Opinión 29-05-2013
Una mirada sobre el intelectual que se traiciona a sí mismo
Que es ser intelectual?. Quizá, entre otras definiciones, una persona que utiliza su intelecto muy desarrollado y se expresa con cualidades y conocimientos.
Ahora bien; el intelectual debe mantener un equilibrio equidistante de las ultras, entendiendo que sus palabras influirán en un público ávido de escuchar sus reflexiones equilibradas y sociológicamente armónicas.
Este equilibrio no es una tarea fácil: el intelectual siempre se encuentra parado entre la soledad y la alineación. Debe balancear por un lado la honestidad intelectual de no mentirse a sí mismo y a la sociedad, y, por otro, el intento de cambiar esa sociedad en alianza con movimientos políticos que se basan, inexorablemente, sobre simplificaciones y medias verdades.
Está claro que si surgiera un conflicto entre honestidad y militancia, entre soledad y alineamiento, sus conclusiones serian inviables. Cuando no se advierten éstas razones aparecen los apologistas del modelo.
Lejos está carta abierta de éstos conceptos indiscutibles. Sin ambages, es un claro difusor de la propaganda oficialista y arremete cuando ésta se vuelve absurda o cuando la corrupción se vuelve irrefutable.
El intelectual oficialista destina parte de su lógica a alabar sin cortapisas las acciones de gobierno. Aparentemente "contaminadas", sus voces no reflejan la sustancia de una presidente a la que no le alcanza con representar el voto coyuntural y cambiante de una democracia, sino que se comporta como si encarnara la esencia misma del país.
Puede multar a un economista que contradice las estadísticas oficiales porque supone que aquél no sólo contradice al gobierno sino que corrompe a la nación. La Cámpora puede incursionar en colegios o supermercados o hasta en las intendencias (Mercedes), para desplazar al "candidato" antipático (de Scioli) ya que como cree que encarna a la Argentina misma, reconoce cada vez menos límites institucionales.
Carta Abierta lleva esta lógica a su extensión final. Para el kirchnerismo mesiánico, ya no es el gobierno quien encarna al país, sino que es una persona: Cristina, líder irreemplazable, la salvadora y única garante que debe ser re-reelecta para asegurar la continuidad del “modelo”.
Carta Abierta también traiciona la honestidad intelectual al publicitar una epopeya falsa. Escribe "Sabemos que para atacar al gobierno, se ataca la diferencia que encarna". Esa diferencia, cabe notar, no pasa por lo económico ni por lo social.
Una visión objetiva reconocería que el trimestre anterior a que Kirchner asumiera, la economía ya crecía al 13% anual y la inflación era de apenas el 1%. El crecimiento acelerado de la última década fue en gran parte heredado, no se debió a inversión productiva sino a la recuperación de capacidad ociosa y al auge de los commodities.
Casi toda América Latina creció y crece sin acumular problemas como la inflación, la falsificación de estadísticas, la falta de inversión y de competitividad. A pesar de la retórica nacionalista del gobierno, hoy las empresas multinacionales re-invierten menos ganancias que en los noventa y el número de hogares con acceso a red cloacal y gas de red prácticamente no cambió. El país creció, pero no se desarrolló.
Carta Abierta, abandonando ese principio comentado del equilibrio intelectual, absorbe la idea del bien y del mal y lo difunde sin cortapisas...Y sin anestesia, en la mayoría de los casos ...
"Y yo qué carajo sé como hizo el dinero Lázaro Báez!"...Un exabrupto ; imperdonable en un intelectual.
Para carta abierta los "populismos" latinoamericanos están en franco peligro de subsistir y, con ese maniqueísmo, imagina enemigos lanzados a combatirlos de las maneras mas arteras; según ellos cuentan con los medios, el capital y la fuerza para lograr su cometido. Falaz idea ya que, si contamos, la administración kirchnerista alcanza sobrepasa los diez años en el poder con una hegemonía nunca vista antes. Más aún, sosteniendo innumerables casos de corrupción jamás intentado por gobierno alguno antes.
Finalmente, Carta Abierta derrapa en su análisis sobre la situación en Latinoamérica. Los asumen como luchando contra medios hostiles, acosados por esas fuerzas "malignas" de derecha, apoyados por el país del norte y sus transnacionales oportunistas, ávidas de ganancia, repatriando capitales en vez de reinvertir en el país. Ahora, ¿está esta administración capacitada moralmente para observar estos desatinos económicos? ; no lo creo.
Nadie - excepto la cuatripartita bolivariana - comparte esta visión anacrónica y destemplada de una geopolítica cada vez más integrada.
Alianzas en el Pacifico, y acuerdos estratégicos trans-pacífico son muestra de unión y solidaridad entre los pueblos.El gran enemigo EEUU hace acuerdos con todos menos con la Argentina, incluídos países como Brasil y Perú de gobiernos socialistas. Hasta Francia y Gran Bretaña discuten tecnología con países de la región. Claro, no son "populistas".
Tampoco hay una visión sudamericana del contexto global, ni siquiera sobre temas como el de los derechos humanos. El "eje bolivariano" votó en contra de la resolución de la Asamblea General de la ONU en condena a las masacres de Siria, mientras que el resto de la región votó a favor. Ningún país, salvo los “bolivarianos”, modificó su constitución en busca de una nueva relección. De hecho, hay sólo cuatro países en el mundo con sistema presidencialista y reelección indefinida: Venezuela, Argelia, Gambia y Surinam. Según Carta Abierta "El proceso de transformación en curso que en nuestro país reconfigura la nación es parte del fenómeno que recorre Suramérica". No parece ser así.
Así se pasa de la verdad a la falacia.
Lorena Udaeta Siles
Ahora bien; el intelectual debe mantener un equilibrio equidistante de las ultras, entendiendo que sus palabras influirán en un público ávido de escuchar sus reflexiones equilibradas y sociológicamente armónicas.
Este equilibrio no es una tarea fácil: el intelectual siempre se encuentra parado entre la soledad y la alineación. Debe balancear por un lado la honestidad intelectual de no mentirse a sí mismo y a la sociedad, y, por otro, el intento de cambiar esa sociedad en alianza con movimientos políticos que se basan, inexorablemente, sobre simplificaciones y medias verdades.
Está claro que si surgiera un conflicto entre honestidad y militancia, entre soledad y alineamiento, sus conclusiones serian inviables. Cuando no se advierten éstas razones aparecen los apologistas del modelo.
Lejos está carta abierta de éstos conceptos indiscutibles. Sin ambages, es un claro difusor de la propaganda oficialista y arremete cuando ésta se vuelve absurda o cuando la corrupción se vuelve irrefutable.
El intelectual oficialista destina parte de su lógica a alabar sin cortapisas las acciones de gobierno. Aparentemente "contaminadas", sus voces no reflejan la sustancia de una presidente a la que no le alcanza con representar el voto coyuntural y cambiante de una democracia, sino que se comporta como si encarnara la esencia misma del país.
Puede multar a un economista que contradice las estadísticas oficiales porque supone que aquél no sólo contradice al gobierno sino que corrompe a la nación. La Cámpora puede incursionar en colegios o supermercados o hasta en las intendencias (Mercedes), para desplazar al "candidato" antipático (de Scioli) ya que como cree que encarna a la Argentina misma, reconoce cada vez menos límites institucionales.
Carta Abierta lleva esta lógica a su extensión final. Para el kirchnerismo mesiánico, ya no es el gobierno quien encarna al país, sino que es una persona: Cristina, líder irreemplazable, la salvadora y única garante que debe ser re-reelecta para asegurar la continuidad del “modelo”.
Carta Abierta también traiciona la honestidad intelectual al publicitar una epopeya falsa. Escribe "Sabemos que para atacar al gobierno, se ataca la diferencia que encarna". Esa diferencia, cabe notar, no pasa por lo económico ni por lo social.
Una visión objetiva reconocería que el trimestre anterior a que Kirchner asumiera, la economía ya crecía al 13% anual y la inflación era de apenas el 1%. El crecimiento acelerado de la última década fue en gran parte heredado, no se debió a inversión productiva sino a la recuperación de capacidad ociosa y al auge de los commodities.
Casi toda América Latina creció y crece sin acumular problemas como la inflación, la falsificación de estadísticas, la falta de inversión y de competitividad. A pesar de la retórica nacionalista del gobierno, hoy las empresas multinacionales re-invierten menos ganancias que en los noventa y el número de hogares con acceso a red cloacal y gas de red prácticamente no cambió. El país creció, pero no se desarrolló.
Carta Abierta, abandonando ese principio comentado del equilibrio intelectual, absorbe la idea del bien y del mal y lo difunde sin cortapisas...Y sin anestesia, en la mayoría de los casos ...
"Y yo qué carajo sé como hizo el dinero Lázaro Báez!"...Un exabrupto ; imperdonable en un intelectual.
Para carta abierta los "populismos" latinoamericanos están en franco peligro de subsistir y, con ese maniqueísmo, imagina enemigos lanzados a combatirlos de las maneras mas arteras; según ellos cuentan con los medios, el capital y la fuerza para lograr su cometido. Falaz idea ya que, si contamos, la administración kirchnerista alcanza sobrepasa los diez años en el poder con una hegemonía nunca vista antes. Más aún, sosteniendo innumerables casos de corrupción jamás intentado por gobierno alguno antes.
Finalmente, Carta Abierta derrapa en su análisis sobre la situación en Latinoamérica. Los asumen como luchando contra medios hostiles, acosados por esas fuerzas "malignas" de derecha, apoyados por el país del norte y sus transnacionales oportunistas, ávidas de ganancia, repatriando capitales en vez de reinvertir en el país. Ahora, ¿está esta administración capacitada moralmente para observar estos desatinos económicos? ; no lo creo.
Nadie - excepto la cuatripartita bolivariana - comparte esta visión anacrónica y destemplada de una geopolítica cada vez más integrada.
Alianzas en el Pacifico, y acuerdos estratégicos trans-pacífico son muestra de unión y solidaridad entre los pueblos.El gran enemigo EEUU hace acuerdos con todos menos con la Argentina, incluídos países como Brasil y Perú de gobiernos socialistas. Hasta Francia y Gran Bretaña discuten tecnología con países de la región. Claro, no son "populistas".
Tampoco hay una visión sudamericana del contexto global, ni siquiera sobre temas como el de los derechos humanos. El "eje bolivariano" votó en contra de la resolución de la Asamblea General de la ONU en condena a las masacres de Siria, mientras que el resto de la región votó a favor. Ningún país, salvo los “bolivarianos”, modificó su constitución en busca de una nueva relección. De hecho, hay sólo cuatro países en el mundo con sistema presidencialista y reelección indefinida: Venezuela, Argelia, Gambia y Surinam. Según Carta Abierta "El proceso de transformación en curso que en nuestro país reconfigura la nación es parte del fenómeno que recorre Suramérica". No parece ser así.
Así se pasa de la verdad a la falacia.
Lorena Udaeta Siles
FUENTE: http://elopinadorporteño.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario