Catamarca: cómo está integrada la patota que atacó a los asambleístas
Los asambleístas que protestaban contra la megaminería levantaron el acampe en Cerro Negro después de algunos enfrentamientos con la policía local. También fueron atacados por una patota compuesta por trabajadores de La Alumbrera, empleados municipales y barrabravas tucumanos. “Tienen todo el apoyo oficial, hasta les levantaron la basura”, señalan. Siguen los cortes en las rutas.
Después de 11 días los asambleístas que se encontraban a la vera del cruce de la ruta nacional 40 y la provincial 60, en Cerro Negro, Catamarca, levantaron el campamento que habían montado para protestar contra la megaminería a cielo abierto. También decidieron interrumpir los cortes selectivos al tránsito para impedir la circulación de camiones con insumos para Minera Alumbrera aunque el mecanismo se está repitiendo esta tarde en Patquía, La Rioja.
De todas maneras, la situación no se resolvió sin violencia. Es que, según denunciaron los asambleístas, hubo una fuerte represión por parte de la policía catamarqueña con ayuda de la fuerza riojana. Pero el primer trabajo sucio lo hizo una “patota” supuestamente pagada por La Alumbrera pero que tiene cierto respaldo oficial.
Ayer, cerca de las 16 el jefe del operativo policial, un comisario de apellido Navarro, le anunció a los asambleistas que debían levantar el corte porque así lo señalaba la orden de desalojo emitida por la fiscal de Tinogasta Silvia Álvarez. En principio, los manifestantes se negaron porque la ruta 40 es nacional y Álvarez no tiene competencia federal.
Luego de algunos disturbios con la patota y el Kuntur, grupo de elite de la policía de Catamarca, en los que una asambleísta resultó herida, decidieron levantar el campamento.
Así, el grupo decidió trasladarse a San Blas de los Sauces, una pequeña localidad en territorio riojano. “Hubo bombas de estruendo, gritos, palazos. En la entrada de San Blas, la policía de Catamarca nos estaba esperando, nos desviaron al pueblo y hubo un enfrentamiento violento en jurisdicción de La Rioja”, le dijo Julieta, una de las asambleistas, a La Política Online.
Sumado a ese enfrentamiento, otro grupo decidió partir hacia Córdoba pero en el camino también fueron escoltados por la policía. De todos modos, algunos permanecen hoy en Patquía, al sur de La Rioja, donde los asambleístas están realizando otro corte selectivo.
“El micro iba prácticamente secuestrado y no se respetaron las libertades individuales, no los dejaron parar en ningún lado y siempre fueron acompañados por la policía y la patota”, denunció Julieta.
¿Quiénes componen la famosa “patota” bancada por La Alumbrera? Según señalan los asambleístas se trata de un grupo bastante heterogéneo. Por un lado, dentro de ese grupo habría empleados y trabajadores de la propia empresa. De hecho, en los primeros días del acampe ellos también se identificaban como “Catamarqueños por el Trabajo””.
Pero además también formarían parte de “la patota” trabajadores municipales de Belén, Tinogasta y Londres, todos municipios controlados por el kirchnerismo y que responden a la gobernadora Lucía Corpacci.
“Ellos se movían en vehículos oficiales. Todos estos días les estuvieron trayendo, agua, leña y alimentos con camionetas de las municipalidades y la Alumbrera. Además, todo el tiempo compartían sus cosas con la policía, lo que marca el nivel de respaldo oficial que tienen. Hasta les juntaron la basura”, señalan los asambleístas.
También la patota tendría un componente extraterritorial: parte de la barrabrava del club San Martín de Tucumán, que milita en el Argentino A, lo que indicaría cierta injerencia del gobernador tucumano José Alperovich.
De todas maneras, la situación no se resolvió sin violencia. Es que, según denunciaron los asambleístas, hubo una fuerte represión por parte de la policía catamarqueña con ayuda de la fuerza riojana. Pero el primer trabajo sucio lo hizo una “patota” supuestamente pagada por La Alumbrera pero que tiene cierto respaldo oficial.
Ayer, cerca de las 16 el jefe del operativo policial, un comisario de apellido Navarro, le anunció a los asambleistas que debían levantar el corte porque así lo señalaba la orden de desalojo emitida por la fiscal de Tinogasta Silvia Álvarez. En principio, los manifestantes se negaron porque la ruta 40 es nacional y Álvarez no tiene competencia federal.
Luego de algunos disturbios con la patota y el Kuntur, grupo de elite de la policía de Catamarca, en los que una asambleísta resultó herida, decidieron levantar el campamento.
Así, el grupo decidió trasladarse a San Blas de los Sauces, una pequeña localidad en territorio riojano. “Hubo bombas de estruendo, gritos, palazos. En la entrada de San Blas, la policía de Catamarca nos estaba esperando, nos desviaron al pueblo y hubo un enfrentamiento violento en jurisdicción de La Rioja”, le dijo Julieta, una de las asambleistas, a La Política Online.
Sumado a ese enfrentamiento, otro grupo decidió partir hacia Córdoba pero en el camino también fueron escoltados por la policía. De todos modos, algunos permanecen hoy en Patquía, al sur de La Rioja, donde los asambleístas están realizando otro corte selectivo.
“El micro iba prácticamente secuestrado y no se respetaron las libertades individuales, no los dejaron parar en ningún lado y siempre fueron acompañados por la policía y la patota”, denunció Julieta.
¿Quiénes componen la famosa “patota” bancada por La Alumbrera? Según señalan los asambleístas se trata de un grupo bastante heterogéneo. Por un lado, dentro de ese grupo habría empleados y trabajadores de la propia empresa. De hecho, en los primeros días del acampe ellos también se identificaban como “Catamarqueños por el Trabajo””.
Pero además también formarían parte de “la patota” trabajadores municipales de Belén, Tinogasta y Londres, todos municipios controlados por el kirchnerismo y que responden a la gobernadora Lucía Corpacci.
“Ellos se movían en vehículos oficiales. Todos estos días les estuvieron trayendo, agua, leña y alimentos con camionetas de las municipalidades y la Alumbrera. Además, todo el tiempo compartían sus cosas con la policía, lo que marca el nivel de respaldo oficial que tienen. Hasta les juntaron la basura”, señalan los asambleístas.
También la patota tendría un componente extraterritorial: parte de la barrabrava del club San Martín de Tucumán, que milita en el Argentino A, lo que indicaría cierta injerencia del gobernador tucumano José Alperovich.
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