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lunes, 21 de marzo de 2011

¿NO HABRÁ LLEGADO LA HORA DE APLICAR POLÍTICAS DE ESTADO SUSTENTABLES, EQUILIBRADAS E INCLUSIVAS?

Claro está que lo expresado marca en teoría las posibilidades ciertas y potencialidades indiscutidas, sin duda tal conjunto de factores son substanciales, no sólo para neutralizar las amenazas, sino inclusive para lograr del inevitable reordenamiento un reposicionamiento superador.
Por: Aldo Norberto Bonaveri
@AldoBonaveri
En sólo ochenta días que van del 2011 el planeta se ha visto sacudido tremendamente; cuando no dejábamos de sorprendernos por los sucesos políticos desencadenados en distintas naciones del norte africano, devinieron el descomunal terremoto y dantesco tsunami de Japón, con consecuencias que aún son imprevisibles cuantificar. Independientemente de las pérdidas varias veces billonarias que significarán para la economía nipona, la cruenta guerra civil que se está librado en Libia, a lo que hay que agregar la intervención en ese territorio de bombarderos de la OTAM o, los cambios ya operados en los países petroleros de la región; lo cierto es que el escenario internacional actual difiere notoriamente al que se apreciaba al finalizar el año pasado.
La magnitud y trascendencia de los acontecimientos tienen en vilo a la humanidad; los líderes del mundo se debaten entre la impotencia y la búsqueda de soluciones, las que en buen número no son ni muy sencillas ni tan previsibles. Las consecuencias no serán iguales para todos los países, pero difícilmente quede alguno sin verse influenciado de alguna manera por lo ocurrido.
Si bien es demasiado prematuro ponderar de que manera repercutirán las contingencias, como así también las derivaciones que pudieran traspolarse, las diversas variables geográficas y económicas no muestran indicios que el MERCOSUR en general y la Argentina en particular, integren la nómina de zonas más afectadas en el contexto a verificarse en el futuro cercano, ni tampoco en el mediano plazo.
La economía mundial se viene sacudiendo casi al ritmo de los remezones sísmicos en la tierra del sol naciente, la contaminación ambiental que amenaza expandirse plantea los interrogantes más fuertes. Ningún rincón de la tierra está exento e verse perturbado por los factores la están acechando, no obstante, éstas latitudes no se encuentran dentro de la trayectoria que naturalmente seguirían las emanaciones, y en cuanto a las oscilaciones presumiblemente ascendentes del petróleo, Brasil a la postre podría verse favorecido dadas las reservas reveladas, si le acarrearía algún problema a Paraguay y Uruguay, al tiempo que en nuestro país, no sería grave en tanto y en cuanto el próximo gobierno realice las inversiones imprescindibles en materia energética, que el actual está soslayando.
Mas allá de las diferentes lecturas que se realicen de la nueva realidad y, de las diversas interpretaciones que practiquen los analistas; seguramente habrá bienes que se desplomarán, reajustes y variables, alteraciones en el consumo y modificaciones de prioridades, pero no se verifica ninguna hipótesis que contemple una disminución en la demanda de alimentos; por el contrario, los requerimientos en la materia son cada vez más sostenidos y, también corresponde apuntar que América el Sur es la región que más puede aportar al respecto. Esto es así y el mundo entero es consciente de ello, tanto por la superficie que se puede todavía incorporar a la producción, (factor poco factible en la mayoría de las naciones productoras), por la aptitud de sus tierras, por la permeabilidad para adoptar nuevas tecnologías de agricultores y ganaderos de estas latitudes, como así también por la eficiencia evidenciada por los productores en esos menesteres.
Claro está que lo expresado marca en teoría las posibilidades ciertas y potencialidades indiscutidas, sin duda tal conjunto de factores son substanciales, no sólo para neutralizar las amenazas, sino inclusive para lograr del inevitable reordenamiento un reposicionamiento superador.
En razón de lo mencionado, cabe lucubrar que pese a los inesperados y drásticos sucesos acaecidos, para la región no se imponen cambios de estrategias, al menos desde los Estados que supieron descifrar la composición del orden económico generado automáticamente en el mundo en la última década, tal es el caso del aprovechamiento pleno de las oportunidades por parte de nuestros tres socios del MERCOSUR, pero también de otros importantes actores del sub-continente, tales los casos de Chile, Perú y Colombia.
La bonanza en los precios agropecuarios nunca verificada antes, resultó fundamental para que nuestro país se sobrepusiera a la crisis del 2001, el aporte del campo fue el factor preponderante para mantener el superávit fiscal y de la balanza de pagos, e indispensable para la generación de nuevos empleos y paliar la atención de programas sociales. Pero tal contribución no se vio compensada con políticas que como primera medida, permitieran consolidar al sector, que a la postre es el que tiene la capacidad para lograr el anhelado despegue.
Desde hace 3 años, el sector agroindustrial y el Gobierno se encuentran atascados en reclamos genuinos sin avances significativos, a la inversa, las soluciones de fondo brillan por su ausencia. En verdad es muy difícil entender desde la lógica tanta desidia para profundizar un tema que no merece otro calificativo que estratégico; ello es así no sólo por todo lo tributado, sino también por cuanto podría hacer crecer el país si no se le interpusieran tantos obstáculos e incertidumbres.
Para imaginar cuales son las perspectivas de lo que el campo puede lograr, no hace falta más que observar la inversión en maquinaria agrícola y en tecnologías aplicadas en los cultivos, como viene aumentando una campaña tras otra. Los indicadores en el consumo de fertilizantes hablan por las claras, registrándose un inusitado crecimiento del 185% en 2010, respecto el año anterior.
Lo expresado en el párrafo anterior tal vez tiendan a llamar a engaño a los neófitos, estos pueden pensar que tal evolución es consecuencia de lo que desde el corazón del poder se dio en llamar “renta extraordinaria”. Por lo tanto corresponde señalar que evidentemente los excepcionales precios internacionales prometían permitir producir, empero como en la explotación agrícola los riesgos abundan, la falta de agua por tiempo prolongado en varias zonas del país, influirá negativamente en los rendimientos finales y por ende, los resultados económicos no a todos les resultarán positivos,
No hay país sobre la tierra en el que el agro soporte semejante presión impositiva como la Argentina, ello sumado al agravante de una permanente intervención perjudicial en los mercados, constituye una formula condicionante que además de afectar considerablemente los ingresos de los productores, conspira directamente contra el futuro de la patria.
La voracidad por la “caja” no se conforma con la exacción al que somete al sector más dinámico de la economía, la arbitrariedad se extiende a tal punto, que el 70% de lo percibido en concepto de impuestos lo monopoliza el poder central. Mediante esa metodología primero Néstor y ahora Cristina manejan una chequera ampulosa, la cual mediante arbitrarios superpoderes, DNU y ficticios presupuestos manipulan arbitraria y discriminadamente, haciendo hocicar gobernadores, manejar subsidios favoreciendo “amigos” o torciendo voluntades.
Las reglas de juegos impuestas por las administraciones K, fueron posible merced al esfuerzo de todo el interior en general y el aporte del campo en particular; precisamente son las provincias las que ostentan endeudamientos mayúsculos y, el sector agropecuario que teniendo teóricamente las condiciones internacionales inmejorables, se ve imposibilitado en expresar todo su reconocida capacidad. Los argumentos del Gobierno giran en torno a la necesidad de “redistribución del ingreso” y “que el mayor aporte debe provenir de los que más ganan”.
La retórica suena coherente y sin duda prende entre desinformados, pero ¿acaso, es verdad o mera demagogia? , el interrogante amerita poner la vista en los distintos actores de la economía y, por lo tanto hacer un ejercicio de comparación me parece que puede ser útil al menos para meditar:
¿Sabrán todos los lectores que la banca argentina en su conjunto obtuvo en 2010 ganancias por $ 11.780.000.000 ( 48,7% más que en 2009)? Quizás la mayoría ignore que la renta financiera no paga impuesto en nuestro país.
¿Estarán al tanto los suscriptores que la onza troys de oro cotiza a más u$s 1.420? Probablemente muchos estarán al tanto del récord que registra el metal precioso, empero para hacer cálculos hacen falta más elementos. Veamos entonces: En 2010 la Barrick Gold solo en la mina “Veladero” (ubicada en San Juan) extrajo 1.120.000 de onzas, volumen nada despreciable si tenemos en cuenta que dicha compañía, líder mundial en la materia, obtuvo 7.770.000 de onzas producidas por la multinacional canadiense sumadas todas sus operaciones en el planeta? Entonces es oportuno preguntarse, ¿es justo que la minería pague el 5% de derechos de exportación contra el 35% que tributa la soja?
¿Cómo se puede explicar que el grueso de los subsidios del sector agroindustrial van a parar a los grandes aceiteras, molinos harineros y principales fábricas lácteas? Para ello se instrumentaron intervenciones en el mercado que al tiempo que damnificaron al productor, en góndola hicieron que el consumidor no advirtiera la estabilidad de los precios.
A la luz de estos datos contundentes y, a raíz de los acontecimientos que vive el mundo ¿No habrá llegado la hora de aplicar políticas de estado sustentables, equilibradas e inclusivas? 

http://www.pregonagropecuario.com.ar/html.php?txt=2169

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