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lunes, 23 de junio de 2014

EL FIN DEL RELATO

“Cuando las circunstancias cambian, yo cambio de opinión. ¿Usted que hace?” - John Maynard Keynes
Cuando la Presidenta habló el viernes en Rosario me acordé de esta famosa frase. La verdad es que tenía bastante temor a que se estuviera envolviendo en una retórica de la que no pudiera escapar. Pararse delante de la multitud no parecía el escenario más apropiado para comunicar que al final tenía sentido negociar con los fondos buitre. Pero la Presidenta tuvo la valentía, nada más y nada menos que en ese escenario, de cambiar definitivamente su posición, de retrotraerse de lo que venía sosteniendo desde su discurso de la semana pasada y concluir que para el país era mucho mejor cerrar este tema que dejarlo abierto.
En realidad, tenía sentido hacer esto. No cerrar este tema nos llevaría a un default. El riesgo país subiría, la posibilidad de financiar cualquier inversión seria aún menor que las ridículamente difíciles condiciones que ya enfrenta el país (digo ridículas porque cualquier país latinoamericano hoy se beneficia de condiciones mucho mejores). El Gobierno seguiría financiándose con inflación, que la sufrimos todos.
Cumplir la sentencia, por otra parte, implicaría que baje el riesgo país, que haya más financiamiento (sobre todo para energía), que se descomprima el mercado cambiario, y que el mejor clima ayude a recuperar una economía estancada. Una economía que se recupera es más trabajo para todos. Y eso sí o sí nos beneficia.
El camino elegido fue el de tirar el relato para poder tener una mejor realidad. Hay que ser valiente para hacer esto. Para poder decir que lo que se dijo estaba mal. Dije esto mismo por Twitter y muchos seguidores me criticaron, acusándome de oficialista. Pero una verdadera oposición no es una oposición que se opone a todo, sino una oposición que se opone a las cosas que se hacen mal.
De hecho en este tema siempre estuvimos distanciados del Gobierno. En su momento cuando dijimos que lo que había que hacer era ofrecerle a los buitres lo mismo que al resto, y recientemente cuando nos resultaba claro que lo mejor era evitar el default. En ambos casos por sostener nuestras convicciones recibimos agresiones e insultos. Pero nos mantuvimos firmes. Y ahora que finalmente el Gobierno toma el camino más razonable me parece que lo que corresponde es felicitar. Porque así se construye la democracia, con opiniones de muchos sectores que van cambiando y finalmente encontrando un punto de encuentro.
Lo más curioso fue que al final lo del relato no era para tanto. Cuando la Presidenta dijo que pagaría, los muchachos que estaban listos para quedares afónicos insultando a los buitres, estallaron en una ovación. Como decía mi mamá: será que a las palabras se las lleva el viento.

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