La noche previa a
la final, hubo una fuerte discusión de los principales referentes con Julio
Grondona, porque no se cumplió con la cantidad de entradas prometida para sus
familiares. La calentura del plantel sigue.
Cuando se juega una final, no hay que
descuidar nada, ni siquiera en lo extrafutbolístico, porque es la única manera
de generar un clima ideal donde el equipo sólo se preocupe por rendir al máximo
de sus posibilidades. Si en las horas previas existe rispidez entre cualquiera
de las tres partes (dirigentes-cuerpo técnico-jugadores), lo más probable es
que no se llegue al objetivo final de la mejor manera.
Alguna vez pasó con el anuncio de Riquelme
horas antes de jugarse una final de Libertadores y ahora también con las
palabras del representante de Sabella previo al partido decisivo de este
Mundial, anunciando que el DT se iba. Y para completarla, se le sumó otro
trascendido, vinculado a las entradas que la AFA debía entregarle a los
jugadores, que provocó una discusión fuerte, justo el día antes del choque con
los alemanes.
Al parecer, el sábado a la noche, cuando
los dirigentes debían darle los tickets a los futbolistas, para distribuir
entre familiares y amigos, no se cumplió con la entrega habitual, que rondaba
alrededor de veinte por cabeza. La entrega fue de la mitad y en algunos casos
menor, lo que motivó un fuerte fastidio en los jugadores, que habían trasladado
a más allegados que de costumbre, por tratarse de una final. Para citar un
ejemplo, Angel Di María había fletado un charter privado, con toda su familia y
conocidos, los que en su mayoría se quedaron afuera.
El malestar fue tanto, que los principales
referentes del plantel, entre ellos Javier Mascherano, Martín Demichelis y
Ezequiel Lavezzi, pidieron una reunión con el mismísimo Julio Grondona,
presidente de la AFA, para manifestarle sus quejas. Y allí, al encontrarse con
una negativa rotunda a entregar más tickets, la discusión fue subiendo de tono
hasta llegar a los gritos.
A tal punto, que según se pudo saber,
Javier Mascherano le anunció a Grondona que mientras él siga al frente de la
AFA ”nunca más voy a jugar en la Selección“.
”Esto es una falta de respeto, una
vergüenza. Si Argentina llegó a la final y un país está alegre, es gracias a
nosotros, los jugadores. Y ustedes dejan afuera a nuestros seres queridos“, fue
otra frase que resonó en la tensa reunión, que como era de esperar terminó mal,
a unas pocas de jugarse la final de un Mundial. Realmente una desprolijidad
grave, que no tiene explicación.
FUENTA: Independiente Crece
No hay comentarios:
Publicar un comentario