En noviembre de 2006 publiqué en el diario EL DIA y luego reproducido por Salvemos al Futbol, un artículo titulado "Futbol y Política: la violencia no existe". Pasan los años y nada cambia. Lo lamentable es que la tesis que alli sostuve se confirma.
“FÚTBOL
Y POLITICA: La violencia no existe”.
Sergio R. Palacios. Abogado.
Prof. de la Fac. de Ciencias Jurídicas y Soc. UNLP
LO QUE EXISTE ES VIOLENTOS EN EL FÚTBOL y VIOLENTOS EN LA POLÍTICA. Por lo tanto si separamos a los
individuos en concreto de una y otra actividad, seguramente encontraremos la
vía para solucionar una gran parte del problema.
Basta de violencia en el foot-ball,
dicen algunas banderas y publicidades. Volvió la violencia en la política
Argentina, titulan algunos medios.
Para referirse a este fenómeno,
muy arraigado entre nosotros, la mayoría elige una denominación que considero
un “eufemismo”, o algo peor una “abstracción”.
Se dice VIOLENCIA EN EL FÚTBOL y VIOLENCIA EN LA POLÍTICA; cuando debe tratarse el problema desde otra
perspectiva muy diferente:
Esto es mucho más que una simple
forma de denominar la problemática. Con el argumento de “prevenir o combatir la
violencia en los estadios” se adoptan medidas generales que afectan a todos los
concurrentes (a la Biblia igual que al calefón): si llueve, el Dalai Lama, el
Curita del pueblo, y un maestro de Yoga, no pueden entrar con paraguas, y mucho
menos con papelitos. Sublimemente ridículo.
Paralelamente, en cada uno de los
partidos un grupo de 15 o 20 “personas” que son violentos acreditados,
reconocidos, con antecedentes penales, desatan su danza de impunidad. Los
músicos responsables son: los dirigentes del foot-ball, los políticos que
sostienen económicamente a estos parásitos, la Policía, y desde ya la Justicia
que siempre encuentra algún elemento para desarrollar su actividad favorita:
“archivar”.
Soy un puntual asistente a “la
cancha” cuando juega mi equipo, Estudiantes de La Plata. Por lo tanto tengo
acreditados pergaminos para hablar de la complicidad e inoperancia de la
Policía y los organismos públicos de seguridad en el deporte frente a los
violentos “barras bravas” (recordemos que combaten la violencia, no a los
violentos). Ambas instituciones tienen algo en común: responden al “poder
político”.
Recordemos incidentes sin ir muy
lejos en el tiempo: este mismo año, en el torneo anterior (Clausura) jugando en
el estadio de Quilmes frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy junto a miles de
simpatizantes fui testigo (además visto en TV codificada) cómo un reconocido
“Barra Brava” de Estudiantes custodiado por la Policía ingresó a la platea e
intentó –sin éxito- quitar del alambrado
una bandera que aludía al poco amor que los concurrentes sentíamos por el
“intendente Alak”. Más recientemente en el presente torneo, en el mismo
estadio, los “Barra Bravas” saldaron un diferendo moliendo a palos a uno de sus
integrantes. Siguiendo con mi tesis, no había ni un solo Policía dentro de las
tribunas, mucho menos cerca de donde anidan estos caracterizados hinchas, ya
que el norte de la institución y del poder político no es combatir a los
violentos sino a esa abstracción despersonificada llamada “violencia”.
Otro ejemplo que une “Poder
Político” y “Barra Bravas” es el llamado “Combate de San Vicente” donde frente
a los restos del ex presidente Perón, fuerzas de choque (que serían financiadas
con salarios que paga el pueblo) vinculadas a sindicatos y políticos disputaron
espacios de poder. Todos impulsados por la ideología de la nueva política: la
del manejo de cajas para sostener las estructuras de poder y a sus soldados.
La frutilla del postre la pone el
mayor aporte platense a la cultura de los años 90, el presidente de Gimnasia y
Esgrima La Plata, el señor Muñoz. Este, luego de lograr el sueño de muchos:
pasar de “Tachero a Astronauta”, decidió devolver a la comunidad aquello que la
diosa fortuna le brindó y dedicarse a entregar su tiempo a una asociación civil
sin fines de lucro. Los acontecimientos recientes de aprietes, amenazas,
contubernio abierto e impune de “barras” con dirigentes, que llevaron a los
jugadores de Gimnasia a sentarse y contemplar cómo los de Boca paseaban con la
pelota en los pies; parece una muestra obscena que desbordó el límite de la
tolerancia.
Como le demos vuelta, y este
artículo podría incluir mil ejemplos más de las relaciones: Barra
Bravas-Políticos-Policía-Dirigentes, el problema seguirá existiendo porque los
4 constituyen un mismo ente en pos de un mismo objetivo: “construir y sostener
Poder en cada uno de sus ámbitos”.
Por ello, se disfraza la
problemática como un gran escenario donde todos sobreactúan bajo el título:
COMBATIR LA VIOLENCIA.
Ya que el Poder Político seguirá
jugando a perseguir y encontrar al SEÑOR VIOLENCIA, la sociedad civil
-ciudadanos y simpatizantes de foot-ball- debemos señalar a los VIOLENTOS y a
sus patrones.
Pensemos que cuando debemos votar
en elecciones de gobernantes o dirigentes de un club podemos hacer el trabajo
que ellos no quieren: TERMINAR CON LOS VIOLENTOS y así rescatar a las
instituciones políticas y deportivas para la mayoría pacífica de la sociedad.
Publicado el 24-11-06
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