AMÉRICA LATINA NECESITA IGUALDAD Y SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL

Por Heraldo Muñoz

A mil días de la meta de 2015, América Latina y el Caribe parecen encaminados a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDGs, por sus siglas en inglés). La pobreza ha sido reducida a los niveles más bajos de las últimas tres décadas. Ha caído la mortalidad infantil y estamos luchando contra las enfermedades, con algunos países encabezando la innovación en acceso universal a la prevención del HIV/SIDA, su tratamiento y cuidado. Estos compromisos, establecidos trece años atrás, han conducido a la región a la sintonía fina de políticas sociales innovadoras que, junto a un rápido crecimiento económico y a la creación de empleo han coadyuvado a levantar a millones de la pobreza y reducido las desigualdades. Sin embargo, América Latina y el Caribe siguen siendo la región más desigual del mundo, y la más violenta. Peor aún, demasiadas mujeres mueren todavía durante el parto y los países necesitan fortalecer la paridad de géneros en materia de empleo y en los parlamentos, como así también mejorar el acceso a la educación y la salud reproductivas. Los aspectos sanitarios deben mejorar y es necesario hacer más para revertir la desforestación. Además, son insuficientes los logros promedio de MDG para países con desigualdades históricas. En los estados brasileños de São Paulo y Piauí, o en los estados mexicanos de Nuevo León y Chiapas, los logros comparados de MDG son considerablemente diferentes. Para atacar estas disparidades, el PNUD y otras agencias de la ONU han estado iniciado un partenariado con gobiernos para estimar el desarrollo en los niveles provincial (estadual) y municipal. Por ejemplo, esto ha conducido a Chiapas, el estado más pobre de México, a adoptar los MDGs como orientación para la reducción local de la pobreza y para otros programas sociales, resultantes en el mejoramiento de la educación y la salud. Nos quedan mil días para cerrar las brechas que aún subsisten. Pero este es, también, un momento crítico para discutir una estrategia de desarrollo en la región para las próximas décadas, teniendo en cuenta la igualdad y la sustentabilidad ambiental como elementos cruciales. La región necesita transformar los modelos de consumo y desarrollo, con países que se hagan cargo de su potencial como superpotencias de biodiversidad. La producción de alimentos, control de enfermedades, manufactura de remedies y turismo, entre otros, conforman el caso para el negocio de las inversiones sustentables. A pesar de los desafíos a enfrentar, la región muestra que el cambio es posible si los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado muestran voluntad de abordarlos con un objetivo común: alcanzar el desarrollo humano para todos. Artículo publicado en el Boletín del PNUD Mayo 2013. Traducción de Escanarios Alternativos