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Horacio Machado " La Minería moderna, no sirve para satisfacer las necesidades vitales”
Horacio Machado, profesor de la Universidad de Catamarca en el Foro Minería realizado ayer en la Universidad Salesiana (Quito), ...
Según
varios expertos, la minería moderna no genera riqueza a los países
proveedores de los metales. En América Latina, particularmente, porque
los recursos extraídos no se refinan en el territorio del país que los
extrae. Además, porque el interés se concentra en los metales preciosos,
como el Oro, cuya utilidad no es industrial, sino monetaria. El
Ecuador, para ellos, no será la excepción.
Casos como el de Argentina revelarían que la explotación a gran escala no es una fuente de desarrollo. Datos expuestos por Horacio Machado, profesor de la Universidad de Catamarca en el Foro Minería realizado ayer en la Universidad Salesiana (Quito), muestran que los recursos mineros contribuyen solo con alrededor del 0,43% a los ingresos de ese país. En el caso de Perú, la contribución también es mínima (6,9%) y en Chile llega al 15,8%.
Estos niveles de participación de ingresos no se equiparan con la importancia de los ingresos petroleros. Por ejemplo, en Ecuador representan alrededor del 50%, le siguen las remesas y luego las exportaciones totales.
Desde el punto de vista de generación de empleo, la actividad también registra porcentajes mínimos de participación en relación a los mercados laborales de los países. En Chile representa el 0,8%, en Perú el 0,9% y en Argentina el 0,06%.
Debate
El discurso de los gobiernos de América Latina, sin embargo, tiene un factor común: que es imposible vivir sin minería (porque lo que se extrae sirve para hacer todo lo que se utiliza en la cotidianidad), que servirá para el desarrollo y ayudará a salir de la pobreza. En este criterio coincide el presidente, Rafael Correa y su Régimen.
Machado opinó que, “de cierta manera es así, pero depende del tipo de minería de la que se habla”.
En el caso de la minería moderna, explicó que “no sirve para satisfacer las necesidad vitales” porque se basa en la extracción de los metales preciosos. Metales que “sirven como medio de cambio”. El oro, cuya cotización en las bolsas de valores es de alrededor de 1.700 dólares la onza, muestra esta realidad.
En la práctica, “el 95% de lo que se extrae se destina para joyas (que no se hacen en los países en donde se explota) y para el respaldo financiero”. El problema, además, sería, según el entendido, que esos metales no son refinados en los países de donde se extraen. Es decir, no se desarrolla una industria de producción de joyas.
William Sácher, experto en el tema, agregó que ‘al valor de riqueza’, el incremento en la demanda de metales también se refleja en el “incremento en los gastos militares (en la elaboración de armamento)”.
Realidades destrozadas
Este tipo de minería es ‘devastadora’ para los países proveedores. América Latina es en la actualidad el mayor provisor, según datos de Machado (ver recuadro). Pero el problema para Sácher es que los recursos se están agotando, por lo que, la tendencia es “extender la frontera extractiva y extraer en yacimientos con baja concentración”.
Por ejemplo, en el caso de un proyecto minero en Catamarca, a cargo de la compañía Alumbrera, por cada tonelada de tierra reventada se obtiene apenas 0,3 gramos de metal.
La demanda de insumos de la explotación minera además es alta. Solo en electricidad, Alumbrera demandó en 2008, 840.000 Megavatios (M/W) hora/año. Toda la provincia de Catamarca, en cambio, 475.735 MW.
1.700
dólares cuesta la onza de oro.
15,8%
de los ingresos chilenos son de la minería.
Casos como el de Argentina revelarían que la explotación a gran escala no es una fuente de desarrollo. Datos expuestos por Horacio Machado, profesor de la Universidad de Catamarca en el Foro Minería realizado ayer en la Universidad Salesiana (Quito), muestran que los recursos mineros contribuyen solo con alrededor del 0,43% a los ingresos de ese país. En el caso de Perú, la contribución también es mínima (6,9%) y en Chile llega al 15,8%.
Estos niveles de participación de ingresos no se equiparan con la importancia de los ingresos petroleros. Por ejemplo, en Ecuador representan alrededor del 50%, le siguen las remesas y luego las exportaciones totales.
Desde el punto de vista de generación de empleo, la actividad también registra porcentajes mínimos de participación en relación a los mercados laborales de los países. En Chile representa el 0,8%, en Perú el 0,9% y en Argentina el 0,06%.
Debate
El discurso de los gobiernos de América Latina, sin embargo, tiene un factor común: que es imposible vivir sin minería (porque lo que se extrae sirve para hacer todo lo que se utiliza en la cotidianidad), que servirá para el desarrollo y ayudará a salir de la pobreza. En este criterio coincide el presidente, Rafael Correa y su Régimen.
Machado opinó que, “de cierta manera es así, pero depende del tipo de minería de la que se habla”.
En el caso de la minería moderna, explicó que “no sirve para satisfacer las necesidad vitales” porque se basa en la extracción de los metales preciosos. Metales que “sirven como medio de cambio”. El oro, cuya cotización en las bolsas de valores es de alrededor de 1.700 dólares la onza, muestra esta realidad.
En la práctica, “el 95% de lo que se extrae se destina para joyas (que no se hacen en los países en donde se explota) y para el respaldo financiero”. El problema, además, sería, según el entendido, que esos metales no son refinados en los países de donde se extraen. Es decir, no se desarrolla una industria de producción de joyas.
William Sácher, experto en el tema, agregó que ‘al valor de riqueza’, el incremento en la demanda de metales también se refleja en el “incremento en los gastos militares (en la elaboración de armamento)”.
Realidades destrozadas
Este tipo de minería es ‘devastadora’ para los países proveedores. América Latina es en la actualidad el mayor provisor, según datos de Machado (ver recuadro). Pero el problema para Sácher es que los recursos se están agotando, por lo que, la tendencia es “extender la frontera extractiva y extraer en yacimientos con baja concentración”.
Por ejemplo, en el caso de un proyecto minero en Catamarca, a cargo de la compañía Alumbrera, por cada tonelada de tierra reventada se obtiene apenas 0,3 gramos de metal.
La demanda de insumos de la explotación minera además es alta. Solo en electricidad, Alumbrera demandó en 2008, 840.000 Megavatios (M/W) hora/año. Toda la provincia de Catamarca, en cambio, 475.735 MW.
1.700
dólares cuesta la onza de oro.
15,8%
de los ingresos chilenos son de la minería.
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