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sábado, 18 de febrero de 2012

la OFEMI en Santa Cruz, el modelo de los dinosaurios

Ya comenzó a “trabajar” la OFEMI en Santa Cruz. Avanzada del Ministro Gilmartin, con argumentos deplorables


17/02 – 16:30 - Con argumentos poco menos que infantiles, sesgados absolutamente del eje principal de discusión y evitando la “verdadera discusión” que se debe dar en minería, los funcionarios provinciales del área de la Producción y empresas, como así también el Vicegobernador, salieron a defender la minería sin la menor creatividad, utilizando para ello el contraataque con argumentos como la “demonización”, la “politización”, “el sensacionalismo” y justificando (infantilmente) que porque usamos relojes, autos y bicicletas, no podemos renegar de la minería. Del aumento de regalías y el impacto medio ambiental, nadie habló (obvio).(Por Rubén Lasagno para OPI Santa Cruz)
La Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI) comenzó a funcionar sin pérdida de tiempo. En Santa Cruz el Ministro de la Producción Lic Rafael Gilmartin, el presidente de la Federación Económica de Santa Cruz, Guillermo Polke y el Vicegobernador de la provincia Fernando Cotillo, fueron los encargados de impulsar una avanzada de opinión sobre el tema minero, como forma de “explicar” a la opinión pública, los aspectos más sobresalientes de la actividad, ocultar los aspectos negativos, excluir de la discusión los aspectos económicos (que verdaderamente interesa ocultar a las mineras) e invertir los argumentos de quienes se oponen a la falta de transparencia y los negociados entre las multinacionales y el gobierno. Para no extendernos, solo tomaremos los dichos del Ministro y reproducida por todos los medios afines, que por su investidura, las palabras toman mayor dimensión y compromiso.
En este marco Gilmartin dijo “uno escucha a veces algunos noticieros y lee en diferentes medios gráficos y demás, inclusive algunos radiales, encontrándose con gente que demoniza a la minería sin tener bases que la gente logre llegar a entender, hablando del cianuro sin tener conocimiento del manejo del producto en las minas de oro y plata”. Y para rematar este increíble argumento, agregó una frase aún más desopilante: “El cianuro no contamina – dijo – y en Santa Cruz nunca se produjo un accidente grave de derrame en los yacimientos”.
De esta manera el Ministro sintetiza todo a una sola frase: “son todos idiotas y hablan por hablar”. La subestimación que hace el funcionario, de la inteligencia y las competencias del periodismo es tan increíble que termina hablando mal de él mismo. Creer que del lado de las críticas no existen competencias y que todos somos estúpidos, es de una soberbia que pinta de cuerpo entero la incapacidad que tienen nuestros gobernantes para sumirse en la autocrítica y por otro lado, la vergonzosa defensa corporativa que hacen de los negocios que son consecuentes con las políticas del gobierno nacional, objetivo final de la flamante OFEMI.
Para contrarrestar la mala fe del Ministro Gilmartin (pues, no se puede considerar de otra forma su actitud), al hacer tamañas implicaciones, le vamos a recordar que el Parlamento Europeo confeccionó un extenso informe donde pidió la prohibición del cianuro en la actividad minera, de manera expresamente fundada. Y a menos que el funcionario crea que los integrantes del Parlamento Europeo son gente que “no logra entender el cianuro y habla sin tener conocimiento del manejo del producto en las minas de oro y plata, me inclino a pensar que es más fácil comprender que Gilmartin trata de mentirnos, a que el Parlamento Europeo está hablando sin fundamentos.
Podemos adelantarnos a la contestación de manual que recibe este episodio: “La corte Europea desestimó la denuncia del Parlamento, de prohibir el cianuro” y es cierto; lo que hay que decir, es que los fundamentos jurídicos que usó el supremo órgano europeo para desestimar la denuncia no estuvo vinculado a la falta de toxicidad del cianuro sino a que la prohibición de la minería en Europa crearía un colapso social e industrial de tal magnitud que hace impensable la adopción de una medida de ese tipo, en contra de una explotación que hasta el momento no ha encontrado una alternativa más eficaz y menos contaminante para la obtención de los minerales.
Gilmartin afirmó “nosotros históricamente no hemos tenido incidentes de gravedad en los 14 años que llevamos en exploración y explotación de esos recursos en la provincia, ya que nunca hubo un derrame que atente contra la salud de un solo habitante de Santa Cruz. Las informaciones se van tergiversando entre la verdad y la mentira detrás de estos grandes medios, donde hay intereses adversos a las políticas de desarrollo que pueda llegar a tomar el actual Estado nacional”.
Aquí el Ministro desecha de plano la existencia de “accidentes graves” en los yacimientos, en los 14 años que lleva la minería en Santa Cruz. Pero, con la misma liviandad y falta de rigor con que Gilmartin trata este delicado punto, podemos decir que son innumerables los accidentes ocurridos en los yacimientos en los últimos años y podríamos estimar que existen muchos más de los cuales no tenemos conocimientos.
Derrames de compuestos cianurados por roturas de conductos, volcado de líquidos altamente contaminados en sueldos sin protección y roturas de las mallas en los estanques de los diques de colas, son solo algunos de los incidentes que hemos venido reportando en varias oportunidades desde nuestro medio. Desde la Secretaría de Medio Ambiente y de la Producción, siempre hicieron silencio o, en el mejor de los casos, han salido a justificar alas empresas (tal como sucedió con Vera en el último derrame de Triton).
Gilmartin pretende destruir los argumentos de quienes acusan a la minería de contaminar la salud de las poblaciones impactadas, sosteniendo que “no existen pruebas de que la gente se enferme por efecto de la minería”, en tanto, utilizando el mismo principio del hecho supuesto al que recurre Gilmartin, podemos decir que tampoco hay pruebas que avalen lo que el gobierno dice, en relación a que la minería no afecta la salud del ser humano.
Luego, el Ministro acude al lugar común de todos aquellos que defienden la minería desde argumentos banales; “todo lo que tenemos a la vista tiene que ver con la extracción minera, porque no podríamos andar en un auto ni en una bicicleta, no podríamos tomar en un recipiente ningún tipo de bebidas, usar un reloj, porque los relojes tienen componentes mineros, desde los metales hasta las piedras que se utilizan, como es el caso de un rubí. No podríamos usar nada de bronce, cobre, plata ni de ningún tipo de metal, ni tendríamos siquiera viviendas”, dijo el funcionario.
Resulta muy pobre la interpretación que hace alguien de su rango, sobre la incidencia de la minería en la vida del ser humano. Nada de lo que dice es novedoso y lo conoce hasta un niño de cuarto grado, a quien le enseñan que la extracción de minerales de la tierra, sirve para la construcción de artefactos de confort y el desarrollo tecnológico de la vida moerna; lo ciertamente lamentable, es que Gilmartin no es un maestro de escuela y que nosotros no somos alumnos de cuarto grado.
Finalmente, el Ministro se refirió al “importante desarrollo de las localidades donde se asienta la minería” y dijo “mucha gente a la que no le interesa el desarrollo de una localidad o de una provincia, pensando que una ciudad puede vivir de la artesanía con dos mil o tres mil personas, y esto no es así, como es el caso de La Rioja o Catamarca, y que han traído de la mano de la minería valores de ocupación laborales importantísimos que son fuentes de trabajo dignas con sueldos dignos y permitiendo el desarrollo de las localidades con el cobro de esos sueldos, cambiando el estándar del vida y dándoles nada menos que la posibilidad de mandar a sus chicos al colegio”.
Santa Cruz es el paradigma de ese “avance” en las poblaciones impactadas por la minería; basta ver a Gobernador Gregores, San Julián o Perito Moreno para entender que la minería, no solo no les ha dejado nada, sino que ha acarreado más problemas que soluciones.
Lejos está para cualquier viajero, encontrarse con una ciudad como Dallas, a pesar que el oro, la plata y el petróleo abunda en el subsuelo de la provincia. Son pueblos postergados, que se mantienen con un fuerte sacrificio de sus pobladores, donde el comercio incipiente es rehen de las empresas por lapsos cortos (10 / 15 años) y cada localidad sufre la migración interna, el crecimiento desmesurado de la población con los costos que ello implica para los municipios y sobre todo el encarecimiento de la vida, ya que la mayor demanda de bienes (por la ley de oferta y demanda) encarece la mercadería para el residente y eleva los alquileres a topes imposible de hacer frente por un empleado común.
La mala política de gobierno en materia de minería hace que las empresas solo paguen un magro 3% (hasta el 2011 pagaban el 1%), tengan exenciones impositivas y el único control de lo que extraen y se llevan, consta en un acta donde la misma minera le informa al Estado qué y cuánto obtuvo. La reserva y el “secreto” alrededor de cómo sacan el oro, cuándo y por dónde, cuentan con la cobertura oficial. Nadie entrega información y ahora, a través de la OFEMI, el gobierno intenta desplegar una campaña para anular a quienes critican al sistema empresario minero en Argentina, que no es lo mismo que estar en contra de la minería, como pretenden instalar desde el discurso oficial.
Sin embargo, mientras la discusión se ciña al tema de la contaminación, el cianuro y el medio ambiente, tanto empresas como gobierno “están tranquilos”, porque son situaciones que pueden (de alguna manera) rebatir y cuyas discusiones se pueden prolongar infinitamente. Lo que intenta evitar es la discusión económica, las regalías y la remediación de los terrenos, que implican sumas millonarias.
Queda claramente a la vista, lo sensible de este punto, ya que hoy a la mañana el propio Ministro Gilmartin, al aire en una entrevista realizada en Fm Abril por la colega Lucía Salinas, ante la pregunta de si le parecía suficiente el 3% de regalías que aporta la minería (solo en los últimos meses), el funcionario replicó “ ¿Y quien sabe si es poco o es mucho?…” , la periodista entonces le indicó “¿No sería adecuado que la minería pagara , por ejemplo, un 12 o un 15% como pagan las petroleras” y luego de un breve silencio Gilmartin respondió “Si… puede ser”. (Agencia OPI Santa Cruz)

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