Powered By Blogger

Visitas

domingo, 14 de julio de 2013

¿Robin Hood o Hood Robin?

¿Robin Hood o Hood Robin?

Por MARTIN TETAZ (*)
Twitter: @martintetaz

Los datos de la encuesta llegaron el viernes por la tarde, un par de días antes de hacer su aparición en los principales medios masivos de comunicación.
La única diputada que tiene “permiso” para hacerlo, entró al despacho de la Presidenta sin audiencia previa y puso el informe sobre la mesa. Las conjeturas respecto del impacto que había tenido la metodología del trabajo fueron variadas: que no se preguntó por partidos sino por candidatos; que Insaurralde todavía no está instalado; que Massa mide pero no tracciona, y un larguísimo etcétera.
Lo cierto es que la medición de los consultores mostraba al intendente de Tigre, 7,7 puntos por encima de su par de Lomas de Zamora, ambos cortados de la dupla del Frente Progresista Cívico y Social, que le sacaba una luz de diferencia al empresario colombiano.
Una ventaja suficiente para encender las alarmas de la Casa Rosada y poner en marcha el operativo recuperación. Se necesitaba un golpe de efecto; una medida que volviera a marcar la agenda del debate y que posicionara claramente en el espectro político al kirchnerismo, a la izquierda de los reclamos por el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, con el que Hugo Moyano paró el país el lunes pasado.
RENTA FINANCIERA
La propuesta que surgió entonces fue gravar la renta financiera; una medida marketinera que tiene poco impacto en las finanzas públicas, pero hace mucho ruido en el imaginario popular.
De acuerdo al Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del año 2013, el monto total de las exenciones impositivas asciende a $65.658 millones; un 7,98% de los $822.073 que planea recaudar el Gobierno.
No es que una mejora del 8% en la recaudación no sea importante, de hecho es un poco más que el 6,5% que todo el país destina a la educación, pero ocurre que la mayor parte de las ventajas tributarias no están en el Impuesto a las Ganancias, sino en el IVA, que se lleva $30.167 millones de tratos favorables.
En rigor, las exenciones al Impuesto a las Ganancias ascienden este año a 13.260,6 millones, apenas un 1,6% de la recaudación total.
Ahora bien, tal y como sostiene el propio proyecto de Ley: “Los más importantes beneficios en este tributo corresponden a las exenciones de los intereses de activos financieros (títulos públicos, depósitos bancarios y obligaciones negociables) y de las entidades sin fines de lucro”.
Pero antes de que el lector empiece a imaginar lo que se podría hacer con todo ese dinero, tenga en cuenta que el propio sector público (léase básicamente ANSES y BCRA) tienen el 58,1% de los títulos públicos y el 34,5% de los depósitos en plazo fijo nominados en moneda nacional, de modo que si se mantiene el privilegio a las entidades sin fines de lucro (como parece lógico), el nuevo impuesto permitirá aumentar la recaudación en menos de la mitad de esos 13.260 millones, en un monto que en el mejor de los casos ascenderá a los $5.000 millones.
Más aún; erosionará gravemente los fondos de los jubilados que están en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES y que se encuentran en su mayoría (un 64,4%) constituido justamente por títulos públicos y obligaciones negociables.
Afectará también a los que tienen plazos fijos en pesos, gravando una ganancia ficticia que en realidad no es tal, puesto que reciben tasas de entre el 14% y el 18%, cuando la inflación ronda el 25%, lo que ya de por sí implica una perdida en términos reales, que se verá agravada con el nuevo tributo.
GANANCIA REAL Y FICTICIA
Dicho esto, déjenme decirles que estoy a favor de la medida, en tanto y en cuanto se grave ganancia real y no ficticia (como en los plazos fijos) porque en general no soy partidario de las exenciones impositivas, dado que como dice el refrán “Ley pareja, no es rigurosa”.
Con lo que no acuerdo es con la relevancia que se pretende darle al tema, porque el mercado financiero es tan pequeño en nuestro país, que gravarlo es realmente insignificante respecto de los montos que puede aportar al fisco. Los 5.000 millones de pesos aquí estimados, representan tan sólo el 0,6% de la recaudación.
Tampoco acuerdo con el efecto que la propuesta tendrá sobre la equidad, porque la mayor parte de los títulos públicos son en realidad de los jubilados (ANSES) y muchísimos plazos fijos también pertenecen a familias de clase media, para abajo.
Si realmente se persiguen fines distributivos, una idea mucho más efectiva es la de devolver parte del IVA con las compras en los supermercados, por ejemplo, cosa que incluso podría hacerse con mucha facilidad en la medida que se masifique la famosa Super Card de Moreno. Pero claro, ello implicaría disminuir la caja del gobierno: un resultado que no parece estar en los planes del Gobierno.
Finalmente, Robin Hood era Robin Hood, porque les robaba a los ricos para darles a los pobres. Si el dinero que se recauda por los impuestos (idealmente cobrados a los que más tienen) se gasta en sobreprecios de obra pública, subsidios para las empresas que nunca los usan para invertir y privilegios para funcionarios que fracasan gestionando; en vez de Robin Hood, estaremos en presencia de un nuevo anti héroe: Hood Robin.

(*) El autor es economista, profesor de la UNLP y la UNNoBA, investigador del Instituto de Integración Latinoamericana (IIL) e investigador visitante del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (CEDLAS)



No hay comentarios:

Publicar un comentario