tendrá “su presente” en crisis. La Argentina debe cambiar sus paradigmas en función del futuro de la sociedad toda, no de un grupo de empresas. En todo el mundo, los únicos interesados en la explotación futura de petróleo y gas son las empresas petrolíferas y gasíferas. Las tres principales potencias económicas son EE UU, China y Alemania y -no casualmente- son los que lideran la inversión en energías renovables. Las tres están trabajando en la sustitución -no diversificación- de la matriz energética. Lo están haciendo muy aceleradamente. ¿Por qué razón?. Son los que producen mayor riqueza y quieren seguir haciéndolo. No pueden resolver sus estrategias sobre la base de un recurso que se termina, está en poder de algunos países, y cuyos costos suben constantemente desde 1973. ¿Por qué lo hacen ahora? Porque el estadio tecnológico lo permite en costos y eficiencia que mejora constantemente. Todos los análisis que escucho de los economistas son sobre la coyuntura y la gestión de lo que tenemos. Nunca sobre el futuro y cómo crear en lugar de administrar Entonces, ¿quién y por qué en nuestro país se exhibe aún el petróleo y gas como la gran oportunidad para lograr nuestro desarrollo? En la Argentina tenemos actualmente una Vaca Muerta y dos Vacas Vivas. Pero, estas últimas se mantienen invisibles frente a la sociedad. Nuestro país, desde Mendoza en dirección norte hasta Perú, es la zona de mayor radicación solar del planeta. Y desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego una de las más expuestas a los vientos. Esto puede verse en cualquier atlas energético del planeta. Siendo que la tecnología para la explotación de energía solar, eólica o de biomasa está disponible en todo el mundo, que sus costos bajan todos los años, que son la antítesis de la escasez, y que no contaminan; ¿Cuál es la razón por la que el 100 % del discurso de nuestra estrategia de futuro se construye desde Vaca Muerta? Debemos romper el círculo vicioso en el que estamos. Encontrar una nueva visión que compatibilice de democracia, economía, política y sociedad, sobre nuevos paradigmas donde el ecologismo ocupe un espacio. El modelo productivista y de consumo compulsivo llevó en poco más de 100 años a problemas globales. Todos sufrimos el cambio climático, la contaminación, la crisis energética, la crisis alimentaria, la desocupación, la violencia social, el agotamiento de recursos naturales (deforestación, desertificación y escasez de agua). Todas problemáticas distribuidas equitativamente entre todos los seres humanos, pero totalmente desequilibrada es la distribución de los beneficios económicos. Por eso hay mucho que cambiar para construir el futuro, sólo que en esta ocasión deberíamos inspirarnos en el genial Albert Einstein cuando dijo: “las preguntas pueden seguir siendo las mismas, pero por suerte lo que todo el tiempo cambia son las respuestas”.

 (*) Abogado; profesor de Economía Política

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