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martes, 11 de junio de 2013

“FÚTBOL Y POLITICA: La violencia no existe”.

Sergio R. Palacios
En noviembre de 2006 publiqué en el diario EL DIA y luego reproducido por Salvemos al Futbol, un artículo titulado "Futbol y Política: la violencia no existe". Pasan los años y nada cambia. Lo lamentable es que la tesis que alli sostuve se confirma. 

“FÚTBOL Y POLITICA: La violencia no existe”.
Sergio R. Palacios. Abogado.
Prof. de la Fac. de Ciencias Jurídicas y Soc. UNLP 
LO QUE EXISTE ES VIOLENTOS EN EL FÚTBOL y VIOLENTOS EN LA POLÍTICA. Por lo tanto si separamos a los individuos en concreto de una y otra actividad, seguramente encontraremos la vía para solucionar una gran parte del problema.
 
Basta de violencia en el foot-ball, dicen algunas banderas y publicidades. Volvió la violencia en la política Argentina, titulan algunos medios.
Para referirse a este fenómeno, muy arraigado entre nosotros, la mayoría elige una denominación que considero un “eufemismo”, o algo peor una “abstracción”.
Se dice VIOLENCIA EN EL FÚTBOL y VIOLENCIA EN LA POLÍTICA; cuando debe tratarse el problema desde otra perspectiva muy diferente:
Esto es mucho más que una simple forma de denominar la problemática. Con el argumento de “prevenir o combatir la violencia en los estadios” se adoptan medidas generales que afectan a todos los concurrentes (a la Biblia igual que al calefón): si llueve, el Dalai Lama, el Curita del pueblo, y un maestro de Yoga, no pueden entrar con paraguas, y mucho menos con papelitos. Sublimemente ridículo.
Paralelamente, en cada uno de los partidos un grupo de 15 o 20 “personas” que son violentos acreditados, reconocidos, con antecedentes penales, desatan su danza de impunidad. Los músicos responsables son: los dirigentes del foot-ball, los políticos que sostienen económicamente a estos parásitos, la Policía, y desde ya la Justicia que siempre encuentra algún elemento para desarrollar su actividad favorita: “archivar”.
Soy un puntual asistente a “la cancha” cuando juega mi equipo, Estudiantes de La Plata. Por lo tanto tengo acreditados pergaminos para hablar de la complicidad e inoperancia de la Policía y los organismos públicos de seguridad en el deporte frente a los violentos “barras bravas” (recordemos que combaten la violencia, no a los violentos). Ambas instituciones tienen algo en común: responden al “poder político”.
Recordemos incidentes sin ir muy lejos en el tiempo: este mismo año, en el torneo anterior (Clausura) jugando en el estadio de Quilmes frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy junto a miles de simpatizantes fui testigo (además visto en TV codificada) cómo un reconocido “Barra Brava” de Estudiantes custodiado por la Policía ingresó a la platea e intentó –sin éxito-  quitar del alambrado una bandera que aludía al poco amor que los concurrentes sentíamos por el “intendente Alak”. Más recientemente en el presente torneo, en el mismo estadio, los “Barra Bravas” saldaron un diferendo moliendo a palos a uno de sus integrantes. Siguiendo con mi tesis, no había ni un solo Policía dentro de las tribunas, mucho menos cerca de donde anidan estos caracterizados hinchas, ya que el norte de la institución y del poder político no es combatir a los violentos sino a esa abstracción despersonificada llamada “violencia”.      
Otro ejemplo que une “Poder Político” y “Barra Bravas” es el llamado “Combate de San Vicente” donde frente a los restos del ex presidente Perón, fuerzas de choque (que serían financiadas con salarios que paga el pueblo) vinculadas a sindicatos y políticos disputaron espacios de poder. Todos impulsados por la ideología de la nueva política: la del manejo de cajas para sostener las estructuras de poder y a sus soldados.
La frutilla del postre la pone el mayor aporte platense a la cultura de los años 90, el presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata, el señor Muñoz. Este, luego de lograr el sueño de muchos: pasar de “Tachero a Astronauta”, decidió devolver a la comunidad aquello que la diosa fortuna le brindó y dedicarse a entregar su tiempo a una asociación civil sin fines de lucro. Los acontecimientos recientes de aprietes, amenazas, contubernio abierto e impune de “barras” con dirigentes, que llevaron a los jugadores de Gimnasia a sentarse y contemplar cómo los de Boca paseaban con la pelota en los pies; parece una muestra obscena que desbordó el límite de la tolerancia.
Como le demos vuelta, y este artículo podría incluir mil ejemplos más de las relaciones: Barra Bravas-Políticos-Policía-Dirigentes, el problema seguirá existiendo porque los 4 constituyen un mismo ente en pos de un mismo objetivo: “construir y sostener Poder en cada uno de sus ámbitos”.
Por ello, se disfraza la problemática como un gran escenario donde todos sobreactúan bajo el título: COMBATIR LA VIOLENCIA.
Ya que el Poder Político seguirá jugando a perseguir y encontrar al SEÑOR VIOLENCIA, la sociedad civil -ciudadanos y simpatizantes de foot-ball- debemos señalar a los VIOLENTOS y a sus patrones.
Pensemos que cuando debemos votar en elecciones de gobernantes o dirigentes de un club podemos hacer el trabajo que ellos no quieren: TERMINAR CON LOS VIOLENTOS y así rescatar a las instituciones políticas y deportivas para la mayoría pacífica de la sociedad.
Publicado el 24-11-06
 www.eldia.com.ar

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