La profesora e investigadora María del Carmen Sillato relató las terribles torturas que sufrió en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura estando embarazada de tres meses, y el posterior...
La profesora e investigadora María del Carmen Sillato relató las terribles torturas que sufrió en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura estando embarazada de tres meses, y el posterior nacimiento de su hijo en cautiverio, en el marco del juicio oral por la causa Díaz Bessone que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario. También recriminó a los jueces que sólo hubiera tres de los seis imputados presentes en la sala de audiencias.
Sillato fue secuestrada junto a su compañero Alberto Gómez, estando embarazada de tres meses, en un operativo del que participó el propio jefe policial Agustín Feced, y ambos trasladados al SI. Allí fue interrogada por Nilda Folch y el imputado Cady Chomicki. Relató que mientras era torturada "yo gritaba por mi hijo y en un momento les grito si ellos no tenían hijos y me contestaron: «Ustedes tienen animales»".
Dijo que también torturaron a su pareja "casi un día entero, hasta que lo tiran a mi lado y, dado el estado en que se encontraba, pensé que estaba muerto". Entre los torturadores identificó a los acusados Cura Marcote —quien incluso intentó violarla—, Pelado Vergara, Archi Scortechini, Carlos Altamirano y Darío Fermoselle, entre otros. También dijo que fue interrogada por un juez militar mientras era torturada, ocasión en que se le corrió la venda y pudo ver al también imputado Rubén Lo Fiego quien "se detenía (en torturar) en la cara y los pechos, la vagina y el estómago". Añadió que "de cómo saltaba mi cuerpo con las descargas eléctricas se me dislocó la rodilla y el militar me preguntó si quería abortar".
También dio cuenta de la participación del ex capellán de la policía Eugenio Zitelli: "Estando en la alcaidía de Jefatura nos visitó Zitelli. Le dije que ahí al lado estaban torturando y matando, me contestó: «Piense en su alma, salve su alma»".
Además, mencionó a varias víctimas que vio en el SI, como Roberto Luna, que apareció muerto tras un supuesto enfrentamiento; Marisol Pérez Losada, seis integrantes del partido Poder Obrero, el cura Miguel Nicolao y Analía Urquizo.
En la alcaidía de mujeres compartió cautiverio con María Inés Luchetti de Bettanín y su suegra Elba Juana Ferraro de Bettanín y con las hermanas Marciani, entre otras, y de donde fue sacada para dar a luz a su hijo Gabriel en terribles condiciones en la entonces Asistencia Pública. Posteriormente, fue trasladada al penal de Devoto y al obtener la libertad se exilió en Canadá, donde actualmente reside.
Sillato cerró su testimonio refiriéndose al trabajo que desarrolló sobre el efecto terapéutico de la escritura ante la vivencia de situaciones traumáticas, que dio como resultado el libro "Huellas, memoria de resistencia", del que participó la sobreviviente Marta Bertolino.
Ante la pregunta de Sillato a los magistrados sobre por qué, si había seis imputados en la causa, sólo estaban presentes en la sala tres de los represores, el juez Jorge Venegas Echagüe le respondió escuetamente: "Están en el Tribunal pero no en la sala".
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