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viernes, 29 de abril de 2011

Carta del Dr. Ernesto Sanz

Correligionario/a,
Escribo esta carta para comunicarle que he tomado la decisión de retirar mi candidatura a la Presidencia de la Nación y dar mi apoyo al Dr. Ricardo Alfonsín como candidato oficial del radicalismo.
He tomado esta decisión porque siento que, en las actuales circunstancias, al hacerlo estoy sirviendo de la mejor forma posible a mi país y a los objetivos de nuestro partido.
Pienso que la Argentina está ante una de las mejores oportunidades de su historia. Que tenemos la ocasión en los próximos años de superar todo aquello que nos ha frenado en el pasado, de dar un salto adelante decisivo en la dirección del progreso y la modernización política y económica, y de ocupar un lugar preferente en el nuevo orden internacional que está naciendo.
Sostengo que el progreso de la Argentina exige un cambio político. Que el actual gobierno, transformado en una maquinaria partidista orientada únicamente a la conservación y el reparto del poder, se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo y en un preocupante factor de deterioro de la democracia. Que la Argentina necesita hoy un gobierno nuevo y distinto.
Estoy convencido de que muchos millones de ciudadanos desean que ese cambio político se produzca; y que la primera obligación de los dirigentes políticos de la oposición en este momento histórico es hacer políticamente posible el cambio, creando las condiciones que permitan alumbrar una nueva mayoría democrática capaz de ganar las elecciones y de sostener establemente un gobierno.
Creo que la UCR tiene que ser el eje necesario que articule esa alternativa de poder; pero que la nueva mayoría, para llegar a existir como tal,  tiene que ser socialmente amplia y políticamente transversal. Que ningún partido de la oposición ni ninguna de las actuales alianzas está en condiciones, por sí solo, de sumar todo lo que hay que sumar y aglutinar los millones de voluntades que se necesitan para que el cambio político sea una realidad en las próximas elecciones.
Este ha sido desde el primer momento el espíritu de mi candidatura. Este ha sido el mensaje que he repetido en todos los lugares ya través de todos los medios durante los últimos meses.
Sinceramente, creo que el esfuerzo no ha sido estéril. Hoy la urgencia del cambio político y la necesidad de alcanzar acuerdos para una nueva mayoría están más asumidos y se han incorporado al discurso de casi todos los dirigentes de la oposición, incluyendo a los de nuestro partido.  Si en alguna medida he contribuido a ello, puedo sentir que al menos una parte de los objetivos que me planteé al presentar mi candidatura  están hoy más cerca..
Pero al mismo tiempo que hemos extendido nuestras ideas, he podido constatar que no se dan en el momento actual las condiciones para que mi candidatura presidencial pueda liderar eficazmente este proyecto de cambio.
Creo profundamente en los principios y en los instrumentos de la democracia representativa. Creo en liderazgos democráticos sostenidos por fuerzas políticas fuertes y socialmente arraigadas. Y por supuesto, creo en las ideas y en los objetivos de la Unión Cívica Radical, el partido en el que militaré toda mi vida.
Perjudicar a mi país o debilitar a mi partido es la raya que jamás traspasaré en mi acción política. Es el límite infranqueable de cualquier ambición personal, por legítima  que sea. Y sólo he mantenido mi propósito de ser candidato mientras he creído que ello podía ser útil para hacer avanzar nuestro proyecto político. Hoy, creo que lo más útil que puedo hacer es apoyar al candidato que tiene el respaldo mayoritario de nuestro partido.
Si he predicado durante estos meses que todos los dirigentes políticos debemos dejar a un lado nuestras discrepancias y subrayar aquello que nos une para impulsar el cambio, debemos dar ejemplo de eso dentro de nuestro partido. Este es el espíritu de la decisión que hoy le comunico.
Seguiré defendiendo las ideas y los objetivos que han dado sentido a mi candidatura, que a mi parecer están plenamente vigentes. Lo haré activamente, dentro y fuera del partido. Lo haré lealmente, fortaleciendo y no quebrando la necesaria unidad. Y lo haré con la fuerza y la pasión que nacen de las convicciones más profundas.
Trataré de contribuir activamente a que la Argentina no pierda esta gran oportunidad y a que el cambio político, además de ser deseable para la mayoría, sea viable en la realidad. Desde nuestra común condición de afiliados al radicalismo, debemos trabajar para conseguirlo.
Un fuerte abrazo radical!
Dr. Ernesto Sanz

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