ES LA ANTÍPODA DE LA ISLA UTOPÍA
En la isla le rezan al Gauchito
San Bonos Truchos Mientras parlanchina caminaba de un lado a otro pensando cómo
iba a vengarse de los jueces de la isla, le dijo a Abalito, con su tono siempre
tan gentil: che, vos, tráeme un sándwich de jamón crudo Joselito Gran Reserva.
Pero quiero la edición especial Vintage 2004. Es ese que viene en el estuche
diseñado por Moneo. A sus órdenes respondió Abalito. Pero Willy Dark, que
estaba en la reunión, le dijo un poco nervioso. Su excelencia, tenemos un
pequeño problema para traerle un sándwich. ¿Qué problema? preguntó parlanchina.
Es que falta pan en la isla. No es fácil conseguirlo, dijo Willy Dark. ¿Cómo
que falta pan en la isla?, grito fuera de sí parlanchina. Aterrada por la
reacción de parlanchina Merche temblaba para darle la otra mala noticia. Tomó
ánimo y le dijo. Su excelentísima majestad, ese jamón lo hacen en una isla
vecina y hay que pagarlo en euros. El kilo de ese jamón especial está en 70
euros. ¿Y cuál es el problema? preguntó parlanchina. ¿Acaso yo no me merezco el
mejor jamón crudo con todo lo que estoy haciendo por estos isleños
desagradecidos? Es que se nos están cayendo las reservas día a día, dijo
Merche. No tenemos ni para pagar el jamón crudo. No me vengas con esas
estupideces, dijo parlanchina. ¿Acaso no aceptan nuestras hojas de palmera?
Intentamos que las aceptaran, pero nos respondieron con algunas palabras un
poco subidas de tono. Esos de la isla vecina son unos guarangos, dijo ofendida
Merech. Le ofrecimos los nuevos bonos que está truchando Willy Dark como si
fueran dólares y largaron una carcajada. Y agregó Merche, yo creo que los
gobiernos de las islas vecinas no valoran el modelo suyo. Tan nacional y
popular. Están aferrados al ajuste y al Consenso de Washington.
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Por eso a ellos
les va mal y a nosotros bien. Pero por ahora no podemos comprar el jamón crudo
en la isla vecina. No nos aceptan las hojas de palmera ni los bonos de Willy
que truchan ser dólares porque son unos envidiosos de su gobierno exitoso. ¿Y
cómo es qué falta pan en la isla? ¿Dónde está la harina? Preguntó parlanchina.
No hay pan y no puedo comer mi jamón crudo preferido. Hay especulación,
parlanchina, le contestó Willy Dark. Estos isleños son especuladores natos.
Guardan el grano esperando que suba de precio. Podrían vender sus granos y
quedarse con las hojas de palmera. Pero son tan avaros que no quieren pagar el
impuesto inflaciconario Llamen al náufrago para que nos explique qué está
pasando con el pan. Llegado el náufrago, parlanchina lo interrogó amenazante:
me dicen que falta pan en la isla. ¿Dónde está el pan? Y, dijo con indiferencia
el náufrago, para hacer pan se necesita harina y para hacer harina se necesita
trigo, que es lo que falta. ¿Y por qué falta trigo? preguntó amenazante
parlanchina. ¿Están especulando? Eso dijo Willy Dark, especulan. Mire,
respondió el náufrago, la culpa de que falte trigo es suya, le dijo a
parlanchina mirándola a los ojos, porque Ud. es una incompetente y tiene a ese
otro impresentable de Willy Dark que destruyó la producción de trigo. La cosa
es muy sencilla, unos años atrás Ud. decidió cerrar la exportación de trigo
para que el trigo fuera artificialmente más barato, y eso desestimuló la
producción. ¿Y por qué se desestimuló la producción si nosotros hemos ganado
una década de crecimiento a tasas chinas? preguntó parlanchina. Armándose de
paciencia, el náufrago le respondió: le voy a hacer una pregunta, si una
determinada mercadería tiene menor demanda, ¿el precio sube o baja? Baja
respondió parlanchina. Bueno, al cerrar la exportación de trigo Uds. bajaron la
demanda, el precio del trigo quedó determinado solo por la demanda interna, el
precio bajó y desestimuló la producción.
Además desaparecieron los productores
marginales de trigo, es algo típico cuando se establecen este tipo de restricciones.
No me venga con que hay marginalidad en esta isla porque nuestro modelo es de
inclusión social. Terminamos con la pobreza gracias a nuestro modelo. No hay
marginados. No, parlanchina, le dijo el náufrago, en economía se le dice
productor marginal al que teniendo mayores costos de producción que sus
competidores pero igual puede estar en el mercado por el precio que rige.
Supongamos que el precio de mercado de un producto es de 20 palmeras y tiene a
dos productores, el productor A que tiene costos de producción de 15 palmeras y
el productor B que tiene costos de producción de 18 palmeras. El productor B, a
pesar de tener costos más altos, igual puede producir porque sus costos están
por debajo del precio de 20 palmeras que rige en el mercado. Ahora bien, con
sus medidas de restringir las exportaciones, Uds. redujeron la demanda, el
precio del trigo bajó a 17 y por lo tanto solo el productor A puede mantenerse
en el mercado porque tiene costos de producción de 15 palmeras, pero como B
tiene un costo de producción de 18 palmeras, queda fuera del mercado porque el
precio artificialmente bajo de 17 palmeras no le cubre los costos de producción
a B. B es el productor marginal que desaparece y produce menos. ¿Me entendió?
Por supuesto respondió parlanchina, aunque en realidad ella no entendía nada de
economía, su fuerte era dar discursos inventando historias de mejorías que no
existían o escribirle cartas al Papa. No es verdad, dijo Willy Dark, lo que
pasa es que nuestra política es separar los precios internos de los
internacionales y Uds. no quieren aceptar que ese es el modelo. ¿Escuchó Ud.
hablar alguna vez de costo de oportunidad? Le preguntó el náufrago a Willy
Dark.
Si puedo exportar soja a precio internacional pero no puedo exportar
trigo, entonces me dedico a producir soja en vez de trigo y el trigo solo lo
siembro para rotar el campo. Como no es negocio producir trigo, destino el
grueso de mi capital de trabajo a producir soja en vez de trigo que no me deja
rentabilidad. Por eso falta pan, porque no hay harina y no hay harina porque no
hay trigo y no hay trigo por la torpeza de sus políticas. Pompi Kilombo, que
era un solado incondicional del modelo de parlanchina, saltó inmediatamente y
dijo: yo tengo la solución. Parlanchina la miró esperanzada y esperó la idea de
Pompi Kilombo. Mi idea es que cada uno se haga el pan en su casa. Pan casero
calentito y caserito. Ya mismo prepara un volante explicando cómo hacer pan
casero. Bien, Pompi Kilombo, exclamó parlanchina. ¿Y con qué harina van a hacer
el pan si no hay harina? Preguntó el náufrago.
Además, con el trigo hicieron
algo parecido a lo que hicieron con el sistema energético de la isla. Falta gas
y tienen que importarlo. No tienen harina ni gas. ¿Cómo hacen el pan? Entonces
que la gente coma pan negro, ordenó parlanchina. Eso lo van a conseguir y más
barato. Dudo, respondió el náufrago, porque el pan negro pasará a ser un
sustituto…, no había terminado la frase que parlanchina gritó: ¡yo soy
insustituible! Todos conspiran contra mí. El diario de la corneta, los jueces,
los productores, los periodistas, los fondos buitres, el mundo está en mi
contra porque soy exitosa. Cuando digo que el pan negro es un sustituto,
continuó el náufrago, estoy diciendo que es un bien sustituto. La margarina es
sustituto de la manteca, las velas que vamos a tener que usar por falta de
energía del gas van a ser sustitutos de la luz eléctrica. En el caso del pan,
si no hay pan blanco, aumentará la demanda de pan negro, subirá el precio y
tendrán otro problema. ¿Y qué solución propone para arreglar el problema de la
falta de harina? Importen trigo o harina, respondió el náufrago. Con su medida
populista Uds. dijeron que los productores eran unos especuladores, que iban a
exportar todo el trigo y que la gente no iba a tener harina ni pan, así que
cerraron la exportación de trigo y ahora no hay trigo, ni harina y estamos
justo en el punto que Uds. dijeron que iban a evitar en favor del pueblo. Las
mentiras tienen patas cortas, parlanchina. No tiene trigo ni para el mercado
interno ni para exportar. Si hubiese dejado que el productor ganara por su
producción de trigo hoy tendría trigo para el consumo interno y para exportar.
Pero no tenemos dólares para importar harina. De casualidad tenemos algunos
dólares para importar gas para que no nos quedemos sin luz, dijo Merche
desconsolada. ¿Cuántos dólares tiene de reserva? preguntó el náufrago. Unos 37
dólares, respondió Merche, mientras parlanchina agregaba. Estas es una era
ganada. Tenemos reservas récord como nunca en la historia de la isla, es un
problema transitorio. Además pagamos toda la deuda que nos dejaron. El náufrago
miró unos gráficos que tenía consigo y dijo. Así que tienen 37 dólares de
reservas, miré Ud. lo mismo que 13 años atrás cuando a un administrador de la
isla lo echaron. A mediados del 2000 Chupete, como le decían a ese
administrador, también tenía 37 dólares de reservas. Y encima el precio del
jugo de coco, principal producto de exportación, era un tercio del actual. No
estaba prohibida la compra de dólares, se podía girar utilidades y dividendos y
no estaba cerrada la economía. Francamente Uds. son un desastre. Con los
mejores precios de exportación del jugo de coco en décadas y se quedan sin
reservas. Le dije que pagamos la deuda que nos dejaron otros, gritó parlanchina.
En realidad le deben al Club de París, deben otra fortuna por juicios perdidos
en el CIADI que no pagaron, no le pagan lo que corresponde a los jubilados,
dilapidaron los ahorros que teníamos para nuestra jubilación, tienen a los
holdouts colgados del cuello y le llenaron el banco a Meche de bonos que no
sirven para nada. ¿De qué desendeudamiento me habla? Preguntó el náufrago. Sin
saber qué responder, parlanchina lo cortó y le dijo: estábamos hablando de la
falta de harina. Importar harina no podemos porque sería una catástrofe
política y no tenemos los dólares. Criticar es fácil, ¿qué propone? Mire, todo
lo que Uds. tocan lo destruyen. Destruyeron al sector ganadero, la producción
de trigo, los frigoríficos cerraron porque prohibieron la exportación de carne,
las economías regionales están destruidas, el sistema energético colapsado, el
transporte en la isla es un peligro. Uds. no tienen capacidad para administrar
esta isla. Lo único que les puedo decir es que dejen de regular todo y
permítanle a la gente trabajar en paz. Si Merche deja de emitir palmeras y Ud.
deja de gastar la plata de los habitantes de esta isla en populismo, podemos
empezar a ver alguna mejoría. Pero va a llevar tiempo.
Y dale con las ideas del
FMI, el Consenso de Washington, el neoliberalismo y el ajuste, se quejó
parlanchina. Diga algo diferente. Renuncie, le dijo tranquilamente el náufrago.
¿Cómo? ¿Qué yo renuncie? Eso es destituyente. Ud. es un golpista. Se va
inmediatamente de esta choza, gritó parlanchina. Ni bien se fue el náufrago,
todos la miraron a parlanchina y le dijeron: ni se le ocurra renunciar que no
vamos a encontrar isla en la cual refugiarnos en la que no haya extradición. Ni
loca renuncio, dijo parlanchina. Estos cretinos son capaces de acusarme de
corrupta y empezar a buscar por toda la isla las bóvedas que construyó mi
difunto esposo. Tenemos que hacer algo. Ya sé, dijo Me Quiero Ir, que había
permanecido callado. Tengo una gran idea. ¿Cuál? Preguntó ansiosa parlanchina.
Ud. que es amiga de Francisco, llámelo por teléfono y pídale que le rece al
gauchito San bonos truchos en dólares de Willy Dark. En una de esas la semana
que viene zafamos y ganamos un poco de tiempo hasta que se nos ocurra algo.
De Enrique Norberto Soria
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