¿Cómo se puede probar un delito privado y
aberrante si nadie conoce la identidad de los niños afectados? Ahí está
el secreto que guarda los privilegios del execrable hombre de sotana.
Un político prominente le entregó un informe a un Ministro de Seguridad
en el que describía políticas para salvaguardar la integridad de los
niños en situación de calle. Fue durante un almuerzo. El Ministro no
pudo ingerir alimento por el asco que le dio el compromiso de tener que
hablar con semejante personaje.
El mismo ministro le contó el
incidente a su jefe de policía. Le dijo que en ese momento quiso pegarle
al político porque tenía la información de sus aberrantes actos
privados con niños.
Omitimos los nombres porque el caso
llegó a la justicia, pero es harto difícil conseguir testigos en la
causa. Los niños son vejados en orgías y devueltos a la calle o a su
lugar de alojamiento (si lo tienen). Pero mejor que vuelvan a donde los
hospedan, porque ahí si cuentan el secreto y quizás ven en TV a quienes
participaron en ese ritual inmundo, todo queda entre cuatro paredes.
No nos atrevemos a decir que la "Fundación Felices los Niños" ofrecían
chicos alquilándolos a pedófilos de alto poder adquisitivo, varios
ricos y famosos, no lo podemos probar en la justicia. Pero la vida
ostentosa del curita del Oeste no es sólo por temas de blanqueo de
dinero. ¿Cómo es eso? Sencillo, vos hacés una donación de dinero a
una institución u ONG y ellos te entregan un recibo por una cifra mucho
mayor a la que aporta. Una parte le queda al administrador de la
fundación y vos le demostrás a la AFIP que ese dinero lo descontás a
cuenta de impuestos.
Esto lo hace en la Argentina desde las empresas fantasmas del Cartel de Sinaloa (los
narcos mexicanos del "Chapo" Guzmán) hasta el almacenero de la esquina
de tu casa. Es como adquirir autos lujosos a nombre de personas
discapacitadas. Tramas para lavar guita, hay miles.
Pero detrás de esos ojitos que hablan solos (mirá la foto de Grassi,
su mirada macabra y decíme si le dejarías a su cuidado a tus niños). En
Francia se estudia en criminología el lenguaje corporal de los
delincuentes, y se comienza por los ojos y la mirada. Es casi como una
huella digital.
Y en la Argentina siempre se habla de
la pedofilia en las capas más bajas de la sociedad, pero esa aberrante
costumbre tiene más adeptos entre gente pudiente, aunque no hay
estadísticas comprobables. Y las estadísticas de los casos judiciales no
son válidas, porque muchos de quienes son investigados por abuso de
menores pagan mucho a los corruptos para seguir impunes.
Hace
unos años conocimos a unos hackers que hacen maravillas metiéndose en
informáticas ajenas. Nos contó un acuerdo que tienen con INTERPOL que explica un poco el sentido de este informe.
La
confesión a grandes rasgos fue la siguiente (no es textual, solo el
concepto): "Nosotros(los hackers) tenemos acuerdos con INTERPOL, no nos
metemos en cuentas bancarias ni desviamos fondos. Solo trabajamos en
casos de espionaje y .contraespionaje industrial. No en casos políticos
ni de entidades financieras. Pero a cambio de ello -por tener un tráfico
intensivo en Internet- detectamos intercambio de informaciones sobre
pedofilia y se las pasamos a la policía, y existe mucho y de gente
poderosa. Pero no siempre llega a la justicia, los depravados pagan
protección por eso".
¿Redordás el psicólogo Jorge
Corsi, pedófilo de alta gama que compró su liberación cuando debería
haberse muerto en cárcel por sus delitos contra niños?
No te estoy diciendo que "Felices los Niños" alquilaba sus chicos aricos y famosos y a cambio de eso aún Grassi maneja su negocio desde la cárcel.
Te
cuento la historia y vos sacá tus conclusiones. Y si vas bloguear una
opinión, no caigas en la imbecilidad de decirme que vaya a la Justicia y
presente pruebas. La justicia lo sabe, conoce cuál es el bunker
político porteño donde se realizaban estas macabras reuniones de grandes
con chicos. Pero hasta ahora no lograron saber la identidad y la
posibilidad que los chicos hablen. Les tiraban unas golosinas y les
infundieron terror para mantenerse en silencio. Los caramelos
desaparecen, el terror permanece de por vida.
Infelices los niños con ese tipito que goza de privilegios carcelarios como nadie.
FUENTE: http://www.diarioveloz.com
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