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jueves, 19 de abril de 2012

Una claúsula obliga a YPF a pagar de inmediato una deuda de u$s 3.000 millones

JULIÁN GUARINO 
Buenos Aires


LA PETROLERA NEGOCIA CON LOS BANCOS SU PASIVO FINANCIERO

En las próximas horas, al menos una veintena de bancos de capital nacional y extranjero radicados en Argentina y en el exterior, se sentarán en la mesa del Gobierno nacional para exigirle que les sea reintegrados de inmediato el dinero de los préstamos otorgado a la empresa YPF en los últimos años. La cifra asciende a u$s 2.908 millones al 31 de diciembre de 2011, aunque se presume que en los últimos tres meses ese monto ya habría cruzado los u$s 3.000 millones.

Quienes conducen desde el lunes la petrolera están obligados a hacerlo: una cláusula gatillo que figura en el grueso de los préstamos contraídos por la petrolera y que se activa en forma instantánea ante la ocurrencia de un hecho determinado prevé, en el caso de YPF, que ante un cambio material adverso en la naturaleza accionaria de la firma, la compañía debe acelerar la cancelación de los préstamos, es decir, que debe honrarlos de inmediato. 
 
En la presentación de resultados y detalle pormenorizado del funcionamiento de la compañía que hacen las empresas en la Bolsa de Nueva York  formulario 20-F figura generalmente un apartado donde se advierte al inversor de los compromisos asumidos por las partes, y los covenants (ver facsímil). 
En rigor, y según los especialistas consultados pero que pidieron reserva, el derecho de los acreedores a percibir el dinero financiado se activa en el mismo instante en que ese cambio material se hace presente. Esta cláusula, que se encuentra englobada bajo el concepto de los covenants es decir, un acuerdo entre un prestamista que ofrece recursos financieros a un deudor, y por el cual éste se compromete a ejecutar determinados actos estipulados no sólo figura en los préstamos bancarios, sino también en los prospectos de emisión de los bonos de la petrolera. 
 
Esta mañana está previsto que el flamante director económico-financiero de YPF, Nicolás Arceo, se reúna con la dirección de un banco de capital extranjero, que además de haber prestado dinero a la compañía, también ha servido en numerosas ocasiones de agente para un préstamo sindicado (varios bancos juntos) junto al resto de las entidades, función que además de reportarle ganancias extras hoy le pone a la entidad una cuota extra de responsabilidad.  
Existe muchísimo temor por parte de los bancos ya que en muchos casos deben exigir que se cumpla esta cláusula pero al mismo tiempo tienen miedo de las represalias que puede tomar el Gobierno, dijo una fuente relacionada con el manejo financiero de la petrolera. En el caso de las entidades de capital extranjero que, a la vez, tienen actividad en la Argentina, el compromiso es doble. Según pudo saber El Cronista, alguna de estas entidades mantienen fluidos contactos por estas horas con sus casas matrices, que les exigen hagan efectiva la ejecución de las cláusulas, algo que para quienes comandan las entidades locales no resulta conveniente. En cambio, otros directivos se inclinan por acercarse al Gobierno para renegociar las pautas de los préstamos que mantiene la petrolera.

Por citar un ejemplo, una cláusula similar fue invocada por el Rabobank de Holanda para que la empresa Quilmes cancelara su préstamo de u$s 100 millones en la crisis social y económica que finalizó con la caída del gobierno de Fernando De la Rúa y la posterior devaluación del peso.

El regreso de los bonos

Como se dijo, YPF mantiene deudas con numerosos bancos. Según números del BCRA, con Banco Nación, por ejemplo, la firma mantiene una deuda de $ 840 millones mientras que entre Banco Macro y Banco Galicia le han financiado a la petrolera casi $ 1.000 millones. En el caso del BBVA Banco Francés, los $ 397 millones que mantiene YPF como deuda son apenas superiores a los $ 374 millones que le ha prestado el Banco Santander Río. Incluso el Hipotecario ha financiado en $ 201 millones.
Sin embargo, los préstamos que ha contraído no tienen todos la misma naturaleza. Por un lado, la petrolera ha celebrado préstamos denominados cross-border, que en muchos casos son gestionados por una entidad local cuya casa matriz es la que hace finalmente el desembolso. Como la tasa de interés que se cobra por el préstamo está sujeto al impuesto a las Ganancias (holding tax), el tomador no sólo debe pagar la tasa, sino también la alícuota que le corresponde al impuesto. Por otro lado, los préstamos cuyo desembolso fue realizado por entidades locales, están exentas del pago de este impuesto ya que se rigen por la Ley 21.526 del BCRA. 
 
El argumento que hoy manejan los banqueros para provocar una reacción en quienes conducen YPF es que la empresa a la que le habían realizado las mediciones de riesgo crediticio para otorgarle el dinero y aplicarle una tasa de interés en función de ese riesgo hoy no existe y que, en cambio, la actual YPF es una empresa de naturaleza distinta con otro management y otros planes de negocio. 
 
En el caso de los bonos que ha colocado la empresa, esta cláusula obliga a la compañía a reintegrarle el dinero de todas las emisiones realizadas. El prospecto señala que si ocurriera un cambio de control cada tenedor de bonos tendrá el derecho de requerirnos el rescate total o parcial de su tenencia de Obligaciones Negociables a un precio de rescate igual al 101% del valor nominal más intereses devengados e impagos.

Mientras en 2009 el stock de préstamos de YPF era de $ 6.819 millones, en 2011, esa cifra llegó a $ 12.767 millones, lo que representa un incremento de 87%. Así, YPF se endeudó con bancos y emisiones de bonos en unos $ 247 millones por mes durante los últimos 2 años.


FUENTE: http://www.cronista.com


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